Mayra Vallejos, la joven acusada de matar a su pareja, Matías Daniel Ferreyra, durante una discusión en su casa que compartían en Pilar confesó haber cometido el crimen en las últimas horas, luego de haber querido pasar el homicidio como un robo. "Era sumamente celoso y posesivo. No me dejaba salir sola a la calle", aseguró y remarcó que Ferreyra la "golpeaba", la "agarraba de los pelos" y la "tiraba al piso" para "darle piñas en todos lados".
La mujer fue indagada el sábado por el fiscal Andrés Quintana, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 descentralizada de Pilar y de la causa, como presunta autora del homicidio de Ferreyra. Presunto porque en un principio, Vallejos sostuvo que habían sido sorprendidos por tres delincuentes que ingresaron a su casa, en la localidad bonaerense de Manuel Alberti, que uno de ellos la golpeó en la nuca y que los dos cómplices redujeron al hombre, a quien tomaron por el cuello.
Siempre según los dichos de la autora del crimen, los amenazaron y le exigieron la entrega de una suma de dinero. "Dame los 200.000 pesos del iris del ojo", decía Vallejos que le repetían a Ferreyra mientras lo golpeaban, según dijeron las fuentes. Finalmente, la mujer sostuvo que uno de los delincuentes había atacado con un cuchillo que estaba sobre una mesada a la víctima de 38 años y lo apuñaló en la zona del abdomen.
Luego, siempre la primera versión dada por Vallejos, ella comenzó a gritar, pero los delincuentes siguieron atacando a Ferreyra hasta encerrarlo en el baño. Los supuestos asaltantes huyeron tras robar 2.000 pesos y el teléfono celular del hombre, quien fue trasladado de urgencia al hospital Central de Pilar, donde falleció. Desde un principio, los investigadores notaron ciertas inconsistencias en el relato de Vallejos y por eso la detuvieron.
De hecho, se llegó a establecer que una prima de la mujer les dio el dato a los delincuentes que la pareja había cobrado 200 mil pesos por un escaneo de iris, un proyecto impulsado por una empresa privada que convoca a las personas, a cambio de una suma de dinero que se abona en criptomonedas, para que se sometan a una sencilla maniobra que observa el iris de su ojo. Pero esta versión fue inmediatamente descartada, que Vallejos y Ferreyra habían discutido ese día.
Acorralada, ala mujer reconoció haber cometido el homicidio "sin querer" pero en defensa propia, debido a que el hombre, quien ejercía violencia de género sobre ella de manera habitual, la golpeó "por todos lados en el cuerpo, con el puño cerrado". La joven también desligó a su prima del caso, quien había sido detenida en el marco de la primera línea de investigación. "No tiene nada que ver", sostuvo Vallejos al ser interrogada por el fiscal.
De acuerdo con su declaración, lo del asalto lo dijo por temor a quedar "presa" y que sus hijos se queden "solos". La mujer contó que hacía dos años y medio que mantenían una relación de "noviazgo" y que hacía siete se conocieron "en una fábrica de colchones en la localidad de Garín". luego, se fueron a "vivir juntos" y él le pidió que dejara de trabajar", por lo que dejó la fábrica y se dedicó "a ser ama de casa, atenderlo a él" y a ocuparse de sus hijos.
Mientras tanto, Ferreyra continuó desempeñando sus labores en la misma empresa. "Era sumamente celoso y posesivo. No me dejaba salir sola a la calle. Al principio cuando él me pidió que renuncie lo tomé como un acto de amor, me pareció bueno así podía estar con mis hijos, pero con el paso del tiempo me di cuenta que lo hizo para controlarme", señaló Vallejos y añadió: "A los tres meses de convivencia comenzó a golpearme".
De acuerdo a su testimonio, el hombre la "golpeaba", la "agarraba de los pelos" y la "tiraba al piso" para "darle piñas en todos lados", por lo que a veces se "escondía abajo de la cama" de sus hijos pero él la buscaba para continuar la golpiza. Además, Vallejos dijo que en una oportunidad el fallecido le provocó "un corte en el rostro" y que sus hijos eran "testigos de todas estas agresiones", aunque luego de esos episodios él se "arrepentía" y le pedía que "lo perdone".
Sobre el día del crimen, explicó que Ferreyra el hombre la tomó "de los pelos" y la sacó de la silla en la que estaba sentada para luego comenzar a pegarle "por todos lados en el cuerpo con el puño cerrado". "Comenzó a decirme que mi prima nos iba a robar la plata, que yo era una pelotuda, que no pienso con la cabeza, entre gritos y amenazas", afirmó Vallejos y agregó que su novio estaba parado con un cuchillo en la mano y que luego lo dejó sobre la mesa.
Finalmente, detalló que lo empujó con sus manos y piernas, se dio vuelta e intentó huir con dirección al baño: "Escucho que mi hija me grita 'cuidado mamá'. Cuando me doy vuelta él venía sobre mí con el cuchillo, intento sacárselo, el cuchillo cae al piso, yo lo levanto rápido. Intentó agarrarme, yo extendí mi brazo con el que tenía el cuchillo y se lo clavé sin querer. Camina unos pasos por la casa, luego va al baño y se desvanece. Yo me asusté mucho, lo agarré, le pedía que no me dejara, que no quise lastimarlo".
Tras el hecho, salió corriendo para pedir ayuda porque su "marido se estaba muriendo" y que luego a la Policía denunció un falso robo. "Tenía miedo que me dejen presa, que mis hijos iban a quedar solos. Cuando llegó la Policía les dije que nos habían entrado a robar, fue lo primero que se me ocurrió. A raíz de eso la detienen a mi prima que no tiene nada que ver. No tenía intenciones de matarlo. Yo lo amaba. Solo quise defenderme. Estoy muy triste, no puedo creer que todo haya terminado así", cerró.