Son días de mucho dolor, angustia y, sobre todo, bronca en la vida de Ludmila Burgos y Silvio Gavilán. El pasado sábado 15 de abril se cumplieron cincos largos, tristes y desgarradores años del fallecimiento de su pequeña hija: Janna Victoria Gavilán Burgos, quien con tan solo dos meses y medio de edad fue testigo de la desidia y el costado inhumano de un grupo de médicos del Hospital Garrahan.
El fatal desenlace ocurrió el 15 de abril del 2018, a las 7 de la mañana. Aquel día, Janna fallecía a causa de la "negligencia" de los médicos que la venían atendiendo desde hacía meses. La beba estuvo al cuidado de la doctora Carla Martínez, médica neonatóloga y actualmente procesada en la causa por "mala praxis", durante casi tres extensos meses. Sus padres son claros y sostienen que Janna murió luego de más de 10 horas de agonía.
Con la causa avanzando a paso de hombre, Silvio dialogó con BigBang, recordó el estado en el que se encontraba Janna y aseguró que simplemente quiere Justicia por su hija. "Nosotros no vamos contra el hospital, sí contra los médicos que actuaron de manera negligente. Para mí es un homicidio directamente...", sostuvo y señaló que durante ese largo período de tiempo su hija no recibió la debida atención médica. Incluso, explicó que cuando la trasladaron a terapia intensiva, sólo le habían hecho “ventilación”, sin colocarle un respirador.
Janna, al ser prematura, nació de 8 meses en la maternidad de Tigre, tenía problemas con el “ductus” (un pequeño vaso que comunica la aorta con la arteria pulmonar), lo que en ciertos casos requiere de cirugía. Estaba al cuidado de los especialistas del Hospital Garrahan, pero tras su muerte su mamá no solo denunció que su hija fue víctima de "mala praxis”, sino que además le devolvieron el cuerpo de la menor totalmente vacío. "Ella nace con el ductus arterioso abierto para explicarlo y que sea claro el ductus arterioso es una válvula que comunica el ventrículo izquierdo con el derecho. O sea, el bebé se alimenta y se oxigena", explicó Silvio.
Y continuó: "Ella estuvo 11 días en la maternidad de tigre. Es derivada del Garrahan a los 11 días. Cuando en su momento me dijeron Garrahan, Iba muy tranquilo porque digo, bueno, es el lugar indicado. Ese ductus arterioso le generó una enterocolitis necrotizante, una NEC en la medicina, que es que se le muere una parte del intestino porque no llegaba sangre. Ella nació el 22 de enero, 11 días después, al 6 de febrero fue trasladada al Garrahan. El día 9, después de hacer los estudios, es operada del ductus arterioso. Se le estabilizan los parámetros, la operación fue un éxito, esa operación, ahí no tengo que decir nada".
Pero Janna no estaba a salvo, ya que los médicos todavía debían tratarle la enterocolitis necrotizante que se le había originado. "En ese momento no sabía, pero ahora sé que mayormente el 70% de los bebés prematuros que no se les cierra el ducto necesitan intervención quirúrgica y de urgencia. Bueno, Janna tenía una parte del intestino, que era la válvula ileocecal, muerta. "En el transcurso de dos meses y medio, Janna nunca tuvo mejoría de la panza. No sé, en el mejor hospital de niños de Latinoamérica, para hacer una radiografía, tardaban 15 días. Estuvieron 16 días sin prestarle atención. No es solamente un dicho, sino que consta en la historia clínica", denunció.
Según explicó, durante esos más de dos meses hubo ocho llamados de interconsulta: "O sea, a ella la operan el 26 de marzo luego de no tener turno definido y de vomitar ocho veces materia fecal. El 6 de febrero a ella la operan del corazón y faltaba resolver el tema del intestino. Y recién el 26 de marzo la atienden por ese problema. Sí, por insistencia nuestra, ella vomita materia fecal. No estamos hablando de una bebé que estaba conectada a un respirador en su momento, si lo estuvo por la intervención quirúrgica. Después voy a contar, si me das el tiempo, no solamente lo que uno sufre en el hospital, con estos llamados médicos, que no tendrían que ejercer la profesión, sino el embate que uno sufre también de la justicia".
