El próximo jueves 2 de febrero se dictará la sentencia contra Magdalena Espósito Valenti y Abigail Páez acusadas por el asesinato de Lucio Dupuy, de cinco años, y de haber ejercido contra él maltrato, tortura y abuso sexual en varias ocasiones. La madre del menor y su novia estaban al cuidado del niño desde finales de 2020 en Santa Rosa, La Pampa. Un año después, Lucio fue asesinado.
“Todo comenzó luego de una cadena de falencias que tuvo el Estado que arrancó con la inepta jueza (Ana Clara Ballester) que firmó la revocación de mi hijo mayor (Christian Dupuy) para entregárselo en bandeja de oro a las asesinas”, contó Ramón Dupuy, el abuelo de Lucio, a BigBang.
Habían pruebas claras de que su madre no había estado en la crianza del niño porque “se había ido de mochilera” con su actual pareja (Páez) y tampoco de que tuviera un sostén económico para cuidarlo, sumado a esto, la distancia del seno familiar después de tantos años de vivir con la familia paterna.
“¡Cagalo a palos! ¡Dejalo marcado!”: los gritos que escuchaba una vecina de Lucio Dupuy que denunció a la madre
“¿Cómo era la relación previa a la tenencia?”, preguntó este medio. Ramón respondió: “Nuestra relación con ella era de 'Hola, ¿qué tal?, ¿cómo estás?'. Listo. No teníamos. En esos cuatro años que Lucio vivió con nosotros, ella solamente se acercaba cuando necesitaba algo de dinero o quería algo de nosotros. Era un vínculo que trataba de tener solo para el beneficio de ella. Lucio significaba dinero''. De esta manera, el abuelo lamentó que la jueza le “sentenciara la muerte” a su nieto y la consideró responsable de la trágica muerte: “Al día de hoy creo en la Justicia, pero no en la jueza. Si hubiese abierto las primeras hojas del expediente se hubiese dado cuenta. Hasta el más ignorante se podría haber dar cuenta de que era una mala decisión. Su objetivo fue tener un expediente menos en el cajón. Con su firma sentenció a Lucio a la muerte”.
Es preocupante porque desde el inicio de la relación de sus padres, Lucio ya había tenido rupturas. En primer lugar, ellos se separaron a meses de haber nacido y después, porque no pudo vivir con ninguno de sus padres, sino que vivía con sus tíos en General Pico, provincia de Santa Fe. Su padre lo visitaba desde Luján cada vez que el trabajo se lo permitía. Luego, ocurrió el ida y vuelta violento que permitió que su madre recuperara la tenencia de manera legal y en medio de la pandemia por COVID-19, lo cual impidió el contacto y las visitas.
“Mi hijo mayor realizó varias denuncias de que no lo dejaba ver, pero de ahí a que viole a su propio hijo. Nadie se espera eso”, lamentó Ramón y contó que Christian, si bien pudo rearmar una familia y tener otra hija, “no la está pasando nada bien”.“Ha sido muy difícil para él. Está con tratamiento psicológico y psiquiátrico. Sobrelleva como puede. Hay días que está mejor y otros que decae mucho. Para nosotros, al día que tiene 24 horas, pensamos que le agregaron muchas horas más. Estamos ansiosos por el veredicto de estas asesinas”, compartió.
“Le pegué unas pataditas en la cola”: el cruel relato de una de las asesinas de Lucio Dupuy
A las denuncias del padre, se acumulan las pruebas que salieron a la luz, como ocurrió el jueves cuando se conoció que una vecina de la pareja acusada llamó a la Policía para que fueran a parar la violencia adentro de la casa. Sin embargo, los efectivos policiales nunca se hicieron presente.A través del Decreto 45/2023, publicado este jueves en el Boletín Oficial, el Gobierno confirmó la inclusión en el temario de las sesiones extraordinarias del Senado la "Ley Lucio" que fue impulsada por la familia del menor. Será un plan de capacitación en “derechos de los niños, niñas y adolescentes”. Como dice Ramón: “Una ley para que se haga justicia y se cuide a los niños”. Además, dijo que tiene la promesa del Presidente, Alberto Fernández, que se encargó directamente de llamarlo y decirle el jueves pasado de que iba a ser tratado.
“Lamentablemente, nunca me voy a sentir bien en la vida. La sentencia que les den a mí no me va a dar confort. Cuando estén presas no tengo ningún deseo de decirles algo. Están muertas y a un muerto no se les habla. Por más condenas que les den, a Lucio no me lo van a devolver. Espero que a los jueces los ilumine Dios y que les den la condena que merecen”, expresó y lamentó: “Hoy soy abuelo de siete princesas y un Rey, pero al Rey me lo arrebataron”.