Gerardo Ismael Billiris, el anestesista de 40 años detenido por tenencia de drogas y acusado de haberle propiciado una brutal golpiza a Belén Torres, genera posiciones encontradas en su propio entorno. Mientras que el hermano del acusado lo calificó como un “peligro para la humanidad”, uno de sus amigos destacó que es un “excelente tipo”. Estrategias judiciales y su situación procesal.
En su casa se encontraron restos de cocaína, marihuana, crack y pastillas.
“No lo queremos afuera (de la cárcel)”. Con esas palabras, Marcelo Billiris, hermano del anestesista, marcó la posición familiar frente a las graves acusaciones de la joven de 20 años, quien recibió el alta hospitalaria el viernes, pero deberá continuar con un largo tratamiento para recuperarse de las lesiones físicas y psicológicas producto de la brutal golpiza a la que fue sometida el martes.
Según Marcelo, la adicción de su hermano comenzó hace 15 años y empeoró con el tiempo. “Nos hemos dado cuenta de que se ha vuelto muy violento. Comenzó a consumir cocaína y desde hace dos empezó con crack. Estuvo en rehabilitación (en abril), pero salía cuando quería”, reconoció.
Así quedó Belén, la joven de 20 años golpeada por el anestesista.
Pese a la fuerte condena familiar, el anestesista recibió en prisión la visita de su hermano. “Le dije: 'Macho, vos estás re loco. Sos un peligro para la humanidad. Si el juez te saca, yo te meto adentro. Necesitás estar en un instituto psiquiátrico sí o sí'. Hasta mi padre, convaleciente y a punto de morir de cáncer, dice que no lo quiere acá”.
“No es un mal tipo, es un enfermo. Le pido a la Justicia que no lo libere, sin darle un lugar para meterlo. Con custodia. Hasta que se note que esté bien”, sumó, en sintonía con la defensa del profesional médico, que justifica el violento accionar de Biilliris en sus adicciones.
Los fragmentos claves de la declaración del anestesista
“Me quiero matar”
“Ojalá no hubiera tenido que pasar por todo esto”
“No fui yo, fue una intoxicación de drogas”
“Estoy enfermo y quiero hacer un tratamiento”
“Ella trajo su propia droga”
“Siento vergüenza por lo que pasó”
“Quiero pedir disculpas a la familia y a ella. No fui yo y no lo volvería a hacer”
“Nunca le pegué a una mujer y nunca le pegaría”
El juez, Sebastián Ramos, entendió que la golpiza se debió a un “brote psicótico” debido al consumo de drogas. “No fue consciente de lo que hacía”, precisó y caratuló la causa como “lesiones leves”, pese a que las imágenes de cómo quedó su víctima no respaldan en absoluto la decisión. La causa, que se inició en el fuero correccional, pasó al criminal y correccional y quedó a cargo del juez Rodolfo Cresceri.
La defensa de la joven, en manos de Fernando Burlando, criticó la excarcelación del joven (quien pagó una fianza de 80 mil pesos por la denuncia de golpes, pero permanece detenido por tenencia de drogas) y pidió un inmediato cambio de carátula a “lesiones graves”.
En medio del torbellino judicial que enfrenta hoy el anestesista y pese al repudio de su propia familia, un amigo de su infancia, que se identificó como Juan, lo defendió en diálogo con C5N. “Es una buena persona, con la que te querés sentar a comer y a compartir. Está pasando por un mal momento y necesita ayuda”, advirtió.
“Es una persona solidaria,
jodona
, buena. El tipo más común que puede haber. No es el
Gerardo
que conocí. La familia es excelente. Vos
podés
hacer todo por tus hijos, pero todos fracasamos. Que Dios lo ayude, es una excelente persona. Tiene que hacer un tratamiento”, remató y reforzó así la estrategia judicial del agresor de Belén.