Educado. Responsable. Marcelo Gabriel “Conejo” Rey. Así lo definen los que lo conocían y lamentan su muerte. Exigen Justicia y denuncian desde el anonimato al culpable. El miedo ronda por el Morro de São Paulo-Cairu, el miedo de la muerte impune. "Lo conocemos todos, pero nadie quiere hablar", dice un conocida de la víctima.
El joven de 38 años, festejando con una sonrisa.
Hay versiones que intentan poner en duda cómo sucedieron los hechos, pero los testigos refuerzan lo que vieron. "Se dicen muchas cosas, pero fue Enrique y lo golpeó y lo pateó en la cabeza hasta matarlo", sumó la mujer.
QUIÉN ES EL ASESINO
Rey, de 38 años trabajaba en el bar "Pedra sobre pedra" fue atacado ayer a golpes por Enrique, un bahiano conocido del lugar, quien lo acusó de haberle quitado el trabajo a los brasileños.
Pero Enrique no era un habitante más. Según confirmaron a BigBang, se trata de Enrique Montomino y pertenece al cuerpo Policial Civil. A su vez, está en pareja con la sobrina de un alto cargo de la misma fuerza.
Su pareja, llamada Dalma, es reconocida en la zona como la que vende trufas en la plaza de Morro. Ambos son padres de un niño pequeño, pero los que lo conocen, no precisaron la edad. Ahora están prófugos y pese a que algunas personas fueron hasta su casa, no lo encontraron.
El "Conejo" tenía 38 años.
Montomino hacía sus rondas en la zona y luego pasaba por los bares. Era habitué de Pedra sobre Pedra, también conocido como Bar do Peter II, el local de tragos y comidas con vista al mar donde trabajaba “Conejo”.
Se conocían, por lo menos de vista. Pocos se atreven a contar que la ola de muertes sin Justicia no es extraña. “Todos los días matan a alguien y luego vemos a los asesinos caminando como si nada”, dijo una argentina de la zona que conocía a la víctima.
Por su parte, el dueño del local también expresó su dolor por la muerte de “Conejo”. Gastón Carniel es el propietario del bar, en el que Rey era el encargado, y en el momento que fue atacado estaba de franco. "No entendemos qué pasó, el "Cone" era tranquilo. Debió defenderse y entre los golpes se cayó y golpeó su cabeza contra un escalón de cemento", sumó.
El dueño de Rey lamentó su muerte.
Según conversaron con BigBang los compatriotas que residen en ese lugar, “Conejo” era reconocido por su responsabilidad y su trabajo. “Trabajaba en un bar que se llena y hay muchos argentinos y nos conocemos todos”, dijo.
Enrique Montomino, el hombre que señalan los testigos.
“El “Cone” era educado y no peleaba con nadie. Hay una hermandad con los lugareños pero algunos cuestionan que cada vez son más argentinos los que se van a vivir y nos va bien, ganamos dinero, la pasamos bien”, sostuvo.
El día fatal
El hecho ocurrió a las 8 am en el bar que está ubicado entre la playa 1 y 2, las más populares en la zona. Según contaron testigos, Rey estaba tomando una cerveza. En esa zona hay fiestas todos los días, y muchas personas se quedan hasta el amanecer para ver la salida del sol en la playa.
Un hombre italiano, dueño de otro bar, lo vio al pasar. Y luego, Conejo fue atacado. Y nadie pudo detener la furia de Montomino. Según los que lo vieron, Rey estaba solo, sobrio pero tomando una cerveza tranquilo. “No estaba drogado ni nada, y no era de enojarse”, sumó otra allegada a la víctima en diálogo con BigBang.
Enrique lo increpó, empujó y Rey se desmayó ni bien recibió el primer golpe. Según cuentan los testigos, el agresor estaba alcoholizado, "fuera de sí" y "con odio acumulado". Otros suman que Montomino era conocido por su frecuente consumo de cocaína. La golpiza fue tan fuerte que, cuando lograron separarlo del argentino, ya era tarde.
El bar donde ocurrió el crimen de Rey.
Ahora nadie quiere dar sus nombres y aseguran que se organizarán para pedir ayuda al Consulado.
“No hay patrullaje, no hay seguridad. Matan personas todos los días y no hay justicia. El sábado a las 17 hs nos juntaremos a reclamar Justicia por el Conejo y por todos. La concentración será en Plaza del Morro”, contó una argentina que vive en la zona hace 7 meses.
La invitación se completa solicitando que los que se sumen lleven velas blancas para encenderlas en la plaza.