24 Septiembre de 2018 17:16
El Club Atlético Independiente quedó en el centro del escándalo cuando a mediados de marzo, un juvenil de 14 años se "quebró" ante el psicólogo de la institución deportiva describiendo que había mantenido prácticas sexuales a cambio de dinero con una persona mayor.
Bustos logró su libertad la semana pasada.
A partir de este caso, el club presentó la denuncia y la Justicia comenzó a investigar llegando a identificar a, al menos, 9 víctimas confirmadas, aunque el número puede ascender a 20. Uno de los principales acusados fue el juez de línea Martín Bustos, quien fue liberado la semana pasada y está procesado por tres hechos de abuso sexual ultrajante y corrupción de menores.
Bustos vive en San Isidro, en uno de los domicilios en los que habría concurrido uno de los menores abusados. Si bien los partidos en Primera los cuenta con los dedos de una sola mano, supo dirigir en la categoría máxima del fútbol argentino el año pasado. Debutó en primera el 16 de junio de 2017 como asistente 2 en el choque entre San Martín de San Juan y Temperley.
Como dato anecdótico, el nombre de Bustos había saltado a la fama el año pasado cuando fue agredido durante su participación en el encuentro entre Atlético Paraná y All Boys. El partido de la cuadragésima fecha del torneo Primera B Nacional fue suspendido a los 33 minutos del segundo tiempo por aquel entonces por el árbitro Ariel Penel.
Bustos era parte de la Asociación Argentina de Árbitros.
Bustos es abogado y antes del escándalo ocupaba el cargo de Secretario de Seguridad y Prevención de la Asociación Argentina de Árbitros. Pero lejos del silbato, al juez de línea no le faltaba trabajo, ya que también ocupaba un cargo en la Procuración General de la Nación.
Pese a esto, en las últimas horas fue suspendido, pero no por las denuncias en su contra, sino al ser acusado de romper el 3 de julio de 2015 fojas de dos expedientes, justo aquellas donde figuraban los pedidos de excarcelación que había hecho la defensa.
Según detalló Clarín, el árbitro admitió haber tomado esas páginas y alegó que atravesaba problemas personales relacionados con su padre y que eso lo tenía perturbado. Algunos adelantan que el árbitro tendría relación con los involucrados en esas causas.
Además, señalan que podría haber querido demorar esos procesos judiciales para obtener un provecho personal, ya que la adulteración de esas fojas le facilitaba de algún modo su tarea diaria. Fuentes ligadas al caso hablan de un viaje recreativo que el árbitro ansiaba concretar.
Momento en el que recibió una agresión en el encuentro entre Atlético Paraná y All Boys.
En este marco, desde el Ministerio Público Fiscal explicaron que “las fojas de los dos expedientes que desglosó y destruyó Bustos corresponden a pedidos de excarcelación que luego debían ser evaluados por el fiscal de cada causa. Bustos quitó esas páginas y las reemplazó por fotocopias de otras partes de esos mismos legajos. Así generó una demora de un mes en esas causas”.
Martín Bustos, el árbitro acusado.
De esta manera, Bustos fue despedido de su puesto en la Procuración General de la Nación, en el área "privados de libertad". El árbitro está muy complicado desde lo legal. La carátula que le adjudican al árbitro es el de “abusos sexual con acceso carnal a un menor de 16 años, agravado por la inmadurez sexual de la víctima y ser portador del virus del VIH”.