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Polémica por el caso del médico que mató: ¿Cuándo hay exceso en legítima defensa?

Tras el homicidio de un delincuente en manos de la víctima de un robo se reavivó un eterno debate respecto a la legítima defensa, sus alcances y los modos en los que debe llevarse a cabo para no ser considerada excesiva.

31 Agosto de 2016 16:34
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El debate parece no tener fin. El caso del médico Lino Villar Cataldo, que asesinó al delincuente Ricardo Krabler en medio del intento del robo de su automóvil frente a su casa en el partido bonaerense de San Martín, reabrió una eterna discusión: ¿hasta qué punto la legítima defensa es válida y cuándo es excesiva?

Para la titular de la asociación Usina de Justicia, la filósofa Diana Cohen Agrest, se vuelve a confundir a la víctima con el victimario. En diálogo con BigBang se mostró a favor de la reacción del médico y cuestionó a los “pseudo-progresistas” que “creen que la vulnerabilidad social justifica al delincuente”.

La filósofa Diana Cohen Agrest aseguró que no hay que confundir la víctima del victimario.

En materia jurídica, para ser considerado como un caso de legítima defensa, hay tres principios: la existencia de una agresión ilegítima, la respuesta con un medio similar para impedirla o repelerla y que no exista provocación previa por parte de quien se defiende.

“La sociedad civil está a favor de que la verdadera víctima es el médico”, consideró Cohen Agrest, quien se inclinó por la visión de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y cuestionó al ministro de Justicia, Germán Garavano: “Trató de poner una mirada salomónica, dijo que las víctimas eran el médico, el delincuente y la sociedad”.

"Lo peor que le puede pasar al país es volver al estado primitivo de tomar justicia por mano propia. Pero, por otro lado, a una persona que está sufriendo un asalto muchas veces no le queda más remedio que esta situación", afirmó Garavano cuando se lo consultó sobre este tema.

Según la titular de Usina de Justicia, en el caso ocurrido en Loma Hermosa se cumplieron las tres condiciones para ser considerado de legítima defensa. “¿De qué hablan cuando dicen que hubo exceso?”, se preguntó, indignada. “El que inició esto fue el delincuente, sino hubiera querido robar, no hubiera pasado nada de esto y no le hubiera arruinado la vida al médico y toda su familia”, señaló.

Sin embargo, el pistolón que tenía Krabler y que fue encontrado en el asiento del coche del médico no tenía municiones, por lo que nunca hubo posibilidades de que se produjera un tiroteo.

El pistolón no tenía municiones y quedó en el coche del médico.

Ese detalle no es menor. Para el abogado defensor del médico, éste no sabía que el arma estaba descargada y se vio intimidado cuando vio el arma. En cambio, para la Justicia podría tratarse de un agravante para el médico.

Lo cierto es que el debate existe hace más de 25 años. En junio de 1990 el caso de Horacio Santos conmocionó a toda la sociedad. El ingeniero fue condenado a tres años de prisión en suspenso por el homicidio en exceso de legítima defensa de dos delincuentes que le habían robado el pasacassette de su automóvil cuando se encontraba junto a su esposa en una zapatería. Le disparó a los delincuentes cuando ya habían huido.

La Justicia debe investigar si la reacción del médico es considerada o no de legítima defensa.

En este punto, hay dos aspectos que cumplen un rol central para entender si un caso puede ser considerado de legítima defensa: el momento y el contexto. No es lo mismo una reacción en el momento donde hay un real peligro de vida, que esa misma reacción una vez que la situación de peligrosidad ya se encuentra resuelta.

En ese caso, si existe una respuesta a la agresión una vez superado el peligro, no se trata de legítima defensa, sino que puede ser considerado venganza. Por eso se debe establecer cómo fue que el médico fue a buscar el arma que había dejado en el cantero de la casa y luego le disparó al asaltante.

Para el abogado de Madres del Dolor, Claudio Mazaira, la “la legítima defensa es un tema muy acotado”. El letrado explicó a BigBang que no se puede aplicar “pena de muerte” como respuesta a un hurto o robo. “No estoy a favor de los delincuentes, pero hay que analizar si hubo una reacción inmediata o si fue posterior a la agresión”, consideró.

Para Mazaira también existe una confusión sobre quién es la víctima y quién el victimario. Por eso, aseguró que ante un caso de estas características debe medirse si existe peligro o no, aunque el robo se concrete. “Si fue el robo de un auto, y la situación de peligro finalizó, aunque el ladrón se lleve el vehículo, no se puede disparar bajo legítima defensa. Es venganza”, aclaró Mazaira.

La fiscal Diana Mayko definirá si la causa puede ser considerada de legítima defensa.

Por esa razón, será fundamental que la fiscal de la causa, Diana Mayko, defina si el médico Villar Cataldo actuó en legítima defensa. Hasta el momento, más allá de haber dispuesto la libertad, se encuentra procesado por homicidio simple, y aún es materia de la investigación saber si se actuó en legítima defensa.