El sábado 8 de marzo, mientras miles de mujeres en toda Argentina alzaban la voz en el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, en Burzaco se gestaba una tragedia. Noelia Aldana Torres, de 34 años, fue hallada sin vida en su hogar, brutalmente atacada a cuchillazos. En la misma jornada en que se exigía justicia por tantas víctimas de violencia de género, ella se convertía en una más de la lista. El hallazgo de su cuerpo, ensangrentado y con múltiples heridas de arma blanca en el rostro, las manos y el muslo izquierdo, reveló una escena desgarradora.
Se había defendido con fiereza, luchando hasta el último aliento contra su atacante. La Policía Científica se hizo presente en la vivienda ubicada en la calle Adolfo Alsina al 1000, a metros del Boulevard Tomás Espora, y confirmó lo que sus amigas más cercanas temían: Noelia había sido asesinada. Fue su grupo de amigas quienes dieron la voz de alerta. Aquella tarde, Noelia debía asistir a un baby shower, pero no respondía mensajes ni llamados. Preocupadas, fueron hasta su casa. Al llegar, encontraron las llaves puestas y un silencio aterrador.
Gritaron su nombre, pidieron a una vecina que golpeara la puerta, pero nada. La angustia creció y, sin respuestas, llamaron a la policía. Los agentes que arribaron al edificio se toparon con un panorama escalofriante. Noelia yacía sin vida. Las heridas en su cuerpo indicaban que había peleado con todas sus fuerzas, pero su agresor fue más brutal. Los peritos de la policía científica encontraron manchas de sangre y signos de lucha, reforzando la hipótesis de un crimen ferozmente premeditado. Los testimonios de los vecinos fueron clave para determinar qué había ocurrido.
Noelia mantenía una relación conflictiva con un joven de 20 años, con quien discutía frecuentemente. La policía fue hasta su domicilio y lo halló con manchas de sangre en las manos, así como lesiones en el rostro y el cuello, compatibles con las de una pelea. Durante el allanamiento, los oficiales incautaron sábanas y cuchillos con manchas hemáticas. Todo indicaba que el joven había ingresado a la vivienda de Noelia tras trepar por el balcón y que la atacó con extrema violencia. La UFI 12 especializada en violencia de género de Lomas de Zamora tomó las riendas del caso.
Finalmente, con el correr de la investigación calificó el hecho como "femicidio". "Él entró para hacerle daño, por eso decimos que es un femicidio y que tiene que ser condenado a perpetua", sentenciaron sus amigas. Sospechan que la venía vigilando y que el acceso a su hogar fue planificado. "Quizás intentó abusar de ella y se resistió, pero lo que sabemos es que trajo los cuchillos de su casa", añadieron.
El asesinato de Noelia no es solo una estadística más. Es el reflejo de una realidad que sigue cobrándose vidas. En el día en que tantas mujeres reclamaban por un mundo libre de violencia, ella fue asesinada en su propio hogar. Su historia ahora se suma a la interminable lista de víctimas de femicidio que claman justicia desde el silencio. En su memoria, y en la de tantas otras, la lucha no cesará. Noelia Aldana Torres, presente. Ahora y siempre.