La causa por la desaparición de Madeleine McCann sigue su curso en Alemania. Ahora, en un allanamiento en la casa rodante del pedófilo sindicado como el principal sospechoso de su abducción, Christian B, se encontró ropa de niños (incluidos trajes de baños) y varios materiales pornográficos, en los que incluso se lo puede ver abusando de otros menores de edad.
El hallazgo se dio luego de que el fiscal Hans Christian Wolters manifestó en declaraciones a AFP que estaban convencidos de la muerte de la niña desaparecida en 2007. "Es evidencia concreta, hechos que tenemos, no meras sospechas", dijo el fiscal, advirtiendo que no se podía entregar más información. "No tenemos evidencia forense de la muerte, no tenemos un cuerpo", relató.
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En concreto los investigadores encontraron, de acuerdo a los medios de prensa alemanes, trajes de baño de niños en la caravana del sospechoso. También habrían hallado varias llaves USB con miles de imágenes de pedofilia, algunas en las cuales aparecía él mismo; todo escondido en el lugar en el que además había enterrado a su perro.
"Por ahora no puedo revelar la información exacta de que disponemos, que indica que nuestro sospechoso asesinó a Madeleine", continuó el portavoz, precisando que las autoridades alemanas habían escrito a los padres de la niña. Las reticencias a revelar información son comprensibles, después de que la prensa acusara la semana pasada a la policía alemana de haber alertado en 2013 al sospechoso.
Los padres de la niña se quejaron a través de su página web el martes de las informaciones publicadas que, "al igual que muchos otros informes de prensa no comprobados, ha causado una preocupación innecesaria entre amigos y familiares y ha alterado nuestras vidas una vez más". La pareja afirmaba que "la extendida noticia de que hemos recibido una carta de las autoridades alemanas con evidencias o pruebas de que Madaleine está muerta es falsa".
El sospechoso, Christian B., de 43 años, es un pederasta reincidente, actualmente detenido en Kiel (norte de Alemania). En la época en que ocurrieron los hechos, este individuo vivía a pocos kilómetros del hotel donde desapareció la niña, entonces de tres años de edad, que estaba de vacaciones con sus padres y dos hermanos en Portugal.