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Nahir Galarza, íntima desde la cárcel: “Me molesta que no tengan compasión”

La joven condenada por el homicidio de Fernando Pastorizzo habló por primera vez como nunca.

17 Diciembre de 2018 07:30
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Hace 352 días que Nahir Galarza pasa sus días encerrada en un calabozo. Después de confesar el 29 de diciembre del año pasado el homicidio de su por entonces novio, Fernando Pastorizzo, la ex estudiante de abogacía pasó los primeros diez meses del año en la Comisaría de la Mujer de Gualeguaychú. Vivió dentro de esa celda el mes entero que duró el juicio. Se enteró ahí de su condena a cadena perpetua. Y ahora, desde mediados de octubre, cumple su condena en el penal de mujeres Paraná.

Nahir Galarza fue condenada a cadena perpetua por el homicidio de Fernando Pastorizzo.

Hasta ahora había hablado sólo una vez. Lo hizo para una radio local y con un listado de condicionamientos. No quería que le preguntaran sobre Fernando, ni volver a hablar de la madrugada en la que lo asesinó de dos balazos. Tampoco hizo alusión a la presunta violencia de género a la que era sometida. Se limitó a cuestionar el modo en el que los medios la habían retratado.

A la espera de la apelación de su condena, Nahir volvió a dar otro volantazo. En esta oportunidad, después de meses de idas y vueltas, accedió a darle una entrevista al periodista Rodolfo Palacios, con quien cruzó miradas en la cuarta audiencia del juicio que tuvo lugar en Gualeguaychú. El encuentro duró una sola hora. No se permitieron imágenes. A continuación, las frases más destacadas del mano a mano que publicó el portal Infobae.

Las frases más destacadas de Nahir: “Me molesta que no tengan compasión"

Acá estoy mucho mejor que en Gualeguaychú, porque allá estaba sola, todo el día encerrada, no salía ni cinco minutos al patio. Lo único que tenía eran libros, porque no tenía nada para entretenerme, no me dejaban tener nada. Ni televisor ni radio ni música ni compañeras tampoco. Acá es otra cosa porque desde que llegué el trato es diferente. Allá en la comisaría antes de venir para Paraná ni siquiera me dejaron comer, me venía a las cuatro de la mañana para acá y a las ocho ya me habían sacado todas mis cosas, el colchón, todo. Me quedé parada desde las ocho de la noche hasta las cuatro de la madrugada, que me vinieron a buscar. En cambio, acá llegué y mientras me tomaban los datos les conté de la situación que pasó en la comisaría y me sirvieron el desayuno a medida que me hacían todo el trámite. Acá es mejor porque tengo compañeras, alguien con quien hablar, hay un poco de libertad y tenemos más actividades y cosas. Eso es importante para evitar los malos pensamientos.

Creo que la parte más difícil ya la pasé en la comisaría, donde estaba sola. Al no tener nadie con quien hablar, nada para hacer, ocupaba mi tiempo pensando. En realidad los primeros dos meses, enero y febrero, directamente no pensaba, no sentía nada. Seguía en shock, no caía en la realidad. Después lo pude hacer cuando empecé a tener una contención psicológica, me fue a ver una psicóloga y ahí sí fue como que después de unos días de terapia caí en la realidad. Se me vino todo el mundo abajo de repente, volver a revivir todo, y pensar todo lo que me había pasado, no solamente en ese momento y en ese día, sino anteriormente. Los años anteriores; porque esto no viene de ese año o ese día, viene de años anteriores desde mucho tiempo. Creo que la peor parte ya la pasé, porque estaba sola y no tenía a nadie, solo a mí misma, así que cambié mucho en mi forma de ser, mis pensamientos, creo que estar solo te cambia, no tenés a nadie más que a vos mismo, y me tenía...creo que no me quedaba otra que revivir todo y... (hace una pausa, piensa) ahora, por ejemplo, al tener compañeras es distinto, vos por ejemplo podés hablar con alguien y dar opinión o consejos, charlar de cualquier cosa, no necesariamente del por qué estás acá, es más, tratamos de evitar hablar de las causas por las que estamos.

Una de las últimas fotos de Fernando: los moretones de la golpiza que le había dado Nahir.

