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Operativo rugbiers: cómo será la seguridad del veredicto y el temor a la pueblada

La defensa de los ocho imputados realizará sus alegatos.

por Matias Ayrala

25 Enero de 2023 18:38
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La cara de Fernando Báez Sosa se multiplica en las calles de Dolores. Su mirada amigable y su sonrisa enorme aparecen en locales y postes de luz. Esa juventud ahora eterna del único hijo de Silvino Báez y de Graciela Sosa se repite con una frase: “Justicia por Fernando y por todas las víctimas de violencia”.

 

Acostumbrados al trajín judicial y al dolor de las cientos y cientos de familiares de víctimas que han pasado por la ciudad, hoy los dolorenses sienten algo distinto. La tensa calma se fue borrando del ambiente para darle lugar a la bronca. Tal vez contenida desde enero de 2020.

 

Uno de esos indicios se vio la semana pasada. Justo en la última audiencia del juicio, los gritos de vecinos y de personas que viajaron exclusivamente a Dolores, se pararon sobre la calle Belgrano, frente al vallado que custodia la Policía Bonaerense y gritaron. El “¡Asesinos! ¡Asesinos!” se escuchó dentro de la sala de audiencias.

 

Los cánticos sacudieron a los imputados. Les dejó bien en claro el clamor popular. El mismo que se repite en redes sociales: “Justicia es perpetua”. Minutos después, la voz de una mujer retumbó a través de un megáfono. Nombró a cada uno de los rugbiers y los calificó como asesinos.

"Se puede poner feo": el temor de los vecinos de Dolores por la sentencia a los rugbiers

 

Pero faltaba más. Cuando la audiencia terminó, la misma multitud aplaudió a los padres de Fernando. Pero minutos después escracharon, con ferocidad, a los padres de los detenidos. Si que los gritos de la muchedumbre se escucharan en la sala de los Tribunales les había molestado, ser perseguido por la calle a escupitazos y golpes, custodiados por la Policía, debe haber sido fulminante.

 

Esa exposición se podría haber evitado. Los familiares de los rugbiers debieron ser escoltados dos cuadras. Aunque podrían haber salido del Tribunal por una puerta lateral, justo al otro lado de donde se realizaba la manifestación. El error fue de la organización de la Justicia y de la Policía. Pero ahora todo cambió.

“Estamos conformes con el pedido de perpetua”: los padres de Fernando tras la exposición de los fiscales

 

El temor a una pueblada es cada vez más fuerte. Sobre todo porque el clamor popular exige perpetua para todos los imputados, tal como pide la querella, pero los especialistas creen que eso no será así. Por ese motivo, ya se tomaron precauciones.

 

En primer lugar, durante la primera jornada de los alegatos, se agrandó el vallado azul, por donde ingresan todos los autorizados para presenciar el juicio. También cerraron Rico y Márquez, las dos calles que rodean a los Tribunales. Además fueron enviados a la zona el doble de efectivos policiales para custodiar la zona.

 

Pero el punto culminante del “Operativo Rugbiers” comenzará el mismo día en el que los jueces den el veredicto para los imputados. Por eso, el lunes 30 de enero llegarán 100 agentes más a Dolores, es decir, el doble de los que ya habían enviado. También habrá un cierre total y un vallado que se extenderá en dos cuadras a la redonda de los Tribunales.

 

El cerrojo que se realizará tiene dos objetivos. No solo proteger a los imputados y a sus familiares, sino también evitar cualquier tipo de intento de agresión al Palacio de Justicia. Para ello, montarán diferentes puntos de acceso para las personas autorizadas y los medios de comunicación. El temor a desmanes es cada vez mayor.  

 

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