Comodoro Py 2002, miércoles 28 de diciembre de 2016, Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional n°1. María Romilda Servini de Cubría contempla la pila de CDs de las 160 horas del juicio oral en el que el por entonces prófugo más buscado del país, Esteban Ibar Pérez Corradi, era sindicado como autor intelectual del Triple Crimen de General Rodríguez.
La jueza, sin embargo, decide firmar la cédula de 46 páginas en las que decreta la "falta de mérito para procesarlo o sobreseerlo" como instigador de las ejecuciones de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35). Ahora, con los papeles más acomodados, avanza en su próximo objetivo: reconstruir la relación entre uno de los proveedores de Pérez Corradi con el jefe de la Policía Federal durante el Triple Crimen.
De todas maneras, desde el juzgado aclaran que debían cumplir con el debido proceso (aunque ya fue apelado por los familiares de las víctimas), pero juran ante este medio que continúan investigando al imputado como instigador de los asesinatos: "Este juzgado es el que lo tiene detenido hace seis meses por el tráfico de efedrina, pero en el Triple Crimen no tuvimos tiempo material de analizar ocho años de pruebas".
Servini de Cubría sigue investigando a Pérez Corradi.
En una de las secretarías también se acumulan 100 cuerpos de la causa de la Efedrina, 170 cassettes de escuchas al propio Pérez Corradi por el contrabando de oxicodona hacia los Estados Unidos y decenas de otros expedientes. Servini de Cubría había abierto el año pasado las puertas de su despacho para quejarse por las condiciones de trabajo ante Telenoche: "No podemos hacer magia".
El imputado declaró once meses en la causa de la efedrina,
Como sea, mientras tres empleados se dedican a trabajar las causas contra Pérez Corradi en plena feria judicial, desde el juzgado le adelantaron a BigBang dos hipótesis de investigación relacionados con el posible móvil detrás de los asesinatos de los tres empresarios.
Es que sospechan que los cuatro condenados a prisión perpetua por ser los autores materiales, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor y Marcelo Schillaci, necesitaron de al menos la complicidad de las fuerzas de seguridad para secuestrar a los empresarios en Sarandí, eliminarlos a sangre fría en Quilmes y plantar sus cuerpos en General Rodríguez.
Néstor Valleca, a la derecha de Aníbal Fernández.
Alfredo Augusto Abraham y Josué Fucks fueron condenados en el 2014 en la Causa Farmacéuticos Argentinos SA por proveerle 9.800 kilos de efedrina a Pérez Corradi importados desde la República Popular China y la República de la India. En el juzgado de Servini de Cubría ahora investigan si uno de los dos le alquilaba una casa a ni más ni menos que el por entonces jefe de la Polícia Federal, Néstor Valleca, cuando los Lanatta y los Schillaci ejecutaron primero a Ferrón, después a Bina y último a Forza. Deseaban que se desesperara por el sufrimiento de sus amigos. Lo último que sintió fue el fuego en su cuerpo por los ocho tiros.
Dos móviles de la Policía Bonaerense habrían seguido muy de cerca el auto Damián Ferrón. Tanto que uno atravesó un peaje del Acceso Oeste minutos antes que el empresario y el otro minutos después. Por eso ya fueron secuestrados. Los nombres de los ex agentes de la fuerza de seguridad, Edgardo Eliseo Perdiguero, Daniel Salazar, Miguel Ángel Sosa y Ariel Santamaría, también fueron mencionados en el expediente analizado por el Tribunal Oral de Mercedes. Así, el fantasma de "La Morsa" volvería este año a escena pero con uniforme policial.