El 15 de julio pasado, Andrea Esnaola, salió de la Escuela de Educación Técnica Nº 1 de Pehuén Có, donde trabajaba como auxiliar. Y los vecinos que la cruzaron en ese camino seguramente nunca imaginaron que esa sería la última vez que la verían.
Andrea Esnaola, la mujer desaparecida.
Para sumarle aún más misterio al caso, el marido de la mujer, Gustavo Martínez, fue ingresado a la sala médica de la villa balnearia acusando un accidente de cuatriciclo. Pero luego se determinó que ocultaba algo bastante más complicado: tenía un balazo en la cabeza supuestamente autoinfligido.
Los perros de la policía siguieron la pista de Andrea hasta la playa, por lo que se pensó que la mujer se había suicidado arrojándose al mar. Pero nunca se encontró un cuerpo ni tampoco otras pistas sobre el paradero de la desaparecida.
Hasta que el viernes el sitio web LaBrujula24.com publicó que los investigadores del caso se encuentran trabajando en una nueva hipótesis. Al parecer, además de su trabajo en la escuela, Andrea limpiaba casas. Y, entre ellas, se encontraba una en la que se habrían realizado fiestas negras con prostitutas y drogas. Así, se sospecha que Esnaola podría haber sido testigo de algo inconveniente que le costó la vida.
La dueña de la propiedad, conocida como “la Mona”, ya fue identificada y prestó declaración en la causa. “No nos cierra el relato pero tampoco hay pruebas como para acusarla. Tenemos versiones y datos que estamos chequeando”, le contó a La Brújula 24 un jefe policial. Se sabe, además, que la Unidad de Delitos Complejos ya seguía los pasos de esta mujer, a quien se le atribuyen nexos con el mundo de la prostitución y habría admitido conocer a Andrea.