27 Octubre de 2016 08:57
Daniel Zalazar enfrenta la acusación de triple femicidio y el ataque a dos niños. Y su historia estuvo cruzada por la violencia.
Era docente de taekwondo y médico. El instructor vive en Mendoza desde hace 10 años. Nació en oeste catamarqueño y allí vivió en su infancia, hasta que por razones laborales su familia decidió vender la casa ubicada en Tinogasta.
Claudia Arias y Daniel Zalazar juntos en una clases.
A Zalazar le decían “Conejo” y según publica el diario El Ancasti durante su infancia fue víctima de constantes malos tratos de parte de sus padres. En la escuela n.55 compartió sus juegos e inocencias pero no también como ese esperaba.
“Se sentaba en el fondo, no resaltaba, no hablaba mucho, no era 'popular', no se vestía a la moda, no le gustaba el fútbol, no te lo cruzabas en el boliche", recuerda un compañero de colegio.
Cuando terminó la secundaria, Zalazar se mudó a Mendoza para estudiar medicina, carrera que cursó en la Universidad de Mendoza. Vivía en un departamento céntrico con una de sus hermanas.
La beba de la discordia.
No fue un buen estudiante y pese a que se presentaba como médico, nunca se recibió. Sus conocidos lo definieron como un "mujeriego" al que no se le conocieron relaciones formales.
Para ganarse la vida se dedicó a dar clases de Taekwondo. Así conoció a Claudia Arias, con quien habría tenido una hija. Justamente la discusión por la paternidad habría sido el móvil del triple crimen que provocó conmoción en el país.
Ahora quedó alojado en el pabellón 5 de la cárcel de Boulogne Sur Mer. Allí, entre las rejas, mantiene la personalidad fría que lo caracterizó en su infancia y adolescencia: raro, callado y tranquilo.