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Montañita: las zonas oscuras de la versión oficial del juicio que comienza hoy

El homicidio de Marina y María José comenzó hoy a ser juzgado en Salinas, Ecuador. Qué objeta la familia y cuáles son las dudas en torno a la investigación. Detalles exclusivos.

08 Agosto de 2016 07:06
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Pasaron 189 días desde que las autoridades ecuatorianas confirmaron de modo oficial la muerte de Marina Menegazzo (21) y María José Coni (22), las turistas mendocinas que llevaban seis días desaparecidas en la ciudad balnearia de Montañita.

Tras 90 días de investigación y con sólo dos imputados por el crimen, comienza hoy el juicio por el doble homicidio.

Marina y María José fueron asesinadas en febrero en Montañita, Ecuador.

Con más dudas y que certezas, Gladys Steffani, la mamá de María José, llegó el sábado por la noche a la ciudad de Guayaquil y se fue directo a Salinas, la localidad en la que tendrá lugar el juicio. La acompañará una de sus hijas durante todo el juicio y los padres de Marina, Renato y Cristina, quienes en las próximas horas llegarán junto a otros dos de sus hijos.

Gladys, la mamá de María José, viajó el sábado a Salinas, la localidad en la que se desarrollará el juicio.

Críticos de la investigación oficial, los familiares de las mendocinas presenciarán el juicio a sólo 67 kilómetros del matorral en el que las jóvenes fueron encontradas sin vida, frente a la mirada de los acusados del brutal asesinato, Alberto Segundo Mina Ponce (34) y Aurelio “Rojo” Rodríguez (39), quienes permanecen detenidos desde el 28 de febrero.

Los imputados, Mina Ponce (34) y Rodríguez (39), permanecen detenidos desde el 28 de febrero.

Aunque Mina Ponce primero confesó la autoría del crimen, el vigilador comunal del “paraíso surfer” se desdijo en una tercera declaración y señaló al “Chamo”, un joven venezolano de 33 años, como el asesino. En su descargo, el “Negro” reconoció haber ayudado a esconder los cuerpos y solicitó la “figura del arrepentido” para aminorar su pena (para leer su declaración completa, hacé click acá).

Las familias creen que más personas participaron del crimen. Las pericias les dan la razón.

“Esperamos que el juicio aporte nuevas pistas para acercarnos a la verdad”, destacó Steffani a BigBang, horas antes de embarcar rumbo a Ecuador. “Lo que está claro es que de este crimen participó más gente y eso es lo que queremos saber”, sumó en alusión a la pista original de las familias, críticas de la investigación oficial.

[EXCLUSIVO] Dos de las armas encontradas en la casa de Mina Ponce.

Pero, ¿qué dudas tienen? En principio, si bien creen en la posibilidad de que Mina Ponce haya sido quien “remató a las chicas”, insisten en que fueron otros quienes las violaron. “Alguien abusó de ellas, pero él las mató”, vaticinó Steffani. La autopsia a la que tuvo acceso BigBang le da la razón: los restos de ADN encontrados en los cuerpos de las chicas no se corresponden con el perfil genético de Mina Ponce.

Los chilenos que las acompañaron hasta el domingo aseguran que eran "súper cuidadosas".

Los análisis toxicológicos confirmaron que las chicas se encontraban bajo los efectos de la “burundanga” (para conocer la droga, hacé click acá) y alimentaron así la línea de investigación que sigue la familia: que es sexual el móvil detrás del asesinato. “Es imposible que las chicas se hayan ido por su voluntad con esas dos personas, imposible”, resistió la mamá de María José.

Escena del crimen: la casa de Mina Ponce se ubica a 10 kilómetros del centro de Montañita.

Pero, ¿cómo y en qué estado llegaron las chicas a la escena del crimen, ubicada a más de 10 kilómetros de Montañita? “Esa fue una pregunta que nos hicimos ni bien llegamos al lugar. 'Vas a ver que ahora aparece un taxista para que cierre el relato', dijo uno de los hermanos de Marina. Y así fue”, recordó Gladys.