Sentado, con los ojos cubiertos de lágrimas, Silvio detalló que el día 6 de febrero, a Janna se le hace una ecografía abdominal -que es el estudio idóneo para ver el cuadro de enterocolitis necrotizante- y ese mismo día salta que la beba sufría de una perforación intestinal. "Ese es un claro ejemplo de peritonitis y la tenían que haber operado de urgencia. El día 7 del mismo mes, o sea, al día siguiente, Se le realiza otra ecografía en la cual arroja un resultado adverso. O sea, la ecografía que habían hecho el día 6 no era compatible con la ecografía del día 7 porque no había, lo que nombré, no había perforación. ¿Y qué pasó? Nada", resaltó.
Y sumó: "Bueno, yo no soy médico, no soy especialista en la salud, pero es obvio que cuando uno tiene un resultado positivo y uno negativo, tiene que hacer otro análisis para despejar dudas y ver con cuál te quedas. Hasta que falleció, a Janna jamás le volvieron a hacer una ecografía abdominal y estamos hablando del estudio pertinente para atenderla. Estamos hablando de dos meses, un poco más de dos meses y medio. O sea que ellos se quedaron con la ecografía, me agarra la piel de gallina, perdón. Se quedaron con la ecografía del día 7, donde señalaba que ella estaba bien, y no hicieron caso. O sea, después en la historia clínica Janna nunca mejoró".
Durante su relato, Silvio se quiebra. No puede contener su dolor y no ocultar sus desgarradoras lágrimas. "A mi me da, no sé cómo explicarlo, es lo peor que le puede pasar a un padre perder a un hijo. Uno viene preparado para enterrar a su padre, ¿no? O sea, la biología es esa. No para enterrar a un hijo. Nosotros somos personas trabajadores, humildes, digamos. Sí, la falta de comprensión y compañerismo, digamos, de la falta de contención. Para ellos puede ser un paciente más, pero para vos es tu mundo. Parece que las vidas que se salvan solamente son las que cuentan y no las vidas que se pierden que podrían haberse evitado", manifestó.
"Janna tuvo una muerte lenta": procesaron por homicidio a los médicos que atendieron a la beba
En la historia clínica de Janna figuran 8 o 9 llamados de interconsulta, neonatólogos que decían que la menor no mejoraba. También refleja interconsultas pendientes con cirugía para evaluar su estado: "Jamás fueeron respondidas, o sea, en la historia clínica no hay una sola línea de ni un cirujano, cuando el cuadro era obvio que era para cirugía porque ella no mejoraba. Dice es que ellos esperaron el momento oportuno. Es mentira, a la nena la abandonaron. ¿Cuál es el momento oportuno? ¿Cuándo se estaba muriendo? ¿Cuándo estaba vomitando materia fecal? La verdad no sé qué quisieron hacer. Janna pedía gritos la cirugía porque hay videos donde la bebé llora y se nota que es del dolor que tenía en su pancita".De acuerdo con el relato del papá de la víctima, cuando le decían a los médicos lo que estaba ocurriendo, ellos le respondían: ";iren chicos tienen que confiar, están en manos del mejor hospital de niños de Latinoamérica y si a ustedes no les gusta el trato, lisa y llanamente, me firman el consentimiento y se la lleva a otro hospital". "Supuestamente estaba en el mejor hospital del niño de Latinoamérica. Bueno, pasa un tiempo, imagínense, para ponernos en contexto, desde el 6 de febrero hasta el 26 de marzo que la operan, dos meses, sí, dos meses. Bueno esa noche la bebé tomaba tetas, alimentaba por parenteral, y vomita ocho veces, marrón", contó.
Y siguió, completamente destrozado al recordar lo que ocurrió: "O sea ella se alimentaba por teta, y las enfermeras nos dicen ´chicos todo lo que está ingiriendo lo está vomitando. Y esto es materia fetal´. Bueno, ahí, imagínense a nosotros, se nos cayó el mundo. La guardia de la noche del hospital de Arrahan los fines de semana era un sábado. Es un desastre. Yo creo que alguien tendría que controlar. Resulta que no hay nadie. No hay nadie, los médicos durmiendo, al lado del paciente. Yo no voy contra los médicos que realmente cumplen sus funciones y están para salvar vidas. Yo voy contra los médicos inoperantes. Es el día de hoy que los médicos que hicieron esto con mi hija siguen trabajando en el Garrahan", señaló.
