En la segunda parte de su entrevista con Telenoche, Máximo Thomsen, condenado por el crimen de Fernando Báez Sosa, contó que en el momento posterior a la pelea en Villa Gesell "sólo quería ir a comer y a dormir". También aseguró que reza "todas las noches" para que la víctima "tenga paz", le pidió "perdón, perdón y perdón" a los padres del joven asesinado y sufrió un furcio cuando el periodista Rolando Barbano le repreguntó si Lucas Pertossi -autor del audio de WhatsApp que envió al grupo de amigos minutos después del crimen y que decía que el joven de 18 años "caducó" tras la pelea- le había contado que Fernando había fallecido. "Sí....no", fue su respuesta.
Fernando Báez Sosa tenía 18 años y estaba de vacaciones junto a sus amigos del secundario y su novia cuando el 18 de enero de 2020 recibió una brutal paliza a la salida del boliche Le Brique de Villa Gesell que le costó la vida. Por este hecho, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Número 1 de Dolores, María Claudia Castro, Emiliano Lázzari y Christian Rabaia condenaron por "homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía en concurso real con ideal con lesiones leves" a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Enzo Comelli y Matías Benicelli, todos ellos a prisión perpetua.
Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron una pena de quince años de prisión efectiva por ser hallados como partícipes secundarios del asesinato. "Yo siempre quise pedir perdón, pero también sé que el perdón no es suficiente porque uno puede decir ´me está diciendo perdón´, pero no puedo recuperar nada de lo que pasó. Ojalá pudiese recuperar eso que pasó. Lo único que tengo para decir es ´perdón, perdón y perdón y que ojalá descanse en paz y pueda encontrar paz en su corazón´", sostuvo Máximo antes las cámaras de canal Trece y agregó: "No pido que me perdonen, porque sé que si yo estuviese del otro lado, capaz que pensaría igual que ellos".
Al ser consultado sobre si solía pensar en Fernando mientras cumple condena en el penal de Melchor Romero, respondió: "Rezo todas las noches porque tenga paz... sólo que sepan que lo que dicen que pasó no es así, es distinto". También se refirió a las imágenes que registraron las cámaras de seguridad del local de Mc Donald´s al que concurrió con Lucas Pertossi minutos después de haber matado a Báez Sosa: "Yo sólo quería ir a comer y acostarme a dormir".
Fue ahí cuando su relato trastabilló. En ese momento, Barbano le recordó el audio que Pertossi envió al grupo que compartían de WhatsApp a las 4.55 de la madrugada de ese 18 de enero de 2020 y que decía: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la Policía, llamaron a la ambulancia... caducó". Según explicó Thomsen, ese mensaje lo escuchó "en el juicio, porque en ningún momento agarré el celular". "Yo solo quería comer e irme a acostar", insistió.
Segundos después, el periodista le consultó si Pertossi le había dicho que Fernando había fallecido mientras comían y Máximo flaqueó: "Sí... no, me dice de una pelea y que algo malo había pasado y había una ambulancia. Y le respondí que pudo ser otra... Para mí, lo grave era que esté un chico en el hospital, porque no lo tenía presente (a Fernando)... Fue muy rápido, un abrir y cerrar de ojos (la pelea)".
Por otro lado, explicó que aquella noche fue habitual para el grupo de rugbiers: "Salí, hubo un problema, una pelea, volvimos, y nos fuimos a comer para después acostarnos a dormir y empezar otro día"; y habló sobre su vida en la cárcel: "Extraño a mi familia, mis amigos, poder hacer las cosas que me gustan, trabajar con mi papá. Él siempre me manda ´te necesito´ y mi mamá también. Extraño mucho. El encierro es horrible".
Finalmente resaltó que "lo único que te da cierta fuerza para poder sobrellevar todo lo feo es que tenemos visitas una vez a la semana y es lo que más esperamos nosotros" y respecto a la convivencia con el resto de los integrantes del grupo condenado, cerró: "Tenemos nuestras diferencias, pero seguimos siendo amigos". Máximo Thomsen fue señalado como quien le propinó a Fernando golpes de puño y patadas en la cabeza, por lo menos dos, cuando este estaba ya tirado en el suelo.
También fue apuntado como el líder de aquel grupo debido a que se ve filmado golpeando y huyendo de la escena del crimen, erráticamente, según declararon los testigos en el juicio. El informe del estudio escopométrico reveló que la impronta de una zapatilla en la cara de la víctima la dejó Thomsen, confirmando que la sangre era la de Fernando. Esta fue encontrada en la casa por agentes policiales tras el allanamiento ocurrido al día siguiente en la casa que el grupo alquilaba en la costa.
Posteriormente se encontraría sangre en su camisa y en la propia mano derecha del joven que hoy tiene 24 años. Recordemos que Thomsen también fue el responsable de inculpar a Pablo ventura, un joven de su edad que fue detenido doce horas después del crimen en Zárate y que se comprobó más tarde que estaba cenando en un restaurante de su ciudad al momento del crimen. Consulado al respecto, Máximo se justificó: "Los policías me empiezan a hacer preguntas, qué había uno más, que esto era grave, una pena de 25 años, de 20... Y me empecé a asustar, me temblaban las piernas y di un nombre que no lo podían vincular a nosotros".
Por su declaración, Ventura pasó cuatro días detenido y fue trasladado esposado a Villa Gesell desde Zárate. "Tiré el nombre de alguien nada que ver. Tiré un nombre por tirar, no porque tenga algo contra él. Esperaba el momento para pedirle disculpas, me arrepiento ciento por ciento",