Siempre voy a llevar el dolor toda mi vida. Me siento mal porque ese día que busco olvidar terminó muriendo una persona joven. Ese peso lo llevaré toda mi vida. Yo hice el duelo que tenía que hacer. Reviví todo, con todo me refiero del hecho para atrás y hasta ese día, lo que me acordaba, porque sinceramente había cosas que no me acuerdo. Declaré en el juicio porque lo tenía que hacer, dar una explicación, me pareció que tenía que desprenderme de todo eso. Además de asimilar todo lo que me estaba pasando ese día, que lo tuve que contar en el juicio, fue muy difícil. Los nervios de tener a la prensa detrás mío, gente desconocida que fue a presenciar el juicio, jueces, fiscales, abogados. Fue muy difícil porque no soy de contar mis cosas, no me gusta contar nada sobre mí en realidad, hacerlo delante de todos además de lo difícil y feo que fue lo que viví y pasó. Cuando terminé de declarar salí y fui a ver a mis padres, lloré lo que tenía que llorar y ya está, dije, nunca más me quiero acordar esto, y me desprendí, no quiero volver al pasado. No quiero estancarme ni quedarme en ese día horrible. Todo lo que debía decir de ese día lo dije en el juicio. No quiero volver a hablar de este tema, además no quiero ser malinterpretada. Ya fui juzgada y condenada.

Trato de vivir el ahora, ni quedarme en el pasado ni en lo que va a pasar. Trato de vivir, de concentrarme en lo que estoy haciendo ahora porque si no te deprimís, si te ponés a pensar todos los días en el pasado, en por qué estás acá, en lo que estarías haciendo afuera en este momento, o que hubiera pasado si... caés en la depresión, ni vivís.

Yo creo que todo pasa por algo, y creo que si no estuviera acá, en la cárcel, estaría en un lugar peor"

La angustia me vino solo estos últimos años. Siempre fui...no sé, me reía por cualquier cosa, siempre fui alegre, de no hacerme problema por nada, por cosas mínimas. Era más de pensar: "Bueno me pasó esto, no sé, habrá una solución". Siempre pienso en positivo, fueron estos años nada más en los que estuve triste.

A veces sonrío de nervios. Pero siento que no sé... Tengo prohibido sonreír en púbico. La verdad que me molesta que algunas personas no se pongan a pensar. Que solamente vean algo y compren lo que les venden. Que no se pongan en el lugar del otro, que no les importe que el otro es una persona, que no les importe que la otra persona también tuvo sus problemas, su vida, con sus tristezas. A todos les pasa. Que no tengan compasión.

 

La verdad en todos estos meses no me enteraba de nada, estaba totalmente aislada. Me enteré ahora, que tenemos un televisor y puedo ver las noticias. Pero estaba aislada. En realidad, no me importaba mucho cómo me estaban describiendo porque yo sabía lo que me había pasado. Lo que soy. Lo que sí me molestó es que se haya jugado tanto, que a nadie le haya importado quién era yo, qué me pasó realmente. Todo el mundo compraba lo que le vendían y no les importaba nada. Nadie sabe lo que pasó, lo que sufrí estos meses y los años anteriores, nadie me conoce realmente ni sabe lo que tuve que pasar. Además de asimilar lo que me estaba pasando en ese momento, tenía que afrontar un juicio, una condena social, mediática y además todo lo que me venía pasando años anteriores. Era muy difícil para mí, una acumulación de cosas. No era que solo estaba en una causa y listo. Además tuve problemas con mi peso, estuve dos años haciendo dieta para poder engordar, no podía, no sabía qué pasaba. No sé, es como que tenía ganas de que me tragara la tierra. Me estaba pasando todo junto, y nada me salía bien, nada nuevo, nada bueno. Lo único que me hizo salir adelante fue mi familia, siempre tuve el apoyo de ellos, nunca me juzgaron, ellos me hicieron salir adelante. Creo que todo tiene una respuesta, que todo pasa por algo. Que a todo se le puede buscar una solución.

Es raro, al principio, al estar aislada, no tenía idea de que se hablaba tanto de mí. Y salir a cualquier lado y que esté lleno de periodistas o ir y que ya me conozcan. Que nadie me pregunte cómo me llamo. Es raro, incómodo. Por ejemplo, si voy al médico todo el mundo me mira, me saca fotos. Es bastante incómodo. Siento que perdí totalmente la privacidad. Estando adentro yo sé que me conoce todo el mundo, por eso es raro, que no me pregunten cómo me llamo, o por qué causa estoy, por ejemplo. Creo que mostraban lo que se vendía. Me hicieron un objeto. No se hablaba de mí como una persona, sí como un producto que se vendía. Muchas cosas que todavía no puedo creer que se hayan dicho. Mentiras, y yo estaba encerrada y no podía desmentir nada, me parece que fue toda una mentira para vender.