Fue el 20 de abril del 2018, tan solo tres días después de la muerte de su hija, que Ludmila se acercó a la Oficina de Turnos y Sorteos de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires y radicó la denuncia. Allí, entre lágrimas y con un profundo dolor, contó lo que había ocurrid, detalló que la menor estaba al cuidado de los especialistas del Garrahan y que había sido víctima de "mala praxis”.
La exhumación del cuerpo de la beba la hicieron, según le contó Silvio a este sitio, el 11 de junio de aquel año. Pero -según detalló- cuando la hacen se encuentran con que el cuerpo de la nena había sido vaciado. No tenía los pulmones, ni siquiera los ovarios. Pero tras meses de reclamos, los órganos de Janna aparecieron en estado de putrefacción en una bolsa de plástico. "No sé si ni siquiera son los órganos de ella”, advirtió Silvio.
Janna falleció -según determinó la autopsia hecha por los doctores Héctor Di Salvo y Alfredo Delbene, en calidad de peritos oficiales, y los médicos Nora Dackiewicz y Ricardo Susman, como peritos propuestos por el Garrahan- el 15 abril de 2018 como consecuencia de “un shock séptico a punto de partida enteral, en paciente prematura con antecedentes de ductus enfermedad operando y cirugía abdominal”.
Pero los peritos propuestos por sus padres, Ludmila Burgos y Silvio Gavilán, revelaron que el cadáver presentaba “injurias médicas, que fue rellenado con gasas y telas, y que tenía una hemorragia en los pulmones internos”. Durante la causa, los padres de Janna habían denunciado que el fiscal Lucio Herrera realizó una investigación a “medias y parcial” en beneficio de las autoridades del nosocomio.
La denuncia contra Carla Martínez -la médica a cargo en ese momento de Janna y quien fue acusada por sus padres por “mala praxis”- fue hecha el 20 de abril de 2018 y a raíz de un sorteo la causa cayó en manos de La Fiscalía N°29 a cargo del fiscal Lucio Herrera y corresponde al juzgado Nacional en lo criminal y Correccional N°6 de la jueza María Alejandra Provitola. "Cuando le hacen la laparotomía exploradora, el nombre quirúrgico de la operación, ellos solamente tenían una parte muerta del intestino. La misma determinó que fue tanta la dejadez y que le dejaron avanzar el cuadro que le tuvieron que sacar todo el intestino grueso", acusó Silvio.
De acuerdo con su denuncia, a Janna "le unieron directamente el intestino delgado al recto": "Cuando salen de operación, dicen que fue un éxito. Fue tan avanzado el cuadro que, no sé, había plastón, que es un signo claro de infección. O sea, estaba, para hablar en castellano, toda podrida por adentro la bebé de tanto tiempo que pasó. La dejaron, abandonaron, no sé por qué, que quisieron probar o no sé el motivo y por qué. Pero, bueno, entonces el día 11 de abril, a ella le agarra un virus, nos dicen un virus intrahospitalario, pero ella estaba toda podrida. Nos dicen ´quédense tranquilos papis que tengo nombre y apellido del virus. En 48 horas el virus se muere. La que se terminó muriendo, fue la bebé´.
Ludmila y Silvio estuvieron más de dos meses advirtiéndole a los médicos que su hija empeoraba, pero sus reclamos se toparon con médicos presuntuosos y carentes de empatía. "Nos decía que nos quedemos tranquilos, que teníamos que confiar, que era parte del cuadro que estaba atravesando. Janna siguió empeorando, lloraba del dolor. Eran las 7 de la tarde, las 8. A las 8 de la noche le tocaba el medicamento. Se la pasaba a la enfermera. Y la enfermera que estaba para ese turno nunca pasó. Se lo terminan pasando a las 11 de la noche. Esas irregularidades, a lo último, fueron las que nos despertaron que estaba pasando algo", advirtió.
