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"Maguila es un asesino, debe estar preso", dice una víctima del clan Puccio

El hermano de Guillermo Manoukian fue asesinado por los Puccio. "Se burlaron de todos nosotros", asegura sobre la reaparición de Daniel "Maguila" Puccio y su madre Epifanía.

07 Septiembre de 2016 15:35
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A Guillermo Manoukian le gustaría cruzarse en la calle con Daniel "Maguila" Puccio, el ex miembro del siniestro clan que entre 1982 y 1985 se dedicó a secuestrar y matar a empresarios. 

-¿Sabés que le haría? -pregunta Manoukian.

-No. 

-Lo insultaría de arriba abajo. Y le gritaría asesino y secuestrador. Es increíble que no esté preso, y que se haya burlado de todos nosotros. Ojalá me lo cruce. Una vez pude decirle en la cara a Alejandro Puccio todo lo que pensaba. ¿Sabés que me respondió? "Todo fue culpa de mi padre". Un caradura.

Guillermo Manoukian sigue sufriendo al clan Puccio. Foto: Clarín.

Manoukian es hermano de Ricardo, el joven empresario secuestrado el 22 de julio de 1982 por el grupo criminal liderado por Arquímedes Puccio. Lo mataron sin piedad. El que lo traicionó fue Alejandro, uno de los hijos de Puccio que conocía a Guillermo del ambiente del rugby. Daniel, su hermano, no participó en ese asesinato porque estaba en el exterior. Pero esta semana reapareció después de 31 años: la revista Gente lo fotografió en San Telmo junto a su madre Epifanía y su hermana Adriana.

"Maguila" tiene 54 años. Al lado, su hermana Adriana, de 45. Foto: Revista Gente.

"Ver esas fotos, saber que se pasea por la calle con impunidad, me dio mucha bronca. Es injusto. Esta gente tiene que estar presa. "Maguila" sólo estuvo dos años preso y se escapó. Volvió hace dos años porque la causa prescribió. Lamentablemente en el plano judicial no podemos hacer nada", dice Manoukian a BigBang

"Maguila sólo estuvo dos años preso y escapó

El enigma "Maguila" llegó a su fin. Estuvo preso de 1985 a 1987. Se mantuvo prófugo casi 30 años y volvió a Buenos Aires en 2014. "Es vergonzoso. Eso demuestra que la Justicia también nos faltó el respeto. Es un secuestrador asesino que tiene que estar preso, lo mismo que su madre Epifanía, que fue cómplice, pero ella sólo estuvo dos días en un calabozo. Con la película y la serie pensamos que el recuerdo nefasto de esta historia iba a cerrarse, pero siempre vuelve la peor pesadilla", dice Manoukian.

Epifanía, de 84 años, vive en San Telmo con "Maguila".

Relato de un secuestro

El jueves 22 de julio de 1982, Manoukian trabajó en las oficinas de avenida Fleming y Cuyo, en San Isidro. Cerca del mediodía se subió a su BMW para ir a almorzar con su familia. Es imposible saber si sintió algún malestar, un ahogo o una mala sensación. Nunca se sabrá si sintió la cercanía del peligro. Ese viaje, y lo que ocurrió después, es un misterio. Sólo se sabe que en la avenida del Libertador alguien le dijo que parara el auto. Y él le hizo caso. Tiempo después, los familiares de Manoukian dijeron que hubo un solo motivo por el que paró el auto: el que le hizo señas para que se detuviera era un conocido. De otro modo no hubiese frenado. El y su hermano Ricardo habían hecho un curso antisecuestros en los Estados Unidos y una de las recomendaciones era andar con el auto con las puertas trabadas y no parar ante ningún pedido. 

Las víctimas del clan Puccio. Ricardo Manoukian, a la derecha de Nélida Bollini de Prado.

Manoukian frenó y ese es el último acto que decidió por sí mismo. Desde ese momento, su vida estuvo en manos de esos tres tipos que se bajaron de un Ford Falcon, lo sacaron de su auto y lo subieron a una combi, donde al volante esperó otro cómplice. Le ataron las manos, le pusieron una capucha y lo metieron en el baúl. Viajaron hasta la casa de Martín Omar 544, en San Isidro. 

Esos tipos eran Arquímedes Puccio, Guillermo Fernández Laborda y Rodolfo Franco. La participación de Alejandro en esa emboscada está en duda. Algunas versiones lo señalan como el hombre que le hizo señas a Manoukian para que parara. Como un señuelo que llevó a la muerte. Otras lo sitúan como el que abrió el portón de la casa para que entren al rehén después de que su padre avisara con tres bocinazos.

El Puccio de Guillermo Francella, el Puccio real y el Puccio de Alejandro Awada.

Después de cinco días secuestrado, la banda lo llevó  a un descampado y lo mató a balazos. Antes le hicieron escribir una carta a la familia. Nunca se supo cuánto cobraron de rescate. Pero cuando lo hicieron, Ricardo ya había sido asesinado.

Daniel Arquímedes Puccio sólo estuvo preso dos años. Foto: Clarín.

"Es como si a mí también me hubiesen matado ese día", confiesa Guillermo Manoukian. Pasaron más de 30 años de esa pesadilla. Una pesadilla que está de vuelta.