El viernes por la mañana, un grupo de albañiles protagonizó un hallazgo macabro en la ciudad cordobesa de Villa María: una mano de mujer en un contenedor ubicado en una obra en construcción.
Olga Moyano tenía 46 años.
La extremidad pertenecía a Olga Moyano, de 46 años, asesinada y descuartizada. Su última señal de vida había sido una llamada a su hijo, en la que con la voz perturbada por el llanto le decía que se estaba dirigiendo a un hospital.
En la espalda del cadáver, el asesino había dejado una señal siniestra: la palabra "puta" tallada con la punta de un cuchillo. Algo que llevó a los investigadores a la conclusión de que el femicida conocía a su víctima, y tenía un odio intenso y particular hacia ella.
Asesino con prontuario
La pesquisa tuvo resultados con la detención del principal sospechoso, Osvaldo Varela, de 54 años, quien habría tenido una relación sentimental con Olga.
El sospechoso habría mantenido una relación sentimental con Moyano.
A ese vínculo se suma una prueba que lo incrimina: el sospechoso había sido filmado montado en la motocicleta de la víctima y lanzando dos bolsas al contenedor, donde se encontró el cuerpo.
Sin embargo, cuando la policía acudió a su domicilio, Varela ya no estaba allí. En la casa se encontraron más elementos que lo vinculaban con Moyano, además de un jean, un colchón y zapatos manchados con una sustancia que podría ser sangre.
El cadáver fue hallado en las afueras de una obra en construcción (Foto: La Voz del Interior).
Inmediatamente, el entrecruzamiento de datos telefónicos y los testimonios de allegados llevaron a los agentes a la ciudad de San Francisco, donde apresaron al sospechoso minutos antes de que intentara subir a un colectivo de larga distancia. Luego de su detención, fue imputado por "homicidio calificado por mediar violencia de género".
Según se confirmó, Varela -quien se desempeñaba como albañil- ya estuvo preso y tiene un prontuario que acumula más de 10 causas, en su mayoría por robo.