La banda del delivery de drogas que operaba en el barrio de Flores y que fue desbaratada en octubre pasado quedó cerca de ir a juicio oral. Fue tras un pedido del fiscal que impulsa la causa, Carlos Rívolo. Hay cinco acusados y un hombre prófugo. Operaron más de un año en la Villa 1-11-14.
Para la Justicia, la banda del delivery operó desde, al menos, el 7 de septiembre de 2015 y hasta el 21 de octubre de 2016. Así lo indica el dictamen firmado por el fiscal Rívolo, quien los imputó meses atrás por actuar “de manera organizada en el barrio de Flores”.
En el operativo de octubre incautaron 15 kilos de cocaína y siete de marihuana.
Luego de varias denuncias, el 21 de octubre pasado se llevaron a cabo una serie de allanamientos donde fueron detenidos Juan Pablo Ledesma, Leonardo Rojas Amezquita, Francisco Alcade Jiménez, Cristel Almonacid Mendoza y Verónica Suárez Rivera. La mayoría eran habitantes de la villa 1-11-14.
De todos modos, el hermano de uno de los detenidos - cuya identidad no trascendió - aún se encuentra prófugo y es intensamente buscado.
En los allanamientos incautaron 15 kilos de cocaína y siete de marihuana, repartidos en más de 400 envoltorios listos para la venta. También se hallaron varios "ladrillos" con drogas y bolsas con cocaína. A Rojas Amezquita se lo imputa por la tenencia de arma de fuego denunciada como robada.
El fiscal que investiga a la banda del delivery pidió que la causa sea enviada a juicio oral.
Rívolo pidió que la causa sea elevada a juicio oral. Según la investigación, la banda del delivery “desplegaba distintas conductas que conformaban una misma actividad de comercialización de estupefacientes: desde la obtención de droga, embalaje y guarda, hasta su distribución final, mediante la modalidad de delivery o al menudeo desde un punto fijo”.
De acuerdo con el expediente, los lazos de amistad y familiaridad que tienen los imputados, cuatro de ellos de nacionalidad peruana, facilitaron la operatoria de la banda.
La Justicia cree que compartían lugares de venta y proveedores de la droga. La causa se encuentra a cargo del juez federal Sergio Torres. Todo comenzó a partir de un llamado al 911 de un vecino que denunció la venda de drogas en el pasaje Granada al 900.