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Masacre de Texas: La nena que sobrevivió porque se pintó con la sangre de su amiga y se hizo la muerta

Miah Cerrillo tiene 11 años y su mejor amiga fue asesinada por Salvador Ramos. 

27 Mayo de 2022 15:59
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Siguen apareciendo dramáticos relatos a partir de la masacre que desencadenó Salvador Ramos, el joven de 18 años que asesinó este martes a tiros a 21 personas en una escuela primaria de Texas y luego fue abatido por la Policía. Luego de que se diera a conocer que el esposo de una de las profesoras asesinadas falleció a raíz de un infarto horas después de conocer la noticia, una sobreviviente de la masacre rompió el silencio y contó que en su afán por sobrevivir al ataque, se untó la sangre de los cuerpos de sus compañeros de clase, se hizo la muerta y que de esta manera salvó su vida. Según reveló, se puso sangre de su amiga y simuló estar muerta para que el autor del crimen no le disparara.

La protagonista de esta historia se llama Miah Cerrillo, tiene tan solo 11 años  y va al cuarto grado de la escuela de Robb. Según informó CNN, la nena sostuvo que al ver el cuerpo sin vida de su mejor amiga, Amerie Joe Garza, agarró la sangre de ella y se la colocó en todo el cuerpo para evitar que Ramos, quien disparó y mató a 19 de sus compañeros y dos de sus profesores, la asesinara a ella. Todas las víctimas mortales estaban en la misma clase de cuarto grado y la única sobreviviente fue Miah, la cual fue hallada bañada en sangre, salpicada de fragmentos de hueso, inerte, con los ojos abiertos de par en par. Al verla, su padre entró en pánico.

 

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De acuerdo con lo trascendido, Ramos irrumpió en el salón y les dijo: "Van a morir". En ese momento, Amerie Joe sacó su celular  y llamó al 911. "En lugar de quitárselo y romperlo, le disparó", dijo su abuela en diálogo con The Daily Beast. "Su mejor amiga estaba sentada a su lado y la salpicó toda de sangre". Durante casi una hora, Miah -totalmente inmóvil y rodeada de cadáveres- fue testigo de como Ramos ejecutó a cada uno de sus compañeros de clase y a sus profesores. “Vio a su amiga llena de sangre, y ella se la puso”, contó la tía de la menor, Blanca Rivera, a KPRC, quien además reveló que a la menor ya le dieron de alta en el hospital.

Sin embargo, la mujer aclaró que todavía debe recuperarse de algunas heridas físicas y del daño psicológico y emocional que causó la masacre. “Alrededor de la medianoche, mi cuñada me llamó llorando. Me dijo: 'Creo que todo esto acaba de golpear a Miah. Creo que todo se hizo realidad. Estamos en casa, y ella está llorando y con ataques de pánico'. En este momento, sólo tenemos que rezar y pedir a Dios que nos ayude a superar esta situación. Sé que es traumatizante y que una niña de 11 años pase por esto, no puedo imaginar lo que está sintiendo”, sostuvo Rivera y afirmó que, a partir de ahora, la familia deberá apoyar a Miah de manera emocional para superar este difícil momento. 

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Este jueves se informó que Joe García, esposo de Irma García, una maestra que enseñó durante 23 años en la escuela primaria Robb y que fue asesinada durante el ataque, falleció de un infarto días después de enterarse de la trágica noticia. La pareja, que llevaba casada 24 años, tenía cuatro hijos. John Martinez, sobrino del fallecido, dijo en Twitter que Joe "murió por el dolor", en un mensaje en el que presentó los hechos como "extremadamente desgarradores" y en el que pidió a sus seguidores que rezaran por su familia. La noticia de la muerte de Joe apenas dos días después de la de Irma fue confirmada también por Debra Austin, una prima de ella.

La mujer había puesto en marcha una recaudación de fondos para ayudar a sufragar los gastos funerarios y atribuyó el fallecimiento de Joe a "una emergencia médica". "Realmente creo que Joe murió con el corazón roto, perder a quien había sido el amor de su vida durante más de 30 años fue demasiado duro de soportar", escribió Austin. Con la muerte de Joe García ascendió indirectamente el balance de las víctimas de la masacre: Salvador Ramos, el agresor, de 18 años, mató con disparos de fusil automático, además de a Irma, a su colega Eva Mireles, y a 19 niños cuyas edades varían entre los nueve y los 10 años.

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