Ni las denuncias ni la restricción perimetral ni el hecho de que se trata de una mujer que pertenecía a la fuerza policial. Nada lo detuvo. Fue más fuerte su deseo de matar. Sergio Maciel esperó a que su ex mujer Verónica Cordary, en la puerta de su departamento, dentro del edificio. Pese a que tenía una restricción perimetral ordenada por la Justicia, estaba decidido a matarla.
El femicida había sido denunciado por la víctima.
El hecho ocurrió ayer, en el barrio CGT, en Berazategui. La víctima tenía 37 años y era oficial de policía. Maciel conocía bien sus horarios de guardia. Con un cuchillo escondido entre su ropa hizo tiempo para sorprenderla en la puerta de su casa.
Cuando la mujer salió del ascensor, vio a su ex. Sin mediar palabra comenzó a apuñalarla en el estómago. Según trascendió, fueron 16 puñaladas. Luego de concretar el asesinato, el camionero se presentó solo y ensangrentado en la comisaría de la zona para confesar el crimen.
Cordary era agente de la policía bonaerense.
La víctima había denunciado a Maciel, con quien tenía cuatro hijas, por "lesiones y amenazas" y el imputado tenía vigente una restricción perimetral por sus antecedentes por violencia de género.
El hombre se entregó ensangrentado.
Pero nada lo detuvo. Encontró la manera de acceder a la vivienda cuando no había nadie y la esperó en la puerta de entrada al departamento. Según se intenta establecer, el hombre habría ingresado edificio en un descuido de algún vecino que lo dejó pasar o dejó la puerta abierta.
"En una de esas denuncias, la mujer dijo que el acusado amenazó con matarla si la llegaba a ver con otra pareja", dijeron las fuentes del caso a los medios.
Por otro lado, informaron que las cuatro hijas de la mujer se encontraban de visita en la casa de su abuela materna cuando ocurrió el femicidio.