Mirta Avancini, una kinesióloga de 53 años, fue hallada sin vida, ayer a las 18, en su consultorio en la calle Céspedes al 3400, en el barrio porteño de Colegiales. Según confirmaron fuentes policiales, el cuerpo fue encontrado por su hermano Felipe, que se acercó al lugar porque no sabía nada de ella desde el jueves pasado. Ante la falta de respuestas, alertó al personal de la comisaría 37ma.
Avancini fue hallada sin vida en el baño de su consultorio.
Ante esta situación, los efectivos y el hermano ingresaron al departamento 5to. “D”: estaba deshabitado y con mucho desorden. Luego se acercaron al baño y se encontraron con el cuerpo de la mujer, maniatado y con un trapo que le cubría la cabeza. Según confirmaron los peritos, presentaba “un estado de descomposición avanzado”.
Los peritos tienen la hipótesis de que el homicidio se trataría de un intento de robo.
En una primera revisión del cadáver, los médicos estimaron que la kinesióloga murió por asfixia, aunque no descartan que haya sido por un golpe en la cabeza, a la altura de la nuca.
Los peritos creen que el crimen ocurrió el jueves pasado, día que el hermano vio por última vez a la mujer. Dado el desorden que había en la escena del crimen, todo apunta a que se trató de un homicidio en ocasión de robo.
La mujer de 53 años era licenciada en Kinesiología.
Esta hipótesis se profundiza al confirmarse que los policías de la 37ma. recibieron el mismo jueves una denuncia por robo a mano armada y privación ilegal de la libertad de una familia que reside en el 5to. “A” de Palpa al 3500.
Con esta conjetura, una fuente de la pesquisa le indicó a Télam: “Tal vez la golpearon hasta dejarla inconsciente y luego se asfixió porque le colocaron el trapo en la cara”.
La víctima fue hallada por su hermano, que no sabía nada de ella desde el jueves.
La misma fuente planteó que “es probable que los delincuentes la hayan abordado en su consultorio, donde la maniataron y la despojaron de sus objetos personales, entre ellos, sus llaves con las que se dirigieron hasta su domicilio y una vez dentro del edificio de la calle Palpa aprovecharon para asaltar a la familia del departamento vecino”.
La mujer daba cursos de kinesiología en la UBA.
El crimen de Avancini es investigado por el juez en lo Criminal de Instrucción porteño Eduardo José Cubría y los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal.
La mujer era licenciada en Kinesiología y Fisiatria, carreras que estudió en la UBA. Además brindaba cursos de su disciplina en la misma universidad donde se recibió.