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Se le terminaron las siete vida

Murió Gilad Gil Pereg, el condenado a perpetua que "maullaba" y juraba ser "un gato"

El israelí falleció en un hospital penitenciario a causa de una descompensación.

08 Julio de 2024 11:08
Hombre Gato

El israelí Gilad Gil Pereg, más conocido como el "Hombre Gato" por comportarse como un felino en su celda en la cárcel y que fue condenado en 2021 a prisión perpetua por el crimen de su mamá y su tía en Mendoza, murió en un hospital penitenciario a causa de una descompensación. El pasado domingo, el ingeniero electrónico falleció en el hospital penitenciario El Sauce de Mendoza: los médicos intentaron salvarle la vida con maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), pero sin éxito. 

Fallece Gil Pereg

Fuentes oficiales confirmaron que se encontraba sólo en su celda cuando tuvo la descompensación. Rápidamente, fue asistido por el personal de salud, pero no lograron salvarlo y así lo anunciaron a los medios locales. Además, se confirmó que la fiscalía de turno iniciará una investigación para determinar la causa de muerte. Su cuerpo ya ha sido trasladado al Cuerpo Médico Forense para realizarse una autopsia.

Aunque se lleva a cabo un procedimiento legal para constatar que no se trató de una muerte violenta, ya habría registros del condenado por haber sido trasladado al Hospital Central por un problema de insuficiencia venosa: le habían diagnosticado un avanzado cuadro de várices en sus dos piernas. En noviembre de 2021, Pereg fue condenado a prisión perpetua por los crímenes ocurrido en enero de 2019. Un jurado popular integrado por 12 ciudadanos lo declaró culpable de haber matado a su madre, Pyrhia Saroussy, y a su tía, Lily Pereg. El prisionero de 42 años habría enterrado los cuerpos en el predio donde vivía, en la localidad de Guaymallén.

Gilad Gil Pereg el hombre que se percibía como gato

¿Quién era el hombre gato?

Gilad Gil Pereg se ganó el apodo de "hombre gato" en el marco del juicio oral por, entre otras particularidades, realizar sonidos similares a un maullido, situación incómoda que provocó que uno de los jueces decidiera expulsarlo de la sala. Para los peritos de la defensa, el hombre padecía dos graves trastornos. Por un lado, lo diagnosticaron con parafrenia, por sus delirios y alucinaciones. Y por otro lado, licantropía, por autopercibirse como un animal, por lo que consideraban que no era consciente de sus actos. Sin embargo, esta situación fue rechazada por la fiscalía y la querella, especialmente en los alegatos de clausura.

En sus últimas palabras durante el juicio, el acusado expresó: "Me están intentando culpar a la fuerza. Quieren decir que yo hice cosas que yo no hice... Es fácil usarme como un target. Por eso, apenas hice la denuncia de que desaparecieron mi mamá y mi tía, enseguida empezaron a buscar la forma para acusarme a mí de su desaparición. Por eso, me hicieron tantos allanamientos en casa". Durante su estadía en prisión, el ingeniero electrónico obtuvo un sobrenombre por seguir maullando en su celda. Allí los otros reclusos y las propias autoridades lo catalogaron como el "Hombre Gato" por sus extrañas acciones dentro del penal.

Murió en prisión el "Hombre Gato"

En el juicio, el fiscal Fernando Guzzo lo describió como un "asesinato despiadado" con "plena consciencia de la criminalidad de sus actos". "Ni el maullido más fuerte puede acallar ni distorsionar la realidad de la humanidad del acusado y su juicio crítico al momento del hecho", ratificó.