Nahir Galarza no declaró en la primera jornada del juicio por el crimen de Fernando Pastorizzo. Pero rompió el silencio cuando la madre de la víctima comenzó a declarar que la imputada le gritaba y golpeaba a su hijo.
La imagen de la primera jornada del juicio.
Galarza llegó a las 8 de la mañana a los tribunales de Gualeguaychú a bordo de un patrullero de la Policía local que la trasladó desde la comisaría del Menor y la Mujer donde permanece detenida.
Pese a que luego de la lectura de los alegatos se le dio lugar a que Nahir comience a declarar, su abogado confirmó que por el momento no lo hará.
Por ese motivo, el tribunal integrado por los jueces Mauricio Derudi, Arturo Exequiel Dumón y Alicia Vivian resolvió incorporar al debate las dos declaraciones indagatorias que la imputada realizó durante la instrucción de la causa ante el fiscal Sergio Rondoni Caffa.
En la primera, se autoincriminó mientras que la segunda, ya con el asesoramiento de un equipo de abogados, aseguró que los disparos que mataron a Pastorizzo fueron accidentales.
EL MOMENTO DEL ENFRENTAMIENTO
Poco después, Silvia Mantegazza, la madre de Pastorizzo, fue la primera testigo en declarar y aportó detalles sobre la relación entre su hijo y la acusada. La testigo relató al tribunal que una vecina le contó que en más de una oportunidad había escuchado que Nahir le gritaba y le pegaba a Fernando. En ese momento, Nahir gritó: "¡Qué mentirosa!". Su reacción generó sorpresa en los que se encontraban en la habitación de unos 30 metros cuadrados.
Luego de esta interrupción, la madre de Fernando declaró que la misma vecina fue la que le alcanzó un teléfono inalámbrico que habrían arrojado en el frente de su casa en medio de estos episodios de violencia verbal y física de los que, según la mujer, Fernando era víctima.
Galarza no volvió a pronunciar palabra. Hoy se realiza la segunda audiencia en la que esta joven de 19 años está procesada con prisión preventiva por homicidio doblemente calificado por la relación de pareja con Pastorizzo y el uso de arma de fuego, delito por el cual podría ser condenada a prisión perpetua.