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Milanesi, el rugbier que vuelve al banquillo: las pruebas que lo involucran en el asesinato de Fernando

El juez de Garantías lo sumó como imputado en el pedido de elevación a juicio por el homicidio de Báez Sosa.

04 Febrero de 2021 15:13
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Pocas semanas después del primer aniversario del homicidio de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años asesinado a golpes a la salida de un boliche de la ciudad balnearia de Villa Gesell, la causa finalmente será elevada a juicio oral. Por el crimen hay ocho detenidos en la Alcaldía 3 del penal de Melchor Romero y, por decisión del juez de Garantías David Mancinelli, Alejo Milanesi -quien había sido desestimado por la fiscal Verónica Zamboni- también deberá responder ante el Tribunal.

"La fiscal pidió que se eleve a juicio a los ocho detenidos, pero nosotros sumamos en el pedido a Milanesi que está en libertad", aclaró en diálogo con BigBang Fabián Améndola, abogado de la familia de la víctima, al tiempo que reconoció: "Con respecto a Guarino, acompañamos el pedido de sobreseimiento que realizó la fiscalía".

¿Cuáles son las pruebas contra Milanesi? Si bien ambos jóvenes aparecen en las imágenes de las cámaras de seguridad antes, durante y en el festejo que realizaron después de la golpiza, la fiscal no encontró elementos de prueba para sostener la imputación a Milanesi. La querella, por su parte, sostuvo la acusación contra el joven por la pericia médica que constató que su cuerpo presentaba "escoriaciones lineales en tres dedos de la mano derecha y en la zona dorsal, lesiones compatibles con arañazos" horas después del asesinato.

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La querella incorporó como prueba el análisis de ADN que se realizó tras la autopsia y verificó que los rasguños que quedaron en el cuello de Fernando (como también otras marcas) eran compatibles con el ADN del mencionado joven. A eso se le sumó que en una rueda de reconocimiento un amigo de Báez Sosa, que además fue testigo del hecho, ubicó en el lugar del ataque a Milanesi. Por estos motivos el magistrado concluyó que debía ser el Tribunal el que determinara en el juicio su participación.

Según consta en el pedido de elevación a juicio de 343 páginas, el asesinato de Fernando Báez Sosa estuvo planeado y hubo una división de roles para atacar a traición. Existió una división, al menos según consta en el escrito, cinco de ellos participaron del ataque con violencia física contra Fernando; mientras que otros tres se dedicaron a bloquear la defensa que podría haber salvado al adolescente, separando y golpeando a sus amigos, sin un policía a la vista.

"¡Mataron a una persona! ¿Me estás jodiendo?": el audio que revela la crueldad de los rugbiers tras el crimen de Fernando

Sábado 18 de enero. 8 de la mañana. El cuerpo de Fernando Báez Sosa se encontraba en la morgue del hospital de Villa Gesell: le estaban realizando la autopsia. Los padres de la víctima viajaban desesperados a la Costa. Su novia, destruida, aguardaba en la vereda en compañía de una amiga que le entregaran el cuerpo. Lo habían declarado muerto tres horas antes, en la vereda de enfrente del boliche Le Brique, después de haber sido atacado por una patota de diez rugbiers, que ya organizaba, como si nada hubiera sucedido, la previa de ese sábado. El siniestro audio de un amigo de los diez imputados que acababa de llegar a la ciudad balnearia horas después del homicidio: "¡Mataron a una persona! ¿Me estás jodiendo?".

"Pero, ¿estás loco, vos? ¿Te pensás que quiero ir a hacer algo hermano? Mataron a una persona, ¿me estás jodiendo? No es ninguna boludez, papi". Esa fue la reacción del joven que estaba llegando en micro de Zárate a Gesell esa mañana y pensaba dejar las valijas en la cabaña que habían alquilado los imputados hasta que "abriera el hotel" que había reservado. En el primer intercambio de mensajes, se sorprende al darse cuenta de que sus "amigos" ya estaban organizando la previa de la noche, pese al homicidio.

El siguiente recorte del audio de WhatsApp muestra la reacción del joven, a la respuesta de alguien que le recomendó alejarse de la situación. "Eh, no. ¡Qué me voy a meter! Yo agarro, llego acá a Villa Gesell y le mando a los chicos: 'Eu, ¿podemos dejar el bolso hasta que nos den el hotel?'. 'Sí, vengan a dejarlo'. Bueno, estaban todos durmiendo, uno solo (despierto). Y estaba toda la Policía en la calle".

Al notar la presencia policial, el joven de Zárate le preguntó a uno de los efectivos qué había sucedido. "Ayer a la salida del boliche hubo una pelea y terminaron con la vida de un chico", le respondió el agente, quien por ese entonces ya estaba tras la pista de los diez imputados. "Bueno, pasó. No creímos. Después le preguntamos a otro policía y nos dijo lo mismo. Estaba la Policía Científica, todo", reconstruyó el testigo en el audio que se analizó en la etapa de instrucción y será presentado como prueba en el juicio.

De acuerdo a lo que les contó Cinalli, esa madrugada los diez imputados escaparon de la Policía (tal como quedó en evidencia en el video registrado por las cámaras de seguridad del supermercado chino ubicado a pocos metros de la escena del crimen). "Nos contó que los salió a correr la Policía y que se metieron en la casa (que alquilaban). Cuando nos contó eso, le dije: 'No, amigo. A la persona esa la mataron".

La respuesta de los rugbiers a la propuesta de profugarse fue contundente: "No, acá en Gesell están flasheando y exagerando todo. Están re locos". Al darse cuenta del cuadro de situación, el joven regresó a la cabaña que alquilaban los ahora imputados para recuperar su valija. "(Blas) Me dio las llaves de la casa, fuimos, agarramos nuestros bolsos y nos vinimos a la puerta del hotel hasta que abrió. Nos quedamos en la puerta con el CalaSantino (también mencionado en la causa) y con todo los que vinimos (en micro)".

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El siguiente encuentro con sus amigos de Zárate fue al momento de la detención, que tuvo lugar cerca de las diez de la mañana. "Cuando fuimos, la DDI los tenía a todos tirados en el piso. Les revisaron la casa y se los llevaron a todos detenidos. Eso fue porque salieron mamados, se empezaron a pegar y son los que juegan al rugby. Son los enormes, los grosos. No se midieron, tienen fuerza y lo cagaron a patadas en el piso".

"Cuando nos contó eso, fuimos a ver qué onda (al centro). Fuimos a preguntarles a los policías y nos dijeron que sí, que anoche una manada de entre 10 a 12 chicos le había pegado al chico ese y a su grupo de amigos. Que habían terminado con la vida de ese chico. Yo ahí me cagué hasta las patas y les dije: 'Ustedes están re locos, amigos'. Andá a levantar a los pibes ya y andá a decirles ya. Tómense el palo para Zárate, váyanse; váyanse".

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