Un jurado popular, integrado por 12 personas, declaró culpables a los acusados por la Masacre de Monte en la que murieron cuatro chicos que fallecieron tras la persecución policial a tiros y posterior choque. La audiencia del veredicto comenzó cerca de las 10 de la mañana y finalizó a las 22.30 del miércoles. La espera se hizo eterna para las familias que finalmente consiguieron algo de la justicia que buscaban.
Los policías Ruben García y Leonardo Ecilapé fueron condenados por unanimidad por el delito de “homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego” en perjuicio de Danilo Sansone. Camila López, Gonzalo Dominguez y Anibal Suarez, por lo que recibirán como pena prisión perpetua.
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Luego, por mayoría de 10 de los miembros del jurado, los policías Manuel Monreal y Mariano Ibáñez fueron declarados culpables del delito de “tentativa de homicidio agravado por el abuso de la función policial y por ser cometido mediante el empleo de arma de fuego. Este delito prevé una pena de entre 18 y 25 años de prisión. Los cuatro policías de la provincia de Buenos Aires fueron considerados culpables de la tentativa de homicidio agravado por su condición de miembros de una fuerza de seguridad de Rocío Quagliarello, la única sobreviviente de la masacre que tenía 13 años al momento del hecho.
Al terminar, la jueza Carolina Crispiani, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal 4 (TOC) de La Plata, manifestó ante los familiares y el jurado que las penas de los cuatro policías, se realizará el próximo 2 de junio y los fundamentos de la sentencia se sabrán una semana después.
Qué ocurrió en Monte
Todo ocurrió en la madrugada del 20 de mayo de 2019, cuando efectivos de la comisaría de San Miguel de Monte persiguieron a lo largo de la colectora de la ruta 3 a un Fiat 147 en el que viajaban cinco chicos. Los cinco chicos escuchaban música cuando los oficiales comenzaron a perseguirlos sin motivos y a dispararles, eso provocó que el auto donde iban chocara contra el acoplado de un camión que estaba detenido en la ruta. Cuatro de los cinco ocupantes murieron en lacto.Este martes se habían llevado a cabo los alegatos de ambas partes y los cuatro acusados aceptaron decir sus últimas palabras frente al Tribunal. "Quiero aclarar que esto no fue una masacre, sino una tragedia. Soy padre también, nunca me voy a poder llegar a imaginar el dolor que sienten (los familiares de las víctimas). Y si me equivoqué en algo pido perdón, pero fue lo que me salió y lo que hice. Pido disculpas", comenzó Ibáñez.
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Luego, siguió Monreal, quien le agradeció al jurado "por toda la paciencia" que tuvieron y después miró a los familiares de las víctimas y expresó: "Mi más sentido pésame, de todo corazón. Nunca imaginamos ni buscamos que pasara esto. No somos asesinos, solamente estábamos trabajando".A continuación siguió García y sostuvo: "Quiero disculparme por el dolor que le causé a todos, aunque nunca tenga perdón en la vida. Somos inocentes, nunca quisimos llegar a esto. Cometemos falencias. Y nada más: no me sale nada porque nadie me disculparía".
Por último, tomó la palabra Ecilape y manifestó: "Quiero aclarar que no soy ningún asesino junto a mis compañeros, todo lo que hice fue en el cumplimiento del deber. Le pido al jurado que se haga justicia porque necesito salir de este lugar". La muerte de los jóvenes ocurrió cuando se trasladaban en un Fiat 147, al mando de Suárez, y fueron interceptados por dos móviles policiales, que comenzaron a perseguirlos y dispararles.
En medio de la persecución, y luego de que Domínguez recibiera un balazo en el muslo, Suárez perdió el control del auto e impactó de lleno contra un camión que estaba estacionado en la banquina. Como consecuencia del impacto fallecieron todos los ocupantes del pequeño rodado, salvo Quagliariello, que en aquel momento tenía 13 años y hoy tiene 17.