Un chico de 17 años, identificado como Ezequiel Sanzo, es el principal sospechoso de la masacre de Melchor Romero. Permanece prófugo desde la madrugada de Año Nuevo en la que la Policía encontró el cadáver descuartizado de una nena de cinco años, el de su propia madre -asesinada a puñaladas- y el de su pareja, decapitado y envuelto en un mantel de cocina.
De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, Sanzo es hijo de la mujer asesinada, Graciela Holsbak (54). La principal hipótesis que barajan los investigadores es que el joven se oponía a la nueva relación sentimental de su madre. El joven se dedica a hacer cuchillos y vivía en el domicilio de la masacre.
Mientras Policía Científica continúa con la ardua tarea pericial en la casa en la que tuvo lugar el triple asesinato, los cuerpos ya fueron trasladados a la morgue y se espera que en las próximas horas comiencen las autopsias ordenadas por el fiscal Marcelo Martini, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°3 de La Plata.
“En los tres casos notamos que el autor del hecho tiene un buen manejo de armas blancas”, confirmaron fuentes de la investigación al diario Crónica. Además, se constataron signos de defensa tanto en el cadáver de Holsbak, como en el de su pareja, Raúl Félix Bravo (54). El cuerpo de la mujer fue encontrado en su dormitorio con heridas cortantes en el cuello y la cabeza.
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La menor, identificada como Alma Manino (5), era la nieta de Holsbak y fue encontrada dentro de una bolsa de consorcio. Tenía un corte en el cuello y la amputación de sus dos piernas a la altura de las rodillas. Bravo, por su parte, fue encontrado en el piso de la cocina, tapado con un mantel y con heridas cortantes en el cuello, abdomen y en los brazos.
Los cuerpos fueron encontrados el miércoles por la tarde, pero los peritos forenses estimaron que los asesinatos fueron cometidos 18 horas antes. Es decir, durante la madrugada de Año Nuevo. Sanzo permanece desaparecido desde las cinco de la mañana del miércoles.