¡El escándalo no para! Desde que las white parties de Sean "Diddy" Combs están siendo investigadas, los medios de comunicación estadounidenses filtran detalles escabrosos con respecto a lo que sucedía ahí adentro.
Las fiestas más exclusivas -y a las que asistieron la mayoría de las celebridades mundiales- se llevaron a cabo durante muchas décadas pero ahora sorprende que su organizador, P Diddy esté acusado de tráfico sexual de personas y decenas de abusos. Por esa terrible carátula está detenido desde el 16 de septiembre.
Ahora, el New York Post, habló con una persona que trabajó para las fiestas de Diddy y contó que no cualquier ingresaba a las fiestas: había requisitos de vestimenta pero también de peso, talla y estéticos.
El testigo del caso, que prefirió reservar su identidad, contó que los organizadores con los que compartía el asunto, siempre llevaban consigo una balanza. Esto era nada más y nada menos que para pesar a las asistentes. Increíble, pero real: no debían pesar más de 63 kilos.
"Si era necesario, hacíamos un pesaje", contó el trabajador de las white parties de P. Diddy y siguió: " Las chicas tenían que ser jóvenes y atractivas, así que siempre tenía una balanza por si necesitaba asegurarme".
En ese sentido, reveló: "El número era 140 libras (63 kilos), pero si una chica era muy alta, había un poco de discreción al respecto". El hombre trabajó para Diddy entre 2004 y 2005 y realizó las declaraciones en medio de un misterio total con respecto a lo que pasará con el productor musical más importante de la historia yankee.
Pero las chicas que asistían a las white parties debían cumplir más requisitos: "Nada de grasa, nada de celulitis, nada de piercings ni tatuajes excesivos, nada de pelo corto, y las chicas tenían que ser jóvenes y atractivas".
Además, tenían que respetar varios criterios estéticos: "No se permitían pantalones, ni jeans, ni zapatos bajos. Todas las chicas tenían que llevar un vestido de fiesta, preferiblemente muy corto, lo suficiente para cubrir su parte trasera, pero no más largo que la mitad del muslo", admitió y siguió: "Que tengan escote a la vista y que todas lleven calzado con tacos de aguja. No había excepción".
Sobre su participación e implicancia en esos "controles de calidad" de las asistentas, el misterioso testigo, confesó: "Yo era muy joven en ese momento y sinceramente pensé que no les preguntábamos su edad por las leyes sobre el consumo de alcohol".
Además, se quiso despegar: "Nunca estuve cerca de los Freak Offs y no tenía idea que se esperaba que estas chicas tuvieran sexo con gente". Los Freak Offs a los que refiere eran actos sexuales prologados que quedaban registrados en videos que luego eran usados para extorsionar a las víctimas.
Quien investiga el caso es el abogado Tony Buzbee que ya explicó que tiene más de 100 demandas para presentar pero todavía no presentó ninguna. Según contaron esas víctimas, Sean P. Diddy abusaba de personas menores de edad e incluso llegó a recuperar a sus víctimas con medicación intravenosa después de actos sexuales salvajes.