El pasado jueves, cuatro días antes del que hubiera sido su cumpleaños número 22, Julieta Tapia se suicidó en el barrio San Carlos de Horizonte, de la ciudad de Córdoba, y muchos apuntan como causa a los abusos sexuales que sufría por parte de su padre desde los 4 años.
"Hace dos años ella empezó a contar todo. No solamente a mí, sino también a otros vecinos", expresó Paula, una de sus amigas. "Intentamos ayudarla. A principios de este año decidió escaparse de su casa. Se fue a Buenos Aires, pero una semana después empezó la pandemia y tuvo que volver".
De acuerdo a Paula, además de abusarla su padre la medicaba y Julieta llegó a ser ingresada en un hospital psiquiátrico. "Fue varias veces al Polo de la Mujer, pero siempre desestimaron su caso", aseguró.
En una marcha para recordarla y pedir justicia por su muerte, otra de sus amigas también reveló que la joven la había contado "cosas aisladas pero fuertes".
"Ella estaba media limitada para salir. Sufría abusos y el padre la tenía dominada, la golpeaba”, agregó. Julieta era conocida en el barrio porque se dedicaba a hacer trabajos de corte y confección desde su casa, y muchos vecinos le llevaban ropa para hacer arreglos.
Signos de alarma
Según datos difundidos por UNICEF, los adolescentes en riesgo de suicidio pueden sufrir vulnerabilidad psicológica o mental, provocada por distintos factores. Entre los más comunes están las situaciones de violencia o agresividad, el abuso sexual, y los problemas en la escuela, tanto en relación con las bajas calificaciones como el rechazo por parte del grupo de compañeros que, en algunos casos, se convierte en bullying.Recoleta: sufrió un brote psicótico, atacó a su papá de 94 años e intentó quitarse la vida
Otros factores de riesgo pueden estar relacionados con las dificultades en torno a la identificación sexual y el temor a la reacción del familia al respecto.
Síntomas como el desgano, el desinterés, la tristeza, los cambios en la forma de alimentarse, los trastornos del sueño y la tendencia a buscar la soledad pueden estar asociados a una depresión y ser signos de alarma. Pero en otros casos los adolescentes manifiestan cuadros depresivos a través de un alto grado de excitabilidad.