"Esto no era lo que hablamos". Esa fue la reacción de la mayoría de los ocho condenados por el homicidio de Fernando Báez Sosa, el adolescente de 18 años asesinado el 20 de enero del 2020 en Villa Gesell, luego de que la Cámara de Casación Penal bonaerense confirmara el pasado 23 de marzo las condenas dictadas en enero del año pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores.
El revés judicial fue un baldazo de agua fría para Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ciro Pertossi, Blas Cinalli, Lucas Pertossi, Ayrton Viollaz y Luciano Pertossi. Y es que los condenados oriundos de Zárate confiaban en la promesa que les había hecho su abogado defensor Hugo Tomei: "En Casación la damos vuelta".
Durante el juicio, los por entonces ocho acusados compartieron defensa; pese a que la mayoría de los abogados penalistas coincidían en que se trataba una de las peores estrategias. ¿El motivo? No todos tuvieron el mismo grado de participación en el ataque y una defensa en bloque perjudicaría a muchos de los imputados.
Dicho y hecho. En febrero del año pasado, el Tribunal estableció dos condenas para todo el grupo. Thomsen, Benicelli, Comelli, Ciro y Luciano Pertossi fueron condenados a perpetua por "homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía, en concurso ideal con lesiones leves".
En tanto, Viollaz, Lucas Pertossi y Blas Cinalli fueron condenados a 15 años de prisión por ser considerados como partícipes secundarios de "homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por alevosía, en concurso ideal con lesiones leves".
Pese a la contundente sentencia, los jóvenes oriundos de Zárate no rompieron el pacto de silencio, ni dividieron sus defensas. Todos apelaron de la mano de Tomei y aguardaban con mucha expectativa que Casación pudiera al menos morigerar las penas. Pero nada de eso sucedió y ahora los ocho enfrentan la anteúltima instancia de apelación antes de que la condena se haga efectiva: la Corte Suprema bonaerense.
Disconformes con Tomei, Thomsen y Benicelli tardaron dos semanas en anunciar que le soltarían la mano al abogado que se hizo cargo de la causa desde el segundo día de la etapa de instrucción. Y así, Francisco Oneto pasó a ser quien defenderá a partir de ahora a Thomsen, mientras que Carlos Attías hará lo propio con Benicelli, conocido en la causa como "el del rodete".
Según pudo saber BigBang, un tercer "rugbier" avanzaría también con una defensa propia en las próximas horas. Y, pese al hermetismo, hay tres nombres que se barajan: Comelli, Viollaz y Blas Cinalli. ¿El motivo? El denominado "clan Pertossi" seguirá bajo el órbita de Tomei y el dato no es menor. El abogado que los representó en el juicio es íntimo de la familia, al punto que es el padrino de Emilia Pertossi -quien lo acompañó durante todo el debate-, hermana de Ciro y Luciano Pertossi.
"Nos perjudicaron para salvar a los Pertossi", es la queja que por estas horas se repite entre los familiares de los condenados y que incluso se escucha por los pasillos de la Alcaidía de Melchor Romero, la misma en la que los ocho siguen cumpliendo con su detención. "No hubo pedidos de traslados después de Casación y tampoco se solicitó ningún cambio de celdas posterior al cambio de abogados", le confiaron a BigBang.
Y es que, pese a la contundente decisión de Thomsen y Benicelli, los ocho siguen alojados en tres celdas y comparten las tres horas diarias de salidas al patio del penal. Cabe resaltar que, por temor a posibles ataques, ninguno de ellos se cruza con otros reclusos y sólo acceden a la salida cuando el resto de los presos ya se encuentra de nuevo en sus celdas.
Al momento, tampoco se registraron peleas, ni discusiones entre ellos. Pero eso cambiará conforme avancen las presentaciones judiciales. Y es que a partir de ahora, será un "sálvese quien pueda" que impactará inevitablemente en el vínculo entre ellos. El primer batacazo ya lo dio Benicelli, con la presentación de un duro escrito que podría complicar aún más la situación de uno de sus amigos, condenado a perpetua.
"Fuimos persuadidos de designarlo (a Tomei) para mi defensa técnica a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados", sostiene Benicelli en el escrito, al tiempo que denunció que el abogado se negó a que Alejo Milanesi -imputado y luego sobreseído- declara durante el juicio, pese a que había sido convocado por él mismo.
Milanesi había sido convocado para declarar en la audiencia del 16 de enero del 2023, la misma en la que declaró Juan Pedro Guarino y algunos de los amigos de Cinalli que intercambiaron con él mensajes de WhatsApp en las horas posteriores al crimen. También lo hizo Tomás Colazo, el denominado "rugbier número 11". Pero, cuando el Tribunal le preguntó a Tomei si quería llamar a Milanesi, el abogado de los condenados sorprendió a todos en la sala: "No hace falta". La misma postura que segundos después tomaron los fiscales y los abogados de la familia Báez Sosa.
"(Tomei) lo propuso para que este manifestara lo que vio y escuchó de lo sucedido en aquella fatídica noche, por ser un testigo privilegiado en el lugar, y porque mediante sus declaraciones podría persuadir a los sentenciantes que mi participación no fue determinante en el resultado de la muerte de Fernando Báez Sosa", detalló Benicelli en su escrito.
Pero, ¿por qué si Milanesi podía dar vuelta la situación de Benicelli su abogado se negó a que declarara? "Quien debía garantizar mi defensa, inexplicablemente desistió del testigo en la misma audiencia. Las explicaciones que me brindó con posterioridad (Sic) es que la declaración de Milanesi podría agravar la situación procesal de los otros co-defendidos", expuso.
En esa audiencia, uno de los objetivos de la Fiscalía y de la querella -en manos de Fernando Burlando y Fabián Améndola- era poder identificar en los videos a Luciano Pertossi, quien se jugaba un pleno: hasta ese momento, ningún testigo había logrado identificarlo. De hecho, fue el primero de los por entonces acusados en "romper el silencio", cuando en la audiencia del 12 de enero pidió la palabra sólo para aclarar que no era precisa la identificación llevada adelante por los peritos: "Yo no soy ese".
De nada sirvió que Tomei perjudicara, tal y como lo entiende Benicelli, a uno de sus propios defendidos en pos de beneficiar a Luciano. Y es que, pese a todos los fallidos intentos por evitar que las declaraciones de sus compañeros lo perjudicaran, el Tribunal y Casación entendieron que fue uno de los que participó de la golpiza directa a Fernando y es por eso que se sostuvo su condena a perpetua.