El martes 31 de mayo no será un día más en la vida de María Estela Soberón. Desde temprano empezarán a responderse muchas dudas pendientes desde agosto de 2019, cuando mataron a su hija. Tras viajar desde Chaco, con el objetivo de estar presente en el inicio del juicio por el femicidio, con toda su fe puesta en el proceso, Soberón esperará que, finalmente, se haga justicia por el crimen de Stella Maris Ramírez.
La joven fue asesinada por su pareja y su suegra cuando tenía apenas 26 años. La familia vivía en la localidad de Lima, Zárate, a donde se habían mudado desde hacía ya varios años por el trabajo de Carlos Entivero. Durante ese periodo, el violento hizo hasta lo imposible para alejar a su mujer de su familia, sobre todo de su madre, quien no estaba de acuerdo con ese vínculo.
Es que Stella Maris se fue de la casa en la que vivía en Chaco con su mamá cuando tenía 20 años, y lo hizo porque estaba enamorada de Entivero: por eso no le importó dejar su lugar de nacimiento para irse a vivir a 1000 kilómetros de distancia. Lo que no sabía es que esa vida iba a estar cargada de agresiones y violencias.
El femicidio de Stella
El ataque ocurrió el 2 de agosto de 2019 y eso se sabe porque los vecinos que vivían al lado de la casa familiar escucharon una discusión fuerte entre la víctima y su pareja. Luego oyeron un ruido fuerte y siguió el silencio total. Lo más raro vino después, cuando el agresor salió de la casa en su camioneta a toda velocidad. Lo que se cree es que huyó para deshacerse del arma homicida, que de hecho no fue encontrada hasta el día de hoy."A nosotros nos avisan de la desaparición de mi hija el 14 de agosto, 12 días hacía ya que estaba desaparecida. Una amiga de mi hija que vivía a dos cuadras de la casa, y que fue la última que la vio con vida, armó un grupo de Whatsapp y se presentó a hacer la denuncia, que no se la querían tomar, pero como insistió, lo hicieron y ahí nos avisaron por Facebook que estaba desaparecida. El día 15, ya cuando nosotros emprendemos viaje para Zárate, en ese transcurso es que a él (Entivero) lo detienen", contó en diálogo con BigBang, María Estela Soberón, madre de Stella Maris.
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Sucede que durante esos días en que la Justicia no estaba enterada del crimen, Entivero tuvo tiempo de ocultar pruebas, viajar hasta Corrientes a la casa de su madre y hasta tirar el cuerpo de la víctima al río Paraná, donde a los 20 días de su desaparición fue encontrado decapitado."Después de la agresión, él se fue a Corrientes con la madre y mi nieta, volvió a trabajar a Zárate luego, y en todo ese tiempo ni siquiera se comunicó conmigo ni con el papá de la nena. Nunca dijo que había desaparecido. Cuando se hizo la denuncia y la policía lo llamó, dijo que mi hija se había ido con un amante, pero ya para ese entonces los vecinos sabían lo que había pasado, sabían que el 2 de agosto la había atacado y que 30 horas después llegó la mamá para ayudarlo. La autopsia de mi hija indicó que no murió ese 2 de agosto, y que falleció 4 o 5 días después. No se sabe dónde la tuvieron agonizando o por lo menos yo no lo sé, pero sí está claro que la decapitaron y la tiraron al río", reveló Soberón sobre los escalofriantes detalles del femicidio.
El juicio
En esta explicación brindada por Soberón, aparece también la participación de la madre del agresor, Amelia Itatí Lezcano, quien si bien estuvo detenida dos meses tras conocerse el hecho, ahora permanece en libertad y así llegará al juicio que empieza en Campana el martes."Nosotros nos preparamos fuertes para el juicio y vamos con el pedido de justicia. Lo único que pedimos es que estas dos personas tengan perpetua, no queremos más fallas. En una cosa tan horrenda no podemos pedir otra cosa que no sea perpetua para los dos, hay una muerte horrenda y a mi no me la devuelve nadie a mi hija", sostuvo María Estela, quien estará presenciando las tres audiencias que se llevarán a cabo en el Tribunal Oral Nº1 de Campana.
Dolida, la mamá de Stella Maris aseguró que no sabe por qué liberaron a la madre del acusado, sobre todo porque está segura de que ella participó del crimen y lo ayudó a su hijo a ocultar las pruebas. "Es una asesina, no debe estar libre, menos que una perpetua no esperamos. Ella participó en todo, lo que no sabemos pero quizás la Justicia sí, es que es muy probable que ella terminara de matarla, porque la odiaba a mi hija", comentó.
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Si bien la madre de la víctima se constituyó como querellante en la causa, aún así hay muchas cuestiones que todavía no tiene claras y de las que tampoco se le informó. Por ejemplo, si bien el celular de Stella Maris fue hallado en la casa, había sido formateado y su madre no sabe si de ese peritaje en el teléfono se pudo encontrar alguna prueba más. Al día de hoy, ella tampoco sabe qué pasó con la cabeza de su hija, ya que cuando el cuerpo se encontró estaba decapitado."Las testimoniales dicen que mi hija sufría de violencia. A mí él no me quería, sabia que yo era de enfrentar. Un día ocurrió un hecho particular, cuando mi nieta tenia 2 meses, que ellos viajaron para Corrientes, a la casa de la madre, descubrí que él lastimaba a mi hija. Yo sabia que estaba lastimada, y no la dejaban salir, ahí hice toda una revolución, entonces él me restringió el contacto, decía que yo era una loca porque yo no iba a aceptar que mi hija tuviera un solo golpe", se lamentó.
Las sospechas sobre la suegra de la víctima
Por fuera del brutal crimen, hay algo que resulta todavía más macabro, y es que la hija de la pareja, quien tenía apenas 5 años en ese momento, presenció todo lo ocurrido dentro de la vivienda, al punto tal que luego cuando pudo llegar hasta su abuela, la madre de su mamá, se animó a contar lo que había visto y oído en esos días de calvario.De hecho, al mudarse con su abuela, la nena confesó que su papá le había metido en la boca a su madre un revólver y que además su otra abuela (la madre del agresor) había golpeado mucho a Stella Maris. Con esta información, la menor se sometió el año pasado a una cámara Gesell, donde habló lo que pudo y lo que recordaba, pero su testimonio será una prueba elemental para determinar en el juicio la participación de ambos en el homicidio.
"Las evidencias en contra de esta mujer son muchas. La gente del pueblo donde ella vive (en Corrientes) me dijeron que había un tipo que era su amante, que le dio una hidrolavadora para limpiar todo. Atrás del patio de la casa de mi hija hicieron un pozo donde quemaron todas las pertinencias de ella, no quemaron solo la ropa que tenia puesta, sino todo. Ellos se creían genios, la estrategia era armar todo para decir que mi hija se había ido con un amante y que por eso no había ninguna pertenencia en la casa y si el cuerpo aparecía, iban a decir que había sido el amante", dijo a BigBang, María Estela.
Sobre su nieta, finalmente contó que ya tiene la tutela definitiva y que hace todo porque la pequeña viva lo mejor posible. De hecho, va a la escuela en Chaco, sale a pasear por los parques con su abuela y nunca quiere quedarse sin su compañía.
"Lo que nosotros queremos es que estos asesinos paguen, espero que la Justicia y los fiscales los hundan y poder encontrar así un poco de paz, porque nunca va a ser total, porque falta alguien en la familia, pero queremos saber que a esta gente no lo vamos a ver libres por las calles y que no van a matar nunca más a nadie", cerró conmovida.