Y destacó: "Porque nosotros no sabíamos que a la bebé, o sea, no nos permitía entender que a la bebé ya la habían operado tarde, que la cagada ya se la habían mandado. Ese sábado a la mañana la bebé presenta petequias. Las petequias son manchas que son signos graves de sepsis, sepsis es una infección que tiene que ser tratada. No sé cómo explicarlo. Hay algo que cuando uno tiene una sepsis, es obvio que el médico tiene que actuar. La enfermera que la ve el sábado a las 10 de la mañana pone eso en la historia clínica. El médico nunca pasó. Nunca se la trató, ni se la cambió en la terapia intensiva para tener cuidados paliativos más exhaustivos".
Fue en ese contexto que apareció la médica Carla Martínez, quien con "mala predisposición" les dice a los padres de Janna: "Chicos, no nos dejan trabajar tranquilos, nosotros no podemos trabajar bajo presión. Veíamos que Janna tenía la saturación baja, estaba toda hinchada con las palpitaciones altas, la saturación baja, tenía 85 de saturación. Por abajo de los 95, cualquier persona que satura mal tiene que ser entubada. Bueno, ella tenía una cánula de oxígeno. O sea, para que uno entienda, está la cánula de oxígeno, cánula de alto flujo y después viene el respirador. Nosotros le decimos, ¿por qué no le ayudas a respirar? ¿Por qué no le pones un respirador, aunque sea, te lo ayudas a terapia intensiva? Y nos dice ´en primer lugar, el médico soy yo. Y si en segundo lugar, ¿vos qué te pensás, que le sale barato al hospital ponerle al respirador? Cuando le sacan el oxígeno que tenía la bebé, la saturación se le baja a 21, se estaba ahogando".
Para el fiscal Herrera la muerte de Janna fue un “incidente”, apoyándose en las pericias que realizó la defensa. Un hecho sumamente curioso, ya que si en cualquier caso penal se le pregunta al juez: ¿a quién le cree más, al perito oficial o al perito de parte?, la respuesta automática es, al perito oficial. Esto se debe a que el perito oficial no debería tener ningún interés en el resultado de un caso, mientras que el perito de parte -pese a que trabaja bajo juramento- lo contrata alguno de los involucrados en la causa y su resolución en la mayoría de los casos apunta a beneficiar a su empleador.
Por otra parte, los peritos oficiales, en general, no extreman sus investigaciones más de lo necesario y se quedan con las conclusiones menos comprometidas y más fáciles de defender. Saben que pueden ser acusados de falso testimonio y que -en ese caso- la pena que les cabe aumenta si esa posible falsedad va en perjuicio de un imputado. A un perito oficial le pueden afectar sus antecedentes, costar un sumario y hasta la pérdida del cargo: "Cuando la vamos a ver a la bebé en terapia intensiva, seguimos viendo que en la pantalla la nena saturaba 90 con un respirador. Vamos, llamamos y nos dicen ´no papi, lo que pasa es que está respirando Janna. Nosotros solamente estamos haciendo una ventilación´".
La jueza Provitola en una contundente resolución de 273 páginas no solo rechazó el pedido del fiscal de que la Dra. Martínez sea sobreseída, sino que además decidió procesar al jefe de neonatología, a la médica de cabecera y la médica de guardia a cargo del cuidado de Janna en el Hospital Garrahan al considerarlos responsables directos de su muerte. Se trata de los médicos Gustavo Goldsmit, Carla Martínez y Mariela Josefkowicz, todos ellos acusados de "homicidio culposo". A los tres profesionales se los consideró ´prima facie´ como autores penalmente responsables del delito de homicidio culposo y se les trabó un embargo sobre sus bienes personales.
Los médicos permanecen en libertad condicional con "la obligación de presentarse el primer día hábil de cada mes" ante el juzgado o tribunal interviniente. "Después de haberla dejado sufrir como 16 horas en agonía, la seguían reventando, la siguieron reventando. Ese día, a las 5 de la mañana, entra en paro Jannah. Y le agarran 4 paros cardiorrespiratorios. La bebé con dos meses y medio tenía ganas de vivir", sentenció. Los peritos propuestos por la querella señalaron que Janna falleció como consecuencia de “una sepsis severa que no fue debidamente monitoreada y tratada durante los dos últimos días de vida, siendo esta complicación la resultante de una ECN".