14 Octubre de 2024 10:33
Juanita Milagros Sirimarco Díaz tenía tan sólo 13 años y falleció en el último fin de semana en Misiones, después de regresar de un viaje de egresados en Villa Carlos Paz, Córdoba. Según trascendió, la adolescente, abanderada del Instituto Cristiano República Argentina (ICRA), comenzó a sentirse mal al volver del viaje y fue ingresada en el Hospital Pediátrico Fernando Barreyro. Los médicos le diagnosticaron sepsis, complicación de una infección por influenza B, y resaltaron la gravedad de su estado.
A pesar de los esfuerzos de los profesionales de la salud que la atendieron, su condición se deterioró y su fallecimiento fue confirmado el sábado. "Con profundo dolor y tristeza, nos dirigimos a toda la comunidad educativa para comunicar la partida de nuestra querida estudiante, Juanita Milagros Sirimarco Díaz. Como abanderada del nivel primario representaba todos los valores que su amado colegio, ICRA Posadas, promueve", anunciaron desde el colegio al que asistía la alumna.
En honor a la nena de 13 años se realizó un acto de despedida en La Cascada de la Avenida Costanera en Posadas, donde se les pidió a los asistentes llevar globos azules o vestimenta de ese color, el favorito de la estudiante. Además, el domingo, en medio de un clima de mucha tristeza, familiares, amigos y cercanos le dieron el último adiós a Juanita. La sepsis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una afección potencialmente mortal que surge cuando el sistema inmunológico reacciona de forma extrema a una infección, provocando daño en los tejidos y órganos, lo que puede derivar en insuficiencia multiorgánica y muerte, si no se trata a tiempo.
Entre sus síntomas se encuentran fiebre, frecuencia cardíaca elevada, respiración rápida, confusión y dolor corporal. La Influenza B, que desencadenó la sepsis en el caso de Juanita, es un virus altamente contagioso que se transmite a través de secreciones respiratorias. A diferencia de la Influenza A, la B evoluciona más lentamente, lo que reduce su impacto, aunque su capacidad de mutación impide la generación de una inmunidad duradera. La vacuna contra la gripe trivalente es la principal medida preventiva y está compuesta por dos subtipos del virus A y uno del virus B, con el objetivo de proteger contra las cepas más comunes.
En medio del fuerte dolor que le provocó la muerte de la alumna, Gabriela Petit, docente del ICRA, dio a conocer en su cuenta de Facebook la presentación que había hecho Juanita durante el curso de ingreso de la Escuela Industrial a la que planeaba asistir cuando pasara la secundaria. "Me llamo Juanita Milagros Sirimarco Díaz, tengo 12 años y vengo de la escuela ICRA (Instituto Cristiano República Argentina). Mi materia favorita es matemática y la que más me dificulta es lengua", arrancaba la carta.
En la misiva, la adolescente contó que fuera de la escuela practicaba "karate, basquet, ballet, ajedrez e inglés". "Soy excelente en todo lo que hago y aunque suene mal es la verdad porque me esfuerzo en todo y trato ser la mejor versión de mí", había señalado y remarcado que le gustaba leer, en especial "libros de política". "Luego de ingresar a la industrial voy a estudiar economía y arquitectura en la facultad. La mayor meta que me propongo es ser presidente de la Argentina", escribió.
La carta difundida por la maestra de Juanita cierra con la alumna afirmando: "Voy a dedicar toda mi vida a esto, si no lo cumplo habré desperdiciado toda mi vida. Este pensamiento me ayuda a no rendirme y seguir estudiando". En diálogo con La Nación, Claudia Díaz, la madre de la joven de 13 años, denunció negligencia por parte del colegio y la empresa que organizó el viaje, y sostuvo que su muerte pudo haberse evitado "si hubieran actuado a tiempo".
Según contó la mujer, el viaje, organizado por Viaturex, comenzó el 2 de octubre. Juanita y sus compañeros del Instituto Cristiano República Argentina (ICRA) partieron con dos maestras, sin la compañía de padres debido a la restricción del colegio que lo definió como un "viaje estrictamente escolar". Durante los primeros días no hubo incidentes, pero en el tercer día, la joven sufrió una lesión en la rodilla al caer de un tobogán acuático, lo que requirió atención médica.
Se le colocó una férula y se le recetaron analgésicos, pero no presentaba mayores complicaciones en ese momento. A lo largo del viaje, varios compañeros de Juanita mostraron síntomas de diversas afecciones, como dolor de garganta o problemas estomacales. La joven también empezó a sentir dolor en la garganta, que fue evaluada por un médico. Sin embargo, la situación se agravó en el viaje de regreso a Posadas, que duró casi 14 horas.
La noche del 7 de octubre, Juanita comenzó a presentar fiebre alta, vómitos y diarrea. En lugar de detenerse, el personal a cargo se comunicó con un médico por teléfono, quien recomendó administrarle un analgésico. A pesar de que la fiebre disminuyó ligeramente, los síntomas persistieron. Claudia, que se comunicaba con las maestras por WhatsApp, no recibió noticias sobre su hija durante seis horas críticas. A pesar de que solicitaron que la llevaran a un hospital mientras estaban en Corrientes, le respondieron que no podían detenerse debido a la supuesta baja calidad de los centros médicos en la zona.
Cuando finalmente se detuvieron para desayunar, Juanita no podía levantarse del asiento. Al llegar a Posadas, Claudia pidió una ambulancia en la terminal de micros, pero no se cumplió su solicitud, lo que la llevó a ir personalmente a la empresa de turismo para exigir ayuda. Juanita llegó al hospital en estado crítico, con signos evidentes de shock, presión arterial extremadamente baja y síntomas de un cuadro infeccioso severo. A pesar de recibir tratamiento intensivo, incluyendo antibióticos y sueros, su condición siguió empeorando. "Ese viaje fue un horror; los levantaban a las 7 de la mañana y no los acostaban hasta la medianoche", sostuvo Claudia.
Y denunció: "Ellos se fueron a desayunar, mientras ella empeoraba, y luego siguieron el camino. Yo estaba desesperada. Tenía los ojos rojos, llenos de sangre, y la boca negra. Algo estaba muy mal. Ni siquiera se rió cuando me vió". Durante los días siguientes, los médicos evaluaron la posibilidad de amputarle las extremidades a la adolescente debido a la necrosis, pero antes de que se pudiera realizar la intervención, sufrió muerte cerebral y diversos fallos multiorgánicos. "Su piel se fue oscureciendo, desde la punta de las piernas hasta las manos. La trataron con todos los antibióticos, y recibió la mejor atención en el hospital", destacó la mamá de la víctima.
Y siguió: "Pero su cuerpo simplemente no respondía. Estaban a punto de amputarle las piernas y las manos. Luego, sus riñones dejaron de funcionar, iban a hacerle una transfusión, pero sufrió muerte cerebral, y después fallaron sus órganos. Rezábamos por un milagro, pero no sucedió". La madre y el padre de Juanita responsabilizan tanto al colegio como a la agencia de turismo por la falta de acción oportuna y la decisión de no detenerse en un hospital. "Murió de la peor manera", dijo y sentenció: "Si se hubieran detenido un momento, si le hubieran tomado la presión y dejado en un hospital, todo habría sido distinto".