01 Febrero de 2023 10:21
Un “Te amo” hecho con balas de 9 milímetros en forma de corazón fue la amenaza que le hizo Sebastián Vargas Orellana, policía federal que prestaba servicio en la policía barrial, a su ex pareja, Camila Soledad Juárez, por celular. El epígrafe abajo de esa imagen decía: "Son todas para vos, si me llegas a engañar". Luego, a plena luz del día, alrededor de las 16 del martes, el hombre la siguió, apuntó y gatilló su arma contra la mujer, una amiga y un hombre.
El ahora detenido por el hecho, dijo: “Me mandé una macana”. Esto después de haber esperado a que las tres personas descendieran de un taxi y disparado desde la esquina de Avenida Nazca y Avenida Francisco Beiró, del barrio de Agronomía, en dirección a un comercio de motos.
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Vargas Orellana estaba de civil al igual que los heridos, que también son de la Escuela de Suboficiales de la Policía Federal Argentina, pero portaba su arma reglamentaria. Fue pareja de Camila y se cree que los motivos de la amenaza y el intento de femicidio habría sido por celos, ya que la mujer estaría en pareja con el hombre herido en el hecho, Ulises Dos Santos González. La otra mujer afectada por las balas fue Cintia Santa Cruz, amiga de Camila. Y, según contaron los testigos, había un cuarto hombre que escapó corriendo. La Policía de la Ciudad se hizo presente y detuvo a Orellana mientras que las víctimas del ataque fueron trasladadas a distintos hospitales.
El estado de salud de las tres personas heridas es grave: Camila se encuentra con riesgo de vida, luego de recibir dos balas, una que impactó en el útero y en el colon, y otra en la pierna. La otra mujer recibió dos disparos en el abdómen pero no corre peligro, mientras que el otro joven, que recibió un disparo también en el abdomen, fue trasladado en el mismo taxi en el que llegó al lugar. Su estado es "reservado", según las autoridades.
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Los heridos se encuentran internados en el Hospital General de Agudos Tornú y el Hospital Policial Churruca adonde fueron derivados después del ataque del efectivo de la fuerza de seguridad. Gerardo, empleado del local de motos, contó que Camila “chorreaba sangre” y gritaba “por sus hijos”. Además, dio detalles de que el hecho pasó en pocos minutos. Las balas que disparó fueron al menos ocho y no solo impactaron en el comercio de la esquina, sino también en los alrededores, siendo uno que casi impacta contra la vida de una empleada que estaba adentro. La bala ingresó por el vidrio al local y la rozó.