11 Octubre de 2023 11:31
"Mi marido se mató". Cuando el lunes por la noche dos efectivos del Comando Patrullas Norte de La Matanza ingresaron al domicilio de Javier Esteban Bertotto y Devora Marín Romero, convocados por una denuncia anónima al 911 por violencia familiar, y se encontraron con el cuerpo de él y el testimonio de ella sobre que había sido un suicidio, se dieron cuenta que algo no cerraba. Y no se equivocaron, ya que las sospechas fueron confirmadas pocas horas después.
"Se mató. Sacó un arma y se disparó en la cabeza", había dicho ella. Ya el escenario con el que se encontraron los dos agentes, de una casa revuelta, con vasos rotos, sillas tiradas en el piso y un parlante hecho añicos disperso por el suelo de la casa donde vivían en Necochea al 4200, decía otra cosa. Fue por eso que decidieron convocar a una especialista: Adrián Arribas, de la UFI de Homicidios de La Matanza. Y su contribución fue fundamental para dilucidar lo que había ocurrido.
Todavía no estaban las pericias fundamentales y categóricas que la iban a exponer como la autora del crimen. Es que, mientras que a simple vista el cuerpo estaba cubierto de sangre, con un arma de fuego a su lado, y sentado junto al armario de su hogar con un vaquero azul, un calzado blanco y nada de ropa de cintura para arriba, el análisis más minucioso revelaría que fueron dos los disparos que lo ejecutaron, descartando cualquier posible idea de suicidio.
Romero es una mujer trans oriunda de Perú que nació en Trujillo hace 42 años. Si bien intentó desligarse enseguida de los hechos, la agudeza de Arribas para investigar la puso enseguida en la línea de los acusados. Con el antecedente de muchas peleas denunciadas por sus vecinos, el especialista quiso ver las cámaras de seguridad con las que cuenta tanto el edifcio como el departamento donde vivían.
Al ver que el DVR donde queda todo registrado no estaba ahí, corrió al tacho de basura de la esquina para encontrarlo, casi como si tuviera el pálpito de que estaba allí. Y no se equivocó. Para garantizar que sirva en términos judiciales, lo buscó junto a dos testigos. Antes había pedido las cámaras del lugar y lo había visto llegar a él con un casco de moto y en cuero, y luego salir a ella y volver.
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Otro de los elementos incriminantes contra la acusada son que, frente a los policías que terminaron deteniéndola, confesó que ese mismo día le habían robado el celular, aunque ella no había hecho la denuncia. Y, además, que la víctima había roto su propio teléfono y lo había arrojado a la basura. Otra de las investigaciones que hizo el especialista de La Matanza tuvo que ver con la comprobación de los antecedentes de la víctima y la autora. Él había estado preso desde 2016 a 2019, luego de que el Tribunal N°27 porteño lo condenara a cinco años por robar con un cuchillo a una mujer mayor. Además, ella también tendría un prontuario relacionado al tráfico de drogas, según detalló el sitio Infobae,
Ahora la mujer esperara a ver cómo avanza el caso desde la celda policial a donde fue trasladada. Allí le realizarán un demotest para confirmar que los disparos fueron emitidos por su propia mano. Además, se sabe que Arribas la interrogó durante la mañana de este miércoles, y también que la informó acerca de las causas por las que está siendo juzgada: homicidio y tenencia ilícita de arma de guerra.