El hombre que murió baleado este martes por policías de la Ciudad en el barrio porteño de Villa Crespo tenía una de sus muñecas cortadas y dos puntazos en el abdomen, por lo que se investiga si sufrió esas lesiones antes de que fuera asesinado por los tres efectivos que ahora están detenidos.
Aunque todavía se espera el resultado de la autopsia para determinar la cantidad de balazos que recibió Claudio Romano, trascendió que la víctima también tenía cortada una de sus muñecas y presentaba dos puntazos en el abdomen, por lo que se intenta determinar si estas heridas ocurrieron antes del enfrentamiento.
Por el momento los investigadores tienen varias hipótesis, ya que se sospecha de que Romano pudo haber intentado quitarse la vida antes de cruzarse con los policías, o bien, también pudo ser atacado por otras personas en un episodio previo, debido a que en su vehículo Volkswagen Polo había demasiada sangre.
Según indicaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad, los tres efectivos investigados por la muerte de Romano se encuentran detenidos e incomunicados a la espera de la decisión de la Justicia. Además, la Oficina de Transparencia y Control del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad inició un sumario administrativo interno para ver cómo avanza de la investigación.
La causa está en manos del Juzgado Criminal y Correccional N°49 a cargo de Ángeles Gómez Maiorano y del fiscal Marcelo Retes, quienes indagarán este jueves en el Palacio de Tribunales a los tres policías.
En base al relato de la inspectora Manzanelli (de quien no se conoce su nombre), la oficial Daniela Lopez y el oficial Ramón Pérez, en las próximas horas se definirá si los detenidos actuaron en legítima defensa o si cometieron algún tipo de exceso que amerite imputarles algún delito.
Por su parte, Lucía, la esposa del hombre que trabajaba como remisero y chofer de ambulancia para una ART, dijo esta mañana en diálogo con el canal Crónica TV, que su marido "se llevaba bien con los policías de la zona porque tenía que esperar en doble fila a los pacientes que llevaba a atenderse".
"Algo pasó antes, él no es de reaccionar así, algo tuvo que haber pasado", aseguró consternada, y agregó que a las 10.26 fue la última vez que le escribió a su marido, y que, a pesar de que dos minutos después él le contestó, luego de eso ya no pudo comunicarse más, hasta que a la tarde le avisaron sobre lo que había pasado.
Según la mujer, una cámara de la zona captó el momento en el que su marido bajó de su auto "lleno de sangre" y también cuando "le dispararon dos balazos del lado del conductor". "La acompañante le termina de tirar, él trata de cruzar la calle y lo rematan en el piso", contó en base a las cámaras de seguridad de los vecinos de la zona.
"(Los investigadores) sospechan que fue el desenlace de algo que pasó antes", dijo y agregó que nunca antes había visto la navaja secuestrada, con la cual supuestamente Romano quiso atacar a los oficiales.
Desde la policía indicaron que el violento hecho ocurrió después de que Romano se bajara de su auto con una navaja, y fuera directo a atacar a los oficiales que estaban en el patrullero.
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"Por razones que se investigan, el atacante se bajó de un auto que estacionó detrás del móvil y sin mediar palabra se abalanzó contra el conductor hiriéndolo. En ese momento, el efectivo agredido efectuó un disparo mientras que el agresor fue directamente a embestir a la encargada del patrullero, quien se defendió disparando su arma reglamentaria pese a lo cual el sujeto continuó la embestida", explicaron desde la fuerza de seguridad.El hecho ocurrió ayer por la mañana en Malabia al 900, entre Castillo y Jufré, cuando dos efectivos de la comisaría 15B de la Policía de la Ciudad, el oficial primero Ramón Pérez y una inspectora, llegaron a bordo de un patrullero para realizar una citación judicial, donde a su vez se encontraron y se pusieron a charlar con otra oficial que hacía su recorrido en la calle.