Pasaron casi 13 años de aquel domingo 26 de noviembre en el que el cuerpo de Nora Dalmasso fue encontrado sin vida y con signos de un presunto ataque sexual en su casa del country Villa Golf de Río Cuarto, Córdoba. Desde entonces, la investigación por el crimen dio más de un giro y tuvo a más de un sospechoso en la mira. Sin embargo, el pedido de elevación a juicio oral llegó con el viudo, Marcelo Macarrón, como único imputado. La historia detrás de la decisión que tomó el jueves de no apelar los planteos del fiscal Luis Pizarro y su palabra, después de años de silencio.
"Basta, hasta acá llegamos. Quiero ir a juicio oral". Cansado y agotado por la investigación, Macarrón les dio claras instrucciones a sus abogados: quiere ir a juicio y aceptó la hasta ahora cuestionada opción de ser juzgado por un jurado popular. "Marcelo, la acusación se cae por sí sola. Tiene contradicciones, es caga e imprecisa. Podemos pelearla", resistió uno de sus letrados, Marcelo Brito, de acuerdo al diálogo reconstruido por el periodista Rodolfo Palacios para el portal Infobae. "No me importa. No aguanto más. Argumentemos todas esas fallas, pero en un escrito en el que renuncio a la apelación y pido ir a juicio", insistió Macarrón.
Brito: "Hay inconsistencias. Ni siquiera tienen un sólo indicio". Macarrón: "Ya lo decidí. Desde hace años me siento humillado, bajo la picota y en el banquillo de los acusados. Es un escarnio. Todo es injusto. Quiero que me juzguen. De otro modo, esto no ser va a terminar".
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El diálogo tuvo lugar el jueves pasado, horas antes de que se venciera el plazo para apelar los planteos del fiscal, quien acusa al viudo de ser el autor intelectual del asesinato. Tal como le indicó a sus abogados, Macarrón fue a los Tribunales de Río Cuarto y presentó el planteo de 39 páginas ante la Fiscalía N°1 de la ciudad cordobesa. En caso de ser encontrado culpable del delito de "homicidio agravado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria", Macarrón recibiría prisión perpetua.
El duro descargo judicial de Macarrón, único imputado por el asesinato de su mujer, Nora Dalmasso
"Desde la muerte de mi esposa, he venido atravesando un verdadero e interminable calvario como consecuencia de las características horrendas del hecho en sí mismo, del curso errático que ha tenido y aún tiene esta causa judicial y, no menos, del inusitado, y en algunos casos malicioso, tratamiento mediático que ha tenido este proceso penal -tratamiento que resulta innecesario detallarlo y pormenorizarlo en este escrito, ya que el mismo es y ha sido muy expuesto, principalmente, ante un amplio segmento de la sociedad local, la provincial e, incluso, la nacional".He venido atravesando un verdadero e interminable calvario"
"Basta, simplemente, con la invitación al ejercicio intelectual de responder a la pregunta de qué y cómo se sentiría cualquier persona si su cónyuge es asesinado de una manera impiadosa, mediando, además, un ultrajante abuso sexual. Y si a eso se le suma que durante años, que vivencialmente fueron una eternidad, su propio y joven hijo sufrió la ignominia de haber sido sometido arbitrariamente a un proceso penal en el que luego de ser injustamente sindicado como autor de ese aberrante hecho, resultó sobreseído varios años después".
Qué y cómo se sentiría cualquier persona si su cónyuge es asesinado de una manera impiadosa, mediando, además, un ultrajante abuso sexual"
"Y si, además, como viene sucediendo conmigo, quien fuera esposo de la víctima después debe soportar la afrenta de ser sometido a un proceso en el cual arbitrariamente un Fiscal de Instrucción, en una absurda imputación, le reprocha, primero, haber sido 'autor' de homicidio agravado, reproche penal que tiempo después el señor Fiscal interviniente transformó, con no menos arbitrariedad, en una imputación de igual gravedad, pero con una hipótesis fáctica distinta no menos arbitraria". "Y si todo esto ha sido y es realizado en un contexto de inusitada exposición en los medios de comunicación, que no sólo abarcó la estricta información de lo que realmente ocurría en el curso de la investigación judicial, sino que, apartándose de una información veraz y objetiva, expuso en algunos casos, de las más diversas maneras y formas injuriosas y calumniosas, la vida privada de mis seres queridos".
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"Por todo ello, luego de un profundo análisis de mis vivencias que atraparon la dolorosa experiencia del inmenso sufrimiento de mis seres queridos y el mío propio, he tomado la decisión de renunciar a la apelación, si se me permite la expresión, señor Fiscal de Instrucción, porque a una tragedia (el asesinato de mi esposa) se sumaron otras (como dije, primero la imputación de mi hijo Facundo y luego la persecución penal en mi contra) que he tenido y tengo que padecer”. “Es innegable que si bien en este proceso aún no he sido sometido al escarnio y humillación que supone la pena de banquillo, lo cierto es que desde el mismo inicio del proceso mediático originado por esta causa y también como consecuencia de los gravísimos errores judiciales cometidos por distintos fiscales de instrucción intervinientes, lo cierto es que desde hace años vivo bajo la pena de la picota sin haber sido condenado y de hecho también desde hace largos años estoy sentado en el banquillo de los acusados”.“La permanente e intensa humillación que desde años injustamente vivo y no obstante que mis defensores técnicos me han señalado las múltiples deficiencias que detenta el requerimiento fiscal de citación a juicio formulado en mi contra, lo que implicaría la posibilidad de nuevas instancias procesales siempre en etapa instructoria, me han decidido a no oponerme a la acusación a fin de que se realice cuanto antes mi enjuiciamiento a través de un debate oral, público y contradictorio, que permita arrojar luz sobre mi inocencia, reencausar la investigación hacia los verdaderos autores, partícipes y encubridores del crimen de mi esposa, Nora Raquel Dalmasso, permitiendo también con ese juicio público que la población conozca y controle la prueba que en realidad funda este proceso”.La hipótesis elevada por el fiscal sostiene que el traumatólogo contrató a un sicario para asesinar a Dalmasso en el marco "de una disputa económica".