por Gisela Nicosia
26 Octubre de 2016 10:30
Un chico de 13 años mató a un delincuente -de un tiro en la frente- que ingresó a su casa junto a otros cinco cómplices. El fiscal no lo detuvo debido a que considera que actuó en “legítima defensa”. Sucedió ayer, cerca de las 21.15 en Francisco Álvarez, Moreno. Pero, ¿Qué pensó? ¿Cómo sabía usar el armar? ¿De donde surgió la idea de disparar?
La psicoanalista especializada en niños y adolescentes, Felisa Lambersky de Widder, dialogó con BigBang y antes de analizar al menor, plantea tres preguntas para pensar: ¿Por qué hay un arma en la casa?; ¿Los adultos cuentan con autorización para portarla? y ¿Por qué el chico tiene acceso a esa arma y la sabe usar?
La imagen del ladrón abatido.
Para Widder cualquiera sea las respuesta, todas son rasgos de una familia con características violentas, en un entorno violento y la respuesta ¿Qué pensó el adolescente antes de disparar? es justamente nula. De hecho, critica que no pensó sobre su accionar. Claramente, no lo juzga, lo analiza e invita a que los padres reflexionen sobre lo que conversan con los chicos.
“El chico tenía un cierto permiso para usarla, ahora habrá que contenerlo hablando con él para ver por qué pensó que debía usarla. No hay dudas que es inimputable para la ley pero se autoimputa porque él ahora carga con esa muerte”, sentenció.
Por otro lado, la especialista, que es titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, sumó que “la falta de autocontrol y la exposición al riesgo de muerte también es un tema que se debe trabajar en familia, mediante el diálogo”.
“Hay que correrlo del lugar de ´héroe´ como se lo llama porque no lo es
“Hay que correrlo del lugar de ´héroe´ como se lo llama porque no lo es. Es una víctima más. El chico se expuso a que lo maten o a que maten a un hermanito. Hay que ayudar a pensar que no se trata de resolver los problemas sin mediar la reflexión”, sumó.
DEFENSA Y REACCIÓN
Pese a que se entiende que el niño lo hizo para defender a su madre y hermanos, y se desconoce el vínculo que mantenían sus padres con las armas. Pero es no fue el único factor que lo influenció para accionar y apretar el gatillo. Widder sostiene que “hay una cuestión de la sociedad que fomenta estas actuaciones”.
“Hay una presión social sobre la justicia en mano propia. Pero si tenía 3 años, más lo llevan preso. La desprotección frente a la violencia social hace que se produzcan estas cosas. Un niño presionado por el sentimiento de desprotección de lo ambiental y la reacción de la gente lo incluyó en el grupo de personas que piensan que tienen que defenderse haciendo justicia por mano propia pero se convierte en víctima. Actúan y luego piensan pero es al revés cómo deben accionar”, afirmó.
“Hay una presión social sobre la justicia en mano propia
Las armas y los niños: un peligro para estar alerta.
Sobre esto último, la psicoanalista y médica pediatra, relaciona este caso con que protagonizó Daniel Oyarzún, el carnicero de Zárate, que luego de ser asaltado, persiguió a los ladrones y mató a uno de ellos.
"Un niño presionado por el sentimiento de desprotección de lo ambiental y la reacción de la gente lo incluyó en el grupo de personas que piensan que tienen que defenderse haciendo justicia por mano propia
“Son casos distintos pero están vinculados en eso, en no pensar antes de actuar. Ese caso, como los que se difunden son escuchados por los chicos. También influencian ciertos videojuegos violentos y el propio padre reconoce que la sabía usar por los videojuegos", dijo y advirtió sobre eso. "El problema es que los padres no conocen lo juegan los chicos. No saben a qué juegan o hablan con sus compañeros. Es necesario explicarle que no es correcto lo que hizo. Es clave hablar, preguntar y responder, reforzar los vínculos”, aseguró.
