Una mujer fue internada de urgencia en Instituto Municipal de Medicina Preventiva Ramón Carrillo y luego trasladada al centro de salud Isidoro Iriarte, en Quilmes, después de haber sido prendida fuego por su marido, quien fue imputado y detenido ayer por el delito de "tentativa de homicidio".
Graciela Coria fue prendida fuego por su marido.
Según pudo establecer la fiscalía que investiga el caso, el terrible hecho ocurrió