Todo el mundo me mira, me saca fotos. Es bastante incómodo. Siento que perdí totalmente la privacidad"

Me mostraban como una reina. Eran las fotos de mis redes sociales. Creo que fue injusto. Porque en realidad ahora me pongo a pensar, mi causa no es la primera causa en el mundo que existe. Anteriormente y hasta ahora, después del juicio, siguen habiendo casos como el mío. Sin embargo nadie le da importancia como me la dieron a mí. Hay muchos hombres que todos los días matan mujeres y sin embargo esos hombres no sabemos siquiera cómo se llaman, o no nos acordamos, se dice por arriba. A ningún hombre lo han tratado mediáticamente o socialmente como me trataron a mí. Eso es algo que no entiendo por qué. Es más: hasta acá adentro hay chicas con la misma causa o con la carátula como la mía, y sin embargo yo nunca supe de ellas, nunca se escuchó hablar de esos nombres ni nada. Y es exactamente lo mismo. No entiendo por qué hicieron tanta diferencia conmigo, o por qué me dieron tanta atención a mí si es algo que no es nuevo digamos. Eso no quita mi responsabilidad.

Era incómodo (asistir a las audiencias del juicio). Porque todo el tiempo me tenía que estar cuidando. Me tapaba la cara porque en base a cualquier gesto que yo hacía ya lo sacaban de contexto u hacían todo un análisis, entonces por eso me tapaba la cara y todo el tiempo me tenía que estar cuidando de cualquier cosa porque lo interpretaban para mal. Al juicio fui casi a todas las audiencias porque era mi juicio. Yo quería saber qué se decía porque era yo la que estaba imputada. Los días que no fui emocionalmente estaba muy mal. Llegaba a la comisaría destrozada de las audiencias. El último día creo que el veredicto ya estaba decidido, sabía que iba a ser así, que me estaban esperando, que iban a ver mi gesto cuando me dieran la condena. Para evitar eso, decidí no ir. Yo sabía que la condena ya estaba dicha. Toda la sociedad pedía cadena perpetua y yo sabía que me la iban a dar. Era difícil, estaba en la duda, yo quería ir, pero quería evitar todo eso. Lo mismo porque quizás yo estaba parada y ya lo interpretaban como cualquier cosa. Hasta ahora creo que me afectó psicológicamente. Yo veo no sé... entro a un lugar y lo primero que me fijo es si tiene cámaras. En cualquier lugar al que me lleven, incluso acá adentro me paro a fijarme si hay cámaras escondidas, detalles, micrófonos. Me pasaba en la comisaría, podía pasar horas fijándome si no me habían puesto una cámara. Me afectó mucho psicológicamente hasta el día de hoy. También me llevó a desconfiar de todo el mundo porque cada mínima palabra que yo decía se publicaba o se malinterpretaba, entonces me cuido mucho en ese sentido. Me generó mucha desconfianza, hoy en día no confío en nadie más que en mis padres.

 

El año pasado estuve todo el año angustiada, no existió ni un día que no estuviera triste. A mí me gustaba mucho salir los fines de semana, y ni saliendo se me iba la angustia. Era solamente por la situación que estaba pasando, que no fue solamente ese año, fue de mucho tiempo atrás, pero es como que se hizo más profundo, más fuerte, el año pasado. Estaba muy angustiada, no vivía, me la pasaba encerrada, no hablaba con nadie, no podía...ni siquiera podía ir a yoga. Era otra persona, como un ente. Me di cuenta de dónde venía toda esa angustia, justamente quedándome sola todos esos meses en la comisaría de Gualeguaychú, a mí me ayudó mucho, más allá de que la pasé muy mal porque estaba totalmente sola, sin comunicación, sin saber nada de nada ni de nadie, me provocó ataques de pánico... Pero más allá de todo lo malo, me gusta sacar algo bueno. Sé que me ayudó mucho para conocerme a mí misma y sanar todo lo que tenía guardado.

