29 Septiembre de 2022 15:08
Natalia Evelyn Ponce tenía 21 años y se emocionó al recibir un mensaje de Lucas Machuca, un ex compañero de colegio que actualmente se desempeñaba como un agente de la Policía bonaerense. El joven de 22 años la encontró en las redes sociales, habló con ella, la invitó a cenar y la pasó a buscar con su auto Ford Taunus negro. Ella jamás regresó. Incluso, su teléfono celular se apagó durante la velada y nunca más se encendió.
La familia de Natalia decidió ir hasta la casa de Machuca para preguntarle si sabía lo que le había ocurrido a la joven. Él les dijo que "no" y rápidamente radicaron la denuncia por averiguación de paradero en la comisaría Sexta de Almirante Brown. “No sé dónde está”, les dijo. Pero todas las miradas recaían sobre la figura de Machuca, quien al verse acorralado contó su versión: "Natalia me quitó el arma reglamentaria y se disparó en la cabeza".
De acuerdo con su relato, esta secuencia lo "asustó", cargó en su auto el cuerpo de Natalia, condujo hasta Florencio Varela y la abandonó en las inmediaciones del cruce de las calles Diagonal Los Tilos y Los Aromos, en un descampado al costado de las vías del ferrocarril. Pero ella todavía seguía con vida. De hecho, un vecino la encontró, llamó al 911 y la trasladaron al Hospital “Mi Pueblo” de Florencio Varela.
La joven presentaba una herida de bala en la zona frontal de su cabeza. Estuvo varios días internada en grave estado hasta que finalmente su cuerpo dijo basta y falleció el martes por la mañana. La causa cayó en manos de la fiscal Fabiola Juanatey, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº2 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora e intervino el Juzgado de Garantías Nº8.
Lo primero que hizo la fiscal fue ordenar la detención de Machuca, acusado de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por violencia de género”. La detención está basada en las distintas pruebas que fue recolectando la funcionaria pública. Por ejemplo, los investigadores encontraron debajo de la almohada de la cama del oficial la pistola Bersa Thunder 9mm con la que habría disparado a la víctima.
Además, los investigadores encontraron durante el allanamiento realizado en la casa del presunto agresor ropa ensangrentada y el celular de la víctima. Este último, no es un dato más. Ya que el dispositivo se encontraba totalmente destruido y no simplemente apagado, tal y como se especuló al comienzo de la investigación. El teléfono estaba en el Ford Taunus del acusado y que fue aportado por el padre del detenido, que es policía retirado.
Tanto la víctima como Machuca fueron sometidos a un dermo-test para determinar si realmente se trató de un suicidio o, de lo contrario, un femicidio. “Nadie le cree", advierten allegados a la causa. Esta técnica consiste en levantar los residuos de los disparos de un arma de fuego mediante una cinta adhesiva que se pega y despega en las caras de ambas manos, los dedos y el antebrazo, y posteriormente se coloca en un soporte de vidrio, o de plástico.
Luego, a esa muestra se le aplican una serie de reactivos para determinar la presencia de tres metales: plomo antimonio y bario. El tiempo que puede permanecer el rastro de pólvora en la piel de quien efectuó el disparo "es aleatorio y está influenciado por factores externos al muestreo como el hecho de que la persona se haya higienizado la zona o haya pasado mucho tiempo y la misma transpiración los quite".
Cabe destacar que si la persona se cubre la mano con un guante o envoltorio, esos residuos quedan en ese elemento y con la misma técnica pueden detectarse. Machuca integraba la Policía Bonaerense desde diciembre de 2020. Cumplía funciones en el Gabinete Antidrogas de la DDI de Lomas de Zamora. “Este cobarde le arrebató la vida a Evelyn Ponce. Hoy ya no lucha más por su vida, esta basura se encargó de que así sea", escribió en las redes una amiga de la víctima.
Del arma que plantaron al relato clave de un amigo: avanza el juicio por el crimen de Blas Correas
Y agregó: "21 años tenía Evelyn, llena de vida, de esperanzas, de sueños y esta lacra decidió, con un disparo en la cabeza, terminar con todo lo que ella era. Hoy nos invade la angustia, la tristeza y la bronca de que todo es muy injusto, nunca llegás a entender el por qué de ciertas cosas. Lo que sí sabemos es que el único responsable es este tipo. Espero que la condena sea enorme. ¡Espero que pague todos los días de su horrible existencia todo el dolor que provocó!”.
El padre del sospechoso, un policía retirado, fue quien encontró poco después la evidencia que comprometió a su propio hijo. En el Ford Taunus negro de Machuca, el mismo auto que había usado la noche anterior para ir a buscar a Natalia, el hombre encontró una bolsa que tenía en su interior un buzo con manchas de sangre. También había un bolso de cuero con tachas. “Él tenía novia, pero estaba obsesionado con mi hermana. Ella lo dejaba que sea parte de su vida, pero siempre le explicaba que eran amigos”, reveló la hermana de Natalia en diálogo con el portal Diario Conurbano. “Él apareció para ayudarla, pero con otras intenciones”, sentenció la joven.