María Noel Orozco tenía 39 años y era mamá de tres hijas. Trabajaba como peluquera y, desde hacía un año, había comenzado una nueva relación con Ramiro Anchordoqui, nueve años mayor. Los cuerpos de ambos fueron encontrados el lunes por la mañana por la Policía de Chacabuco, después de que una amiga de la víctima se hiciera presente en la casa, alarmada por una serie de mensajes que le envió en horas de la madrugada. El cuerpo de la víctima presentaba signos de haber intentado defenderse de una agresión y la principal hipótesis apunta a un femicidio, seguido por suicidio.
La última comunicación de la víctima tuvo lugar esa misma madrugada, pasadas las cuatro y media. Noel le mandó una serie de alarmantes mensajes a una de sus mejores amigas, pidiéndole que la fuera a buscar a la casa de su pareja y advirtiendo que se sentía muy mal. La amiga recibió los mensajes recién a las siete de la mañana y, cuando le escribió, no obtuvo respuesta: la última conexión del celular data de las 4.40.
Preocupada por la situación, la amiga de la víctima se acercó a la casa de Anchordoqui. Al ingresar, se encontró con los dos cuerpos sin vida y dio aviso inmediato a la Policía. De acuerdo a las pericias realizadas por el Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses Norte, la joven recibió dos disparos: uno en el cuello y otro en la región submaxilar derecha. Además, se constataron lesiones en las muñecas, piernas y rostro.
El cuerpo de Anchordoqui fue hallado junto al revolver calibre 38, pero presentaba un sólo disparo en la región frontal del cráneo. Los peritos no reportaron ninguna lesión en su cuerpo y la hipótesis de robo se descartó de inmediato, dado que la casa se encontraba cerrada con llave desde el interior.
Los mensajes que la víctima le envió a su amiga también son tenidos en cuenta por la Fiscalía: "¿Me venís a buscar? Ya sabés que estoy triste. Hoy la pasé peor que nunca. Acabo de morir acá en lo de Ramiro porque es lo único cerca. Pero quiero llorar, por el desprecio que sentí toda la noche. Por favor, si me podés venir a buscar vení. Te estoy llamando".
Kiara Acosta, sobrina de la víctima, reconoció en diálogo con el diario La Nación que su tía atravesaba una dura depresión desde hacía semanas. "Ella publicaba estados tristes, frases que uno piensa que las sacó de una canción, muy melancólicos. Muy natural de ella, porque desde chica que sufre depresión y en la familia hubo situaciones de violencia de género. Venía con una historia patriarcal de sufrimiento y de violencia. No es casual que conoció a alguien y justo era un loco. Tuvo una historia con los hombres muy sufrida".
"No estábamos al tanto de cómo era la interna de su relación, porque era una pareja nueva. No teníamos conocimiento de si era una persona que estaba bien o mal de la cabeza, eso lo mantenía en su privacidad", sumó, al tiempo que convocó a una marcha frente a la municipalidad de Chacabuco antes del velorio, que tuvo lugar en el cementerio local.
La hermana de la víctima participó de la movilización y apuntó contra Anchordoqui. "Me siento rota. Quiero acompañar a su hija, que tiene trece años y me pregunta qué va a hacer ahora sin su mamá. Justicia no va a haber porque el asesino se mató, muy cobarde. Ella está toda golpeada y la mató con un tiro. Hay mensajes de ella pidiendo ayuda. No fue algo consensuado. Quiero honrar la memoria de mi hermana. No me imagino el miedo que habrá sufrido".