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El hombre en cuestión trabaja en una cooperativa de taxis local se presentó ante la fiscalía y aseguró que trasladó a las chicas y a “Rojo” desde la avenida principal hasta la casa de Mina Ponce, ubicada en “Nueva Montañita”, un sector de casas precarias del Estado ubicado en las afueras de la ciudad.

Las chicas se hospedaron en el hostel JN desde el 15 de febrero.

“Al hombre le sentí mucho olor a alcohol y las chicas no hablaron casi. Pero no noté nada raro. 'Rojo' me pagó un dólar con cincuenta, se bajaron y no supe más nada”, señaló en su testimonio judicial al que tuvo acceso exclusivo BigBang, aunque no hay reportes oficiales de sus movimientos durante la fatídica jornada.

María, la dueña del bar "Sin Fronteras", dijo que a las chicas les habían robado todo su dinero.

La lupa familiar también está puesta en el relato de los más de 80 testigos que figuran en el expediente y que deberán presentarse ante los jueces Rosario Franco Jaramillo, Daniel Rodríguez y Kleber Franco. Las contradicciones son, cuanto menos, llamativas.

Según la investigación oficial, las chicas se tomaron un taxi junto a "Rojo" y agarraron la Ruta del Spondylus.

En principio, las últimas personas que vieron con vida a las chicas aseguran que les habían robado sus pertenencias en el hostel en el que se hospedaban. Sin embargo, el último mensaje que les enviaron a sus familias no evidencia tal suceso. “Lo último que me dijo mi hija fue que iba rumbo a Guayaquil, para seguir viaje a Lima y volver vía Chile a Mendoza. En ningún momento habló de que les faltara dinero, además tenían las tarjetas”, sumó Gladys.

Las chicas se hospedaron en la habitación "9" de la planta baja del hostel.

María, la dueña del bar “Sin Fronteras”, aseguró que las chicas hicieron dedo el 22 de febrero desde las tres y media de la tarde hasta pasadas las ocho. “Le hacían dedo a cada auto que pasaba. Me comentaron que les habían robado en el hostel y que no tenían dinero. Por eso les regalé dos botellitas de agua y cinco dólares”, señaló en su declaración judicial.

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Aunque el robo fue desmentido por la dueña del hostel JN en el que se alojaron desde el 15 de febrero, día en el que regresaron a la ciudad balnearia, otro testimonio también contradice la “versión oficial”. Esperanza, la dueña del kiosco ubicado a escasos 30 metros de la escena del crimen, aseguró que las chicas pasaron por ahí junto a “Rojo” y que compraron un jugo de naranja.

“La morocha (María José) se levantó la remera y sacó del canguro (riñonera) diez dólares para pagar”, precisó. “Si mi hija estaba sin dieron, ¿cómo es que sacó diez dólares para pagar el jugo?”, cuestionó Steffani, y sumó: “El pasaje del micro a Guayaquil cuesta seis dólares. No tiene consistencia la teoría del robo. No cierra en absoluto”.

Las familias de las chicas asistirán al juicio en Salinas.

El hallazgo de los cuerpos es otro de los puntos conflictivos de la investigación. Mientras que María José fue encontrada el jueves por la tarde, después de que un trabajador local se acercara a la zona de casualidad para hacer “sus necesidades”, el de Marina no apareció hasta el domingo, pese a que se encontraba a sólo 40 metros. ¿La explicación inicial? Inclemencias climáticas y maleza de más de un metro de altura.

“Todo es raro, hay demasiadas cosas que no cierran. Las chicas estaban a pocos metros y sin embargo tardaron otros tres días en encontrar a Marina. Hay muchísimas cosas que no nos cierran y queremos las respuestas”, remató Steffani.