Las fuerzas de Seguridad y Justicia de la provincia de Mendoza continúan la búsqueda de Víctor Aníbal Rodríguez, acusado de ser el secuestrador y violador de una mujer de 20 años en la localidad de Las Heras. La joven estuvo retenida desde pasado mediodía del lunes, aunque cerca de las 21 logró escaparse de la vivienda donde estaba retenida, gracias a que se cruzó con un colectivero de la línea 665 que la conocía y la llevó con su familia, que la estaba buscando desde hacía horas.
Cerca de las 23, un helicópteros y drones se desplegaron por la zona de la vivienda del agresor, a quien todavía no lograron ubicar. Aparentemente, el albañil también era parte de los grupos de WhatsApp de vecinos que comenzaron a hacer circular la denuncia y su rostro, y este aprovechó esa información para fugarse a tiempo por un descampado que da hacia el fondo de su hogar. "Recién a las 23 llegó un helicóptero acompañado de drones para buscarlo cuando vaya a saber ya dónde estaba", aseguró una vecina.
El rol de la comunidad tanto en la búsqueda como en la denuncia fue fundamental. Al punto de que los ánimos se caldearon en la localidad luego de que una custodia policial se apostara en la casa del violador, mientras que en la vivienda de la víctima brillaban por su ausencia. El prófugo hacía tres meses que vivía en el barrio El Borbollón, lindero a la Ruta Nacional 40.
La víctima quedó internada en observación, tras las vejaciones que sufrió, que la golpearon tanto física como anímicamente. Su agresor había sido albañil en su hogar y es por eso que ella se acercó a la puerta de su domicilio cuando este la llamó. Allí fue que la tomó por la fuerza y la hizo ingresar a su domicilio. Según el relato que brindó, el hombre amenazaba con matarla y ella le suplicaba que no lo hiciera.
Su familia la buscaba desde las 13:30. Sabían que le había pasado algo porque su madre estaba en contacto permanente desde que ella se bajó de un colectivo del Grupo 300 en El Borbollón. Tenía que pasar por una zona sin mucho movimiento y chateaba con su madre para poder cuidarse, hasta que dejó de responder de forma repentina.
En un momento pudo liberarse y huir por la parte de atrás de la casa del agresor, tal como hizo él horas después. Eran cerca de las 21 y corrió hasta que se encontró con el colectivo de la línea 665, conducido por Adrián, quien la llevó al cruce de la Ruta 40 con la calle San Ramón, donde estaban centrando la búsqueda sus familiares.
"Lo único que me dijo fue: 'Me hicieron de todo' y lloraba", describió el chofer ante Radio Nihuil. "La conozco porque es pasajera de todos los días y además sabía que la estaban buscando", explicó después. Si bien no pudo confirmarse, a partir de estos testimonios creció la presunción de la investigación acerca de que hubo participación de más violadores además de Rodríguez.