El domingo 23, la paz del Barrio Evita, en Plottier, provincia de Río Negro, desapareció por completo. Esa noche, un hombre asesinó de ocho tiros a su vecino, que había sido denunciado en incontables oportunidades por abuso sexual.
Julio Enrique Maidana tenía 52 años y un largo prontuario de delitos sexuales. Julio Damián Martínez de 31 años, vivía al lado de su casa. Durante muchos años protagonizaron muchas peleas en el lugar. Uno y otro se denunciaban a la Policía. Hace tres años, Martínez le había disparado a las piernas durante un enfrentamiento.
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Cuando Julio escuchó que su vecino había querido violar a una adolescente de 17 años que vivía en el barrio, salió a buscarlo. Según el relato de la chica, caminaba por la calle cuando Maidana la agarró del brazo y le dijo al oído: “Vas a ser mía”. Intentó arrastrarla hacia su casa. Pero la joven gritó y escapó. Enseguida lo denunció con su familia.
El barrio se revolucionó y fueron a buscar al violador. El hombre salió a los gritos de su casa. Tenía una cuchilla de 40 centímetros y una pistola tumbera. Con esa arma golpeó a la hermana de la denunciante y le cortó la cara. De inmediato se metió en la cárcel y los vecinos empezaron a tirarle piedras.
Cerca de las 23, la Policía llegó al barrio cuando ya comenzaban a prenderle fuego la casa. Ya tenía más de 20 denuncias por abuso sexual o intentos de violación y nadie había hecho nada. El acusado huyó y un oficial lo persiguió. Le dieron la voz de alto y le dispararon a las piernas pero no lo hirieron. A Maidana se le cayó la pistola tumbera pero el policía también perdió la suya.
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Entonces el presunto violador se preparaba para atacar al agente desarmado cuando apareció Martínez. Tenía una pistola 9 milímetros de su propiedad. No le dijo nada. Le disparó ocho veces desde dos metros de distancia. Maidana murió al instante. Cuando estaba en el suelo, le disparó de nuevo en la cabeza para rematarlo. Según la autopsia, el asesinado tenía ocho orificios de entrada en la cabeza.
El asesino quedó detenido de inmediato. Según los vecinos, estaba fuera de sí. Hoy por la tarde, la fiscal del caso, Eugenia Titanti, imputó hoy a Martínez por “homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego, en carácter de autor”. Además pidió que el acusado permanezca detenido con prisión domiciliaria por un plazo de dos meses por considerar que existe riesgo de entorpecimiento de la investigación. En ese sentido, pidieron que al detenido se le prohíba tomar contacto por cualquier medio con testigos del caso y también acercarse al barrio donde ocurrió el hecho.
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El juez de Garantías que dirigió la audiencia avaló tanto la formulación de cargos como el pedido de prisión domiciliaria y las restantes restricciones. El problema ocurrió cuando los vecinos de Martínez escucharon que debería estar en prisión durante dos meses y ni siquiera podía acercarse a su barrio. Hubo gritos y abucheos contra la fiscal y el juez. También gritaron por las denuncias de abuso sexual contra Maidana.
Según Titanti, la actuación de Martínez fue para atacar al presunto violador y no para defenderse. “Tuvo más ánimo de venganza que de defensa. No se puede permitir que estos conflictos se resuelvan con más violencia”, justificó sus pedidos. Los vecinos juraron presentarse en cada audiencia para demostrar que Martínez actuó en defensa del policía y también de las mujeres del lugar.