A casi siete años de su condena a cadena perpetua por el asesinato de Fernando Pastorizzo, Nahir Galarza reapareció públicamente para reclamar equidad en su caso y denunciar la falta de imparcialidad en el proceso judicial que la llevó a la cárcel. Desde la Unidad Penal de Mujeres N° 6 en Paraná, la joven entrerriana de 26 años aseguró que nunca tuvo una relación formal con la víctima y cuestionó la falta de consideración hacia las pruebas que habría presentado en su defensa. "Pido que la justicia sea justa conmigo, que me den el mismo derecho que a las otras personas, un poco de equidad", expresó en una entrevista con Canal 9 Litoral.
Según la joven, desde el inicio del proceso en su contra no contó con "el beneficio de la duda", ya que la condena social y mediática la convirtió de inmediato en "la asesina de su novio". "Ni siquiera fui a la audiencia del veredicto porque sabía que me iban a dar perpetua", recordó. Galarza insistió en que nunca se pudo probar que mantenía una relación formal con Pastorizzo y aseguró que en la audiencia testimonial presentó una carta en la que él le pedía disculpas "por lo que me había hecho".
Según sus declaraciones, ese documento no fue tomado en cuenta. En línea con su defensa, dejó entrever que había sido víctima de maltrato por parte de la víctima, lo cual -afirmó- fue corroborado por su médico ginecólogo, su fisioterapeuta y su entrenador de hockey. En cuanto a la fatídica madrugada del 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú, la joven evitó entrar en detalles sobre lo sucedido: "Ya no tiene sentido contar lo que pasó si ya me condenaron, no me dieron oportunidad".
Al ser consultada sobre si había intentado comunicarse con los padres de Pastorizzo, Galarza reveló que en algún momento intentó acercarse, pero que estos rechazaron el encuentro: "Les pediría perdón desde lo más profundo de mi corazón". Durante la entrevista, la joven también apuntó contra el rol de los medios de comunicación en su caso. "Crearon un personaje que era asesina, fría, inventaban... Todo muy exagerado", lamentó.
Asimismo, se refirió a la cobertura mediática y a las comparaciones con otros casos judiciales: "Hay chicas que también están condenadas por homicidio agravado por el vínculo a 14 o 15 años. De ellas, creo que ninguno conoce el nombre. ¿Por qué a mí sí, si mi causa es igual o parecida a otras?". Sobre su presente en la cárcel, Nahir Galarza aseguró que su estadía en prisión la ha hecho cambiar y madurar. "Es un aprendizaje, me siento diferente, tengo las cosas más claras", afirmó.
Actualmente, estudia idiomas y psicología social a distancia, además de desempeñar tareas dentro del penal. Sin embargo, reconoció que, en algunos momentos, llegó a perder las ganas de vivir debido a la sentencia impuesta. En otro tramo de la entrevista, la joven denunció irregularidades en el proceso de investigación y cuestionó la validez del peritaje realizado sobre su teléfono celular.
Según su testimonio, la persona que analizó el dispositivo era una licenciada en Bromatología, quien posteriormente demandó al Estado y ganó el juicio al probar que no estaba capacitada para realizar esa tarea. "Ella misma dijo que falsificó todo y que la obligaron a hacer esas cosas", sostuvo Galarza. Otro de los puntos que generaron polémica en su caso fue la filtración de un video íntimo que había grabado cuando tenía 16 años. Según la joven, ese material fue difundido desde el ámbito judicial. "A nadie le importaba que en ese video yo tuviera 16 años, a nadie le importaba que se estaba corrompiendo mi intimidad", denunció.
Pese a todo, Galarza sostuvo que no apelará la cadena perpetua, aunque sí dejó abierta la posibilidad de solicitar la revisión de la condena. "Me gustaría que la Justicia sea justa conmigo también. Yo, a pesar de estar acá, no pierdo derechos como persona", insistió. En sus declaraciones, la joven dejó en claro su frustración ante la falta de opciones dentro del sistema judicial. "No pido nada fuera de lo común, simplemente que se me dé el mismo derecho que a los demás condenados. Me dieron una prisión perpetua que ni siquiera me da derecho a resocializarme", sentenció. Para ella, la condena impuesta le niega la posibilidad de demostrar un cambio y de reconstruir su vida. "No es que yo quiera minorizar el hecho, sino aclarar que yo también tengo derechos como persona, como detenida", concluyó.