07 Noviembre de 2016 14:14
Doce y media de la noche. Un grito desgarrador, ladridos de un perro y el profundo silencio. Cuatro muertes en manos de un hombre que quería "reunirse en el cielo con ellas y volver a ser una familia".
Como trama de una película de terror, Juan Pablo Lescano mató a su ex pareja, Yohana Carrizo, degolló a sus hijas, de 5 y 7 años y apuñaló a la nueva pareja de la mujer. Luego intentó quitarse la vida pero la policía lo encontró a tiempo para trasladarlo al hospital. El cuádruple crimen ocurrió en Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos.
Lescano tiene 28 años y era conocido en el barrio por su actividad como pastor evangélico. Profesaba la palabra y lideraba encuentros entre otros fieles evangelistas y era seguidor de la agrupación "Equipo de alabanza y adoración Príncipe de paz".
Daba la impresión de ser socialmente querido y tranquilo, hasta que Yohana lo denunció por violencia de género.
“Era bueno, pero enloqueció. Ella lo denunció y eso empeoró las cosas”, dice indignado Miguel C., un vecino de la cuadra de la casa 386 del barrio 133 Viviendas, en Concepción del Uruguay. Aclara que lo conocía de vista y por lo que Yohana hablaba sobre él.
“Al comienzo se los veía de la mano, volviendo de la iglesia pero era una mujer sufrida. Trabaja los fines de semana, hacía rifas, participaba en ferias. Todo para que no le falta nada a las nenas. Él estaba en la iglesia y dicen que tenia otro trabajo pero no sabía bien en qué andaba”, sumó.
Denuncias de violencia familiar
La situación no daba para más y Yohana alejó a Lescano de la casa. Quiso cuidar a sus hijas y recientemente había comenzado a convivir con una nueva pareja. Yohana no quería más sufrimientos, ni que sus hijas fueran víctimas de violencia. Las maestras de las niñas también sabían que algo ocurría en el hogar. La menor de 7 años había presentado marcas de golpes hace varios meses atrás y eso alertó a la comunidad docente.
“Ellos siempre discutían y cuando le empezó a pegar ella lo dejó. Luego lo denunció. Hasta las nenas sufrían su maltrato. Él se fue a vivir a Balsabibaso (localidad de Entre Ríos) y no sabíamos nada de él hasta ayer”, afirmó Miguel C..
Las niñas eran testigos de los momentos de violencia que sufría su madre.
Lo cierto es que las niñas debían volver con su madre el lunes y Lescano las llevó por sorpresa antes. Y luego realizó los homicidios. Mañana martes se le vencía la orden de restricción perimetral que le impuso la Justicia debido a una denuncia por violencia y amenazadas realizada en agosto.
Con pesar, el barrio fue testigo de los golpes y discusiones reiteradas. Nadie se metió, la mujer víctima se defendió denunciándolo y la Justicia colocó una restricción que lo obligaba a mantener contacto con sus hijas por medio de otro familiar que las retiraba y las llevaba a su hogar.
Ayer, él llevó a sus hijas a su casa, luego de pasar dos días con ellas, cuando no lo tenía permitido. Saludó a Yohana y se fue. Nada parecía raro. Las nenas se fueron a dormir y él mientras dio vuelta a la cuadra y se bajó del remis que lo trasladaba. Un vecino, que vive en la esquina de la casa, vio la escena y sospechó que algo sucedía. Se quedó alerta y fue el primero en escuchar la señal del horror. Lescano caminó agitado hasta la casa de Yohana y se metió por la fuerza en la propiedad.
Lescano degolló a sus dos hijas de 7 y 5 años.
Se oyó un grito desesperado de una mujer entre mezclado con el incansable ladrido de un cachorro de raza cocker, de tres meses de vida, el mismo tiempo que transcurrió desde que Yohana pidió ayuda desesperadamente en la justicia. Ni el pedido de la ésta mujer ni los ladridos de su perro la ayudaron a evitar la muerte.
Los ladridos se intensificaron. Lescano sorprendió por atrás a Carlos Peralta. Según citaron fuentes policiales, le aplicó seis puñaladas en la espalda y luego le hizo otra herida punzante que le atravesó el cuello por completo, para asegurarse de asesinarlo.
Luego, el pastor atacó a su ex mujer, a quien apuñaló nueve veces. Las niñas al escuchar ruidos en la cocina quisieron salir de la casa para pedir ayuda. Temblando por el miedo, Ledesma las llevó a su pieza y con el mismo cuchillo las degolló a ambas dentro de la habitación que las niñas compartían. Junto a sus muñecas y dibujos con crayones y fibrones, que tanto les gustaba hacer, las niñas murieron casi de inmediato. “Eran nenas hermosas, dulces, educadas. No entendemos, ellas no tenían por qué pagar por su locura. Nos genera rechazo, impotencia, indignación”, suma otro vecino.
Las menores fueron encontradas sin vida.
Los vecinos alertaron a la policía y un patrullero se acercó. Al llegar al lugar, observaron un charco de sangre pero creyeron que se trataría de otra cosa y se fueron. Luego de dos horas volvieron ante la insistencia de los allegados que no podían comunicarse con la mujer. “Fue indignante que la policía no haya tirado la puerta a abajo de entrada. Quizás se podrían haber rescatado a las niñas”, sumó el testigo de lo sucedido, que escuchó y llamó al 911 en búsqueda de ayuda.
Lescano durante los últimos días había amenazado a Carrizo pero luego comenzó decirle que “pronto estarían juntos”.
Juan Pablo Lescano tiene 28 años, es pastor y está fuera de peligro: uso un cuchillo para matar a su ex pareja, sus dos hijas y un hombre, concubino de su ex.
“Yohana tenía mensajes en el celular en el que Juan Pablo le decía que se irían con Dios, que volverían a estar juntos, que serían felices. Esto lo tuvo que planear”, sostiene otro allegado.
Es por ese motivo que lo encuentran tirado sobre el cuerpo de la mujer sin vida, con un corte en una de sus muñecas. Lescano había intentado cortarse las venas pero no lo logró. También tenía heridas de arma blanca en su abdomen que él también se realizó con el mismo fin: quitarse la vida y morir junto a quien decia era el amor de su vida, tal como escribió en el último mensajes que le envió a Yohana a su celular.