Mientras los investigadores avanzan sobre los motivos del femicidio de Silvia Saravia a manos de su esposo el empresario Jorge Neuss -que luego de asesinarla el sábado pasado en la casa en la que ambos vivían en el country Martindale se quitó la vida- en el último adiós a ambos sucedió algo poco usual.
Tanto Silvia como el hombre que la mató fueron despedidos en una misma ceremonia íntima, por los protocolos por la cuarentena como consecuencia de la pandemia del coronavirus (Covid-19), en el cementerio de Recoleta en la Ciudad. Primero llegaron los restos de ella, a eso de las 9:30 mientras que los de Neuss arribaron cuarenta y cinco minutos después. Lo llamativo es que en el acceso al cementerio había una foto de ambos, juntos.
Femicidio y suicidio en Pilar: la esposa de Neuss forcejeó con él antes de ser asesinada
Una vez que se cumplieron todos los protocolos sanitarios, y frente a 20 personas (máximo permitido) sus restos fueron llevados a la bóveda familiar. De todos los avisos fúnebres que se publicaron, soló dos estaban dirigidos específicamente hacia la víctima.
Mientras tanto, los investigadores analizaban el contenido de los dispositivos electrónicos secuestrados en la casa del matrimonio en busca de pistas sobre el posible móvil del femicidio, informaron hoy fuentes de la pesquisa. Se trata de los teléfonos celulares y computadoras, cuyos mensajes, llamadas y demás contenidos quedaron bajo la lupa de los peritos informáticos.
Las dos empleadas domésticas que se encontraban en la vivienda al momento del hecho declararon como testigos ante la fiscal de la causa María José Basiglio, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Pilar, y recordaron que horas antes de lo ocurrido el empresario había desayunado en su dormitorio como era "habitual".
Según las fuentes, las testigos contaron que esa mañana Saravia había salido de la propiedad ya que tenía "muchas actividades" . Si bien no la vieron salir, sí advirtieron cuando regresó y subió a su habitación, donde luego ocurrieron los disparos.
Las empleadas relataron que ellas trabajaban en los quehaceres domésticos en la planta baja, en un sector opuesto al dormitorio matrimonial, cuando una de ellas escuchó un primer estruendo y al instante un segundo. Esta testigo le preguntó a la otra si ella también escuchó esos ruidos y su compañera le respondió que creía que era "el camión de la basura".
Entonces, la empleada que sí había escuchado los tiros dijo que el camión ya había pasado y que para ella eran “disparos". Ante esta situación, esta empleada subió a la planta alta, tocó a la puerta de la habitación matrimonial y como no respondía intentó abrirla pero notó que estaba trabada.
Las testigos indicaron que llamaron primero a la hija del matrimonio y que ésta alertó de lo ocurrido a sus hermanos, quienes, al igual que ella, tienen sus propias casas de fin de semana en el Martindale.
Las fuentes señalaron que el primero de los hijos en arribar fue Patricio, quien al no obtener respuestas de sus padres empujó varias veces la puerta hasta que pudo abrirla. Al ingresar al dormitorio, los testigos hallaron ambos cuerpos tendidos y ensangrentados, mientras que Neuss tenía los ojos abiertos y aún respiraba.
De acuerdo a los investigadores, Patricio llamó a su hermano Juan, quien reside a unos 200 metros y llegó rápidamente. Entonces llamaron al 911, la ambulancia y a familiares.
Los hijos coincidieron en no encontrarle una explicación lógica a lo sucedido. Coincidieron en que no había conflictos ni peleas ni antecedentes de violencia de género, y que sus padres se llevaban bien.
Juan indicó que sus padres sabían que él está enfermo de cáncer y que la noche anterior al hecho estuvo con ellos y hablaron de ese tema, pero aclaró que no cree que éste haya sido un motivo.
Los resultados de las autopsias que confirmaron que Neuss asesinó a su esposa de un único disparo en la cabeza luego de un forcejeo que dejó signos de defensa en la mujer y un roce de bala en una mano del propio femicida.
"Está prácticamente descartada la hipótesis de un pacto suicida. Las autopsias y lo que se vio en la escena nos hacen pensar en que Neuss sorprendió a su mujer cuando ella fue al baño, luchó, la dominó tomándola del cabello, la asesinó y luego se disparó en la cabeza", confió a Télam una fuente judicial.
En el caso de Saravia, los médicos detectaron que el disparo ingresó por la región posterior lateral derecha del cráneo (por detrás y arriba de la oreja), salió por detrás de la oreja izquierda, volvió a ingresar al cuerpo por el hombro izquierdo y el proyectil quedó alojado en el brazo, de donde fue extraído con una gran deformación.
Según las fuentes, el disparo fue realizado con el revólver calibre .357 Magnum apoyado y cuando Saravia tenía la cabeza reclinada sobre su hombro izquierdo. Además, los pesquisas obtuvieron una serie de indicios que refuerzan la hipótesis de que la mujer fue sorprendida cuando se encontraba en el baño.
"Tenía algunos hematomas y signos de defensa en las manos y los antebrazos", agregó uno de los investigadores que detalló que la data de muerte de Saravia ocurrió entre las 11.30 y las 12 del sábado.
Respecto a Neuss, quien murió a las 14.20 del mismo día en el Hospital Austral de Pilar, los peritos confirmaron que se pegó el tiro en el vestidor-antesala del baño en suite, mirando hacia su mujer ya asesinada.
El disparo suicida ingresó por la sien derecha, su trayectoria fue de derecha a izquierda y con una inclinación de abajo hacia arriba; salió por el lado opuesto del cráneo y se incrustó en el lateral izquierdo del techo a dos aguas de madera de ese sector de la habitación.
El revólver calibre .357 quedó tirado a los pies de Neuss y al ser secuestrado se detectó que de las seis balas que carga, dos quedaron en el tambor.