Tengo algo muy especial con mis sueños, les presto mucha atención porque creo mucho en lo espiritual y en lo onírico. Es más, todos estos meses profundicé en el tema porque me gusta, le presto atención porque sé que ahí está la respuesta cuando no sabés algo. Eso se ve reflejado en los sueños. Me gusta despertarme y escribirlo. Diferencio entre los sueños comunes y los que tienen un mensaje, que son la mayoría, desde nuestro interior hacia nosotros. Me siento muy conectada. Antes me pasaba, pero no les prestaba atención, nunca les preste atención, es más, no creía en nada, únicamente ahora me pasa que sueño con alguien, después lo conozco... Como me paso con vos (ríe) y también me pasa que sueño con símbolos, tengo varios libros sobre interpretación de los sueños, como el diccionario. Y lo que estudiaron Freud y Jung. Me interesa mucho el tema, leo el significado, pero creo que cada persona tiene su propia interpretación, pero un símbolo puede ser diferente para todas las personas. Por eso me gusta analizarlo todo y verlo desde una distancia, comparar y llegar a mi propia conclusión.

El año pasado me pasó todo el año que casi todas las noches soñaba que me seguían. Una persona, un animal. Yo corría y corría, y no lo había podido interpretar, creo que nunca lo había contado. Este año después de leer e investigar sé lo que es. Pero me lo guardo"

Ahora asisto a un taller literario. Es el único al que puedo ir porque está en un pabellón de seguridad y no se me permite juntarme con las demás internas. Me gusta la poesía y la literatura, así que el único taller al que tengo permitido ir es el de literatura y poesía. Las otras actividades son yoga y meditación y educación física. Me gusta yoga y meditación porque estiramos, hacemos todas las posiciones y además usamos la otra mitad de hora para meditar. Nos apagan las luces, es como que bajás un cambio entre tanto lío que es acá adentro, está bueno estar en silencio, aunque sea por un rato y que te vayan guiando y liberando todas las tensiones, los pensamientos, que son tan difíciles de dejar de pensar en algún momento. Eso me gusta. Me relajo totalmente o por lo menos lo intento. Al ser guiada se te hace más fácil que estar sola entre tanto quilombo. El ambiente ya cambia. Estamos en silencio o a veces nos ponen alguna música tranquila.

Me gustaría publicar mis cosas porque me gusta escribir. Me encantaría ser escritora, además de tener una carrera. Para mí escribir es un pasatiempo, el año que viene me gustaría seguir mi carrera de abogacía, pero seguir escribiendo y publicar. Cuentos y poemas. En el poema vuelco más mis emociones. En el cuento puedo jugar un poco más. Al escribir me gusta que el lector interprete lo que está leyendo como quiera. No me gusta poner que quede todo fijo, sino dar oportunidad de que el otro interprete como quiera y a su manera.

 

Me decepcionaron muchas (personas). Me di cuenta de que en realidad de todas las amigas que tenía me quedó solo una, que sigue llamando, pregunta cómo estoy, me viene a visitar. Tenía un montón de amigas y al final no lo eran realmente. Igualmente, amigos, yo era de tener más amigos hombres que mujeres. Me decepcionó un montón. Me hice amigas nuevas y ahora como que es diferente. Lo veo de una manera diferente llamar a una persona amiga o amigo. Nunca me enojé porque una amiga dejara de hablarme. Sí me defraudaron porque tenía dos mejores amigas desde que tengo doce años, mucho tiempo, y una de ellas se borró, me defraudó un montón, pero bueno. Cada persona decide qué hacer y a quién tener de amigo. Por eso no guardo rencor ante nadie.

Durante muchos años hice hockey, me encanta y me gustaría patinar. Salir a patinar, me gustaba mucho sacar fotos, varias veces pedí permiso para tener mi cámara. De cualquier cosa, de algo simple sacarle una foto, de cierta perspectiva y ya queda lindo. Porque las fotos son depende de cómo cada uno la saque. Me gustaría mucho tener mi cámara, hacer deporte. Salir a bailar (sonríe) es lo que más extraño de todo, ir a un campo, ver animales, a mi perro Tai. Perdí muchas cosas, pero acá adentro cambié mi forma de ser, porque ahora tengo diferentes pensamientos, todo lo que me pasó me ayudó a encontrarme a mí misma. Desde chica, sentí que llorar era mostrar debilidad.

Por último, Palacios le hizo una pregunta que, tal vez sin saberlo, dejó en jaque la estrategia de la defensa de Nahir: negar el vínculo emocional que tuvo durante casi cinco años con Fernando. "¿Te gustaría enamorarte otra vez?", indagó el periodista. "La verdad que no lo he pensado. De lo que sí estoy segura es que todo lo que pasé me sirvió para darme cuenta de muchas cosas. Creo que ahora tengo un pensamiento más libre, una mente más abierta. No repetiría muchas cosas. No lo pensé, pero creo que no tendría problemas en enamorarme".