El oficial Lucas Mallea mató a Andrés Carbonel, un "motochorro" que, junto a un cómplice, lo asaltó mientras iba con su pareja a bordo de su moto. La secuencia recorrió todos los medios de comunicación, incluidas las redes sociales, fue vista en todas las pantallas del país y revivió el debate acerca de si el efectivo actuó o no bajo la ley de legítima defensa, algo que el fiscal Gabriel López de la UFI Nº8 de Moreno-General Rodríguez descartó tras analizar las pruebas y escuchar el testimonio que dio el autor del homicidio.
En el video se ve como el agente frena su moto al ser amenazado por los delincuentes. Primero se baja su pareja del vehículo, quien da tres pasos hacia atrás y luego sale corriendo del lugar. Después, Mallea hace lo propio, le da la espalda al asaltante y se retira caminando. Da uno, dos y tres pasos para luego girarse, sacar su arma reglamentaria y disparar contra Carbonel, quien ya se encontraba subido a la moto, con ambas manos en el manubrio y dispuesto a abandonar el lugar con el botín.
Para el fiscal López lo ocurrido "no se enmarca en la legítima defensa", y es por eso que procesó a Mallea por el delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser efectivo de una fuerza de seguridad, en concurso ideal con incumplimiento de deberes de funcionario público".
No obstante, el policía fue liberado porque desde el punto de vista de la investigación no existen indicios de que pueda intervenir para modificar los hechos ni haya mostrado la voluntad para así hacerlo. Cabe destacar que Mallea declaró exactamente lo que sucedió sin las filmaciones y no tocó ni manipuló ningún elemento de la escena del crimen, algo que fue contemplado a la hora de decidir su libertad.
Además, la falta de antecedentes penales o administrativos correspondientes por su parte, según la investigación, permiten "concluir que el imputado en libertad no resultaría ser un factor de riesgo para el presente proceso". "Yo vivo a la vuelta de donde pasó esto. Hice unos metros nada más con la moto. Salí de mi casa con mi novia, fuimos por calle Florencio Sánchez hasta Lugones. íbamos al supermercado Coto para comprar. A mitad de cuadra, veo que se pone al lado mío una moto, pero como yo tenía la capucha de mi campera puesta, no lo vi en detalle", precisó Mallea en su declaración judicial.
"Luego me corrí la capucha y vi, tengo todo en mi mente, el arma. La vi y lo primero que hice fue girar la cabeza porque dije 'acá me mata'", aseguró el policía procesado. "Él me puteaba, me decía 'dale, la concha de tu madre, bajate'. También me decía 'dale que te mato'. Yo vi que el arma me apuntaba a la cabeza y dije 'ya está, acá me mata', yo también estaba pensando en mi novia", indicó el tirador. En su testimonio, el oficial repasó con detalles el momento en el que le quitó de cuatro disparos la vida de Carbonel.
"En ese momento yo le dije 'dejá que se vaya mi novia', porque sentía que ella no se había bajado, entonces puse la patita y me bajé, siempre dándole la espalda al muchacho. Yo veo de reojo que mi novia ya estaba en la vereda. Así como me bajo, me alejo tres pasos, desenfundo y giro rápido porque dije 'me va a matar', porque en la cabeza mía lo único que tenía era que me apuntaba con el arma. Entonces giré y disparé", relató Mallea.
"Cuando el chico hace dos o tres pasos, veo que quiere sacar algo, entonces yo sigo disparando. Cuando yo logro ver, porque estaba todo oscuro, donde él se va, o sea en la esquina, vi que se dio la vuelta y salió corriendo, ahí ya no disparé más. Pensé 'bueno se fue corriendo, listo, que se vaya'. Entonces primero vi a mi novia, y luego me acerqué a la esquina y lo vi tirado y me di cuenta que estaba muerto. Yo no quería matar a nadie, ahí se me vino el mundo abajo", confesó el policía, en un testimonio que brindó entre llantos y acongojado por haber perdido su lugar en la Policía Bonaerense
“Si hubiera sido al revés el motochorro estaría libre”: Bullrich defendió al policía que mató a un ladrón
Entre los elementos con los que el fiscal López evaluó para considerar un homicidio lo que sucedió es que Mallea respondió que no se acordaba de haber dado la voz de alto, un requisito fundamental en términos legales para que un efectivo policial abra fuego ante una amenaza de ese tipo.Durante la declaración testimonial, el policía señaló que su intención "nunca fue la de matar a nadie". También describió la supuesta arma de fuego que visualizó mientras era abordado por Carbonel y su cómplice. Para Mallea esta amenaza era "negra" y hasta garantizó que vio "el tubo" que lo apuntaba directamente a su cabeza.
Para el fiscal la libertad de Mallea no fue una decisión polémica, ya que consideró todos los elementos que se dieron desde el homicidio. Es que el efectivo fue quien llamó a la Policía para que se haga presente en el lugar, en ningún momento quiso escapar y en ningún momento tergiversó los hechos ocurridos, de acuerdo al video que está presentado como prueba y que recorrió todas las pantallas televisivas del país.
"Todo lo que dijo es verdad y se comprueba con lo que vio en el video. Es contrastable. El fiscal no tiene por qué no creerle. Pudo no haber declarado. Además, no sabía que había sido filmado y puedo haber hecho algo para ocultar las pruebas. No tocó una sola vaina", explicó ante Infobae una fuente cercana al expediente.