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"Por favor, no me mates", el pedido del hijo de Romina y el minuto a minuto del crimen

El pequeño se salvó, pero la pareja de su padre asesinó a seis personas. Cómo pensó y ejecutó el brutal baño de sangre.

por Gisela Nicosia

06 Febrero de 2017 09:08
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El silencio de la noche del domingo se interrumpió con el golpe desesperado en la puerta de un vecino de Hurlingham. Era Uriel, el hijo de Romina Maguna, de 11 años. Estaba aterrado: acababa de ver cómo la pareja de su madre asesinaba a casi toda su familia.

La pareja en tiempos felices.

“Mató a mi mamá, 'El Chino' mató a mi mamá”, reiteraba en estado de shock, en referencia a la pareja de su madre, Diego Loscalzo. Su vecino Marcelo lo calmó. "No entendí qué era lo que sucedía, imaginé que era un robo", reconoció. Preocupado el relato del pequeño, lo dejó en su casa y partió rumbo a lo de Romina para ver qué había sucedido. 

Marcelo, el vecino que llegó primero a la escena del crimen.

"Seguía imaginando que se trataba de un asalto o una entradera, no entendía lo que pasaba", recordó. Pero, al caminar los casi diez pasos que lo separan de la casa de la masacre, se encontró con el baño de sangre.

La última foto compartida de ambos.

En el porche de la vivienda estaba tirado en el piso Darío Díaz. Tenía varios disparos en su cuerpo y, casi agonizando, le pidió que llamara a la Policía. Marcelo miró hacia dentro y se encontró con los cadáveres Romina y Vanesa Maguna.

Vanesa junto a Dario, ambos asesinados. 

Según se pudo reconstruir la escena, Loscalzo llegó a la casa de Romina. Había estado la noche anterior en ese mismo lugar, por el festejo de cumpleaños número 40 de Darío.

Luego de conversar unos minutos con su pareja, le arrebató el arma a Maguna y comenzó a disparar. Primero a Romina, luego a Vanesa y finalmente a Darío. Al huir, le disparó a una amiga de la familia que había intentado interceder.

La casa de la masacre.

Las hermanas murieron en el acto. A su lado quedó mal herida Cintia López, una amiga de Vanesa y Romina, quien recibió tres tiros en una de sus piernas y tiene fracturas de fémur.

Cintia López, Vanesa y Romina: eran amigas y solían reunirse. 

Mientras Marcelo se comunicó de urgencia al 911 y al 107, “El Chino” ya estaba en camino hacia la casa de los padres de Romina. En el momento en el que el homicida comenzó su segundo baño de sangre, Marcelo era testigo del operativo policial y repasaba lo que Uriel le había contado minutos atrás.

Uriel estaba muy asustado y me dijo que 'El Chino' le puso el arma en el pecho”, dijo y recordó las palabras del menor.  “Le puso el arma en el pecho y dice que le dijo: 'Papá no me mates, por favor no lo hagas' según me contó a mí”, relató a los medios.

Loscalzo junto a Maguna y sus hijos. 

 

“Me mostraron una foto de Juan pero no lo reconocí, estaba boca abajo. Pero cuando me dijeron el nombre de Juana, supe que se trataba de la mamá de Romina”, sumó.

Juan Maguna falleció. Su pareja, Mónica Lloret perdió su embarazo y está grave.

Según se pudo conocer, Loscalzo se dirigió de inmediato en su moto blanca a la casa de otros familiares de Romina, ubicada a sólo quince cuadras. Allí vivían Juana Paiva (su ex suegra), Juan Maguna (ex cuñado) y su esposa Mónica Lloret (ex concuñada), embarazada hasta ese momento de 9 meses.

La casa de los padres de Romina.

A una cuadra de llegar a destino, el autor de las muertes concretó su deseo de seguir matando mediante un engaño. Desde su teléfono celular, se comunicó con Juana y le dijo que Romina había tenido un accidente. Les pidió que fueran todos al hospital. Su objetivo era que salieran de la vivienda para poder dispararles.

Sorprendidos por la noticia del presunto accidente, todos se subieron al Renault 12 y emprendieron viaje rumbo al hospital.

Juana Paiva tenía 55 años. Murió luego de ser atendida por los médicos. 

A una cuadra de la vivienda, "El Chino" los interceptó con la moto. Les impidió el paso y comenzó a disparar. Juan murió en el acto, mientras que su mujer recibió un disparo en el abdomen, que interrumpió su embarazo de nueve meses.

Ella quedó en grave estado. Camila, su hija de 12 años, sigue internada por los tres disparos que recibió en las piernas, pero se encuentra fuera de peligro. Juana, en tanto, murió luego de ser trasladada al Hospital Posadas.

Loscalzo y Maguna, en tiempos felices.

Luego de la balacera, Loscalzo huyó en su moto y la abandonó en el barrio asentamiento Inta de Lugano. Sobre el arma homicida, hasta el momento no fue encontrada.

Según los investigadores, se trata de un arma 9 mm. La misma estaba cargada con 17 balas y, según testigos, se escucharon al menos 16 tiros en la zona.

“Estamos en shock. No sabíamos que tenían problemas, se los veía unidos y bien. Estamos sin entender nada”, sumó otro amigo del agresor en diálogo con BigBang.

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