Yama Corín es madre de Luna y hace 11 años denunció que su ex, Hernán González Rizzi, había abusado sexualmente a su hija. El martes, a más de una década del inicio de la causa, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 15 de la Ciudad de Buenos Aires decidió absolver al hombre acusado por el delito de abuso sexual agravado contra la menor de edad al momento del hecho después de cuatro meses de juicio. La fiscalía había pedido 15 años de prisión.
Indignada, furiosa y con una bronca que no le cabía en el cuerpo, la mujer realizó un contundente descargo en las redes sociales y advirtió que el fallo de los jueces Virginia Sansone, Adrián Martín y María Elisa Gaet es una "habilitación de la crueldad". "El dolor es hondo y lo lloraremos. Pensamos que a lo mejor se podía, no por deseo o numerología. Fue un juicio que contó con la declaración precisa y detallada de la víctima, sostenida por psicólogas y peritos, incluso testigos", escribió.
En su cuenta personal de Facebook, Corín remarcó que en el caso "intervino una defensa cruel y bruta", y apuntó directamente contra la abogada del padre de su hija, acusado por el delito de abuso sexual agravado por tratarse de su progenitor, por ser la víctima menor de edad al momento de los hechos, "aprovechándose de la situación de convivencia preexistente" y porque fue realizado de forma reiterada, según consta en el requerimiento de elevación a juicio.
En ese contexto, sostuvo que la abogada Patricia Anzoategui "encarnó la defensa del acusado fanáticamente y mucha veces no recordaba su nombre, seguramente no le importa, porque enfrente tiene a una feminista y su odio hacia nosotras es lo que la motiva a defenderlo". "Maltrató a testigos en los interrogatorios, algunas veces el tribunal intervenía, otras no. Pero la violencia fue corriente, activa y provocadora en todas las audiencias", denunció.
Además, advirtió que "las acusaciones y amenazas" hacia ella fueron constantes "Intentando y con éxito, prolongar el juicio lo máximo posible". "Hasta un cambio de gobierno, más favorable. La jugada funcionó, y un tribunal que parecía respetable dejó hacer y se colocó del lado derecho de la sala. El de la defensa, un mamarracho cruel. Deseo fervientemente que no puedan dormir en paz. Porque estoy segura que algo turbio pasó para qué resuelvan así", apuntó.
Este juicio comenzó el 8 de agosto y cada jornada contó con un fuerte acompañamiento impulsado por la Agrupación Feminista Mundanas en alianza con el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, organizaciones políticas y feministas, sindicatos y organismos de derechos humanos. "La extensión del proceso se debió a la insistente violencia de la abogada defensora del abusador (Patricia Anzoátegui) que no sólo atacó a la mamá protectora de Luna, sino que mantuvo a los testigos durante horas con repreguntas que apuntaban a la implantación del falso S.A.P. (Síndrome de alienación parental)", indicaron en un comunicado.
A través de la figura del S.A.P. "muchas veces el poder judicial sostiene que el relato de las infancias es falso y que es 'creado' por sus madres", explicaron. "Los fundamentos serán la acomodación a eso. No tengo dudas. La verdad es una y estuvo frente a ustedes Virginia Sansone, Adrián Martin, María Elisa Gaeta absolvieron al violador de una niña. De mi niña. El seguirá libre, gracias a ustedes. La cruel abogada hará bailecitos de victoria", resaltó la mamá de la víctima.
Finalmente, la mujer le advirtió a los jueces a cargo del fallo y a los abogados defensores del acusado que "no tendrán libre la conciencia nunca más". "No olvidaremos sus nombres. El llanto de mi hija ayer, abrazada a Norita Cortiñas, que por primera vez la vi quebrada rodeada de cientos de llantos, serán mi motor. Todo ese dolor, genuino, amoroso, cansado y furioso tiene toda la dignidad que a ustedes les falta. No importa el poder con el que cuenten. Prefiero siempre estar de este lado", cerró.
Durante el juicio, la parte denunciante pidió que se trate el delito de "corrupción de menores", ya que la madre de la víctima había detectado signos de una posible situación de abuso hacia su hija de parte de su progenitor -de quien estaba separada hacía ocho años- cuando la nena tenía 9, lo cual fue confirmado por una terapeuta que consultó, lo que la llevó a radicar una denuncia penal en abril de 2012.