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Nuevo giro en la causa: aseguran que la muerte de Héctor Olivares y Miguel Yadón habría sido un doble crimen "por placer"

Según declararon dos de los detenidos, "Cebolla" habría asesinado a un perro en la misma plaza en la que disparó contra el diputado y su asesor. 

22 Mayo de 2019 11:36
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En la investigación por el crimen del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón se barajaron varias hipótesis. Primero se dijo que se trató de un ajuste de cuentas, luego se habló sobre la posibilidad de que exista una relación amorosa entre Yadón y la hija de uno de los atacantes. Pero, en las últimas horas los investigadores revelaron una hipótesis. La balacera habría sido iniciada “sin sentido y absurdo, y que las víctimas fueron elegidas al “azar” como blanco en el marco de un homicidio cometido “por placer”. 

Esta mañana el juez Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades comenzó a indagar al principal acusado, Juan José Navarro Cádiz -alias "Cebolla"-, y también a Juan Jesús Fernández, el dueño del auto desde donde salieron los disparos. Miguel Navarro Fernández, padre de Juan José, estaba en el vehículo al momento del doble crimen.

Fernández y Navarro padre estarán por tercera vez frente a la Justicia, pero Navarro Cádiz será la primera vez que dará su versión de los hechos, ya que el sábado a la madrugada, luego de llegar extraditado de Uruguay, se negó a declarar.

Tras recolectar varios datos sobre los acusados, toma fuerza la hipótesis de que se trató de un crimen “al azar”. 

Por ejemplo, en uno de los allanamientos que realizó en una de las viviendas de Navarro Cádiz, conocido como “Cebolla”, se encontró una pared con al menos cuatro dibujos de figuras humanas repletas de balazos de algún tipo de proyectil. El hallazgo sorprendió al juez y a la fiscal. Debido a la presencia de estos dibujos consideraron que podría tratarse de un acto preparatorio. 

Uno de los acusados contó que el joven mató a puñaladas a un perro en la misma plaza donde fueron asesinados Olivares y Yadón.

Otro elemento es que uno de los acusados contó que el joven mató a puñaladas a un perro en la misma plaza donde fueron asesinados Olivares y Yadón. "Es una posibilidad que hayan ido a la plaza a probar esa arma sofisticada con mira láser y, aunque parezca una locura, eligieron al azar como blancos móviles al diputado y su asesor para matar porque sí, por pura diversión", dijo una fuente del caso.

De confirmarse la hipótesis, además de la alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, se les podría imputar un homicidio agravado por placer, con pena de prisión perpetua.