09 Mayo de 2024 11:44
El último martes un crimen conmocionó a toda San Juan por su crudeza y misterio. En plena calle, un joven abordó a mazazos a Hebe Yolanda Leguiza, de 71 años, quien fallecería tras doce horas de agonía en la terapia intensiva del Hospital Rawson de la capital provincial. La ambulancia tardó más de media hora en llegar al lugar y le hicieron una traqueotomía para que no se ahogue en su propia sangre. El autor huyó y cayó un día después. Tiene 15 años y aseguraron que "no está en sus cabales".
A la señora la abordó el detenido, de iniciales J.N.A., el 7 de mayo cerca de las 19:40 cuando caminaba por la calle 25 de Mayo entre Aberastain y Caseros. El móvil del robo se descartó rápidamente, luego de ver las cámaras y comprobar que en ningún momento hizo algún movimiento para robarle el bolso que llevaba. Los testigos visuales informaron a Tiempo de San Juan que le dio cuatro mazazos entre los ojos y la nariz.
Los primeros en atenderla fueron un joven repartidor y un comerciante de la zona llamado Daniel Aciar, que llegó después. "Dejó el martillo tirado y corrió", le contó el chico de la moto. La mujer tiritaba, balbuceaba y tenía un notorio hundimiento en el cráneo. "Le han pegado muy feo. Con el chico del delivery tratamos de ayudarla. Se tiene que haber ahogado con la sangre", soltó en ese momento, quien agregó que la ambulancia llegó "como a las 20" y que el personal médico le realizó una traqueotomía.
Es incomprobable lo que podría haber ayudado a la salud de la fallecida, el tiempo que demoró en llegar la ayuda sanitaria. Hubo vecinos que confirmaron que fueron más de 30 minutos, y que cuando la víctima llegó al centro de atención médica ya estaba en plena agonía, al punto de que al principio fuentes judiciales la dieron por muerta.
Una persona intentó atrapar al asesino pero no llegó a alcanzarlo. Este corrió a través de la plaza Gertrudis Funes y partió rumbo a la zona este de la ciudad. Los fiscales Nicolás Schiattino e Iván Grassi de la UFI Delitos Especiales intervinieron en el caso junto a miembros de la Comisaría 2da. Destinaron 20 policías a seguir las cámaras y dar con la identidad y paradero del homicida adolescente, quien en ese entonces llevaba jeans, lentes, buzo negro con capucha y una mochila multicolor muy particular. Cuando descubrieron que era menor de edad, la causa cambió de manos y fue continuada por el Juzgado de Menores a cargo de Jorge Toro.
Fuentes de Tiempo de San Juan le aseguraron que se trata de una persona que no está "en sus cabales", que habría elegido al azar a su víctima, a partir de determinar que no existe ningún tipo de vínculo entre la víctima y el asesino. El hijo de un empleado judicial ya estaba identificado horas atrás de su caída, pero debieron esperar para la confirmación de su paradero.
Los vecinos que se acercaron al lugar del crimen realizaron una manifestación improvisada en reclamo de mayor seguridad, más allá de que las razones por las que ocurrió este hecho no tienen que ver con ningún robo. "Era una mujer buena, muy amable, que siempre pasaba y saludaba", revelaron algunas de sus vecinas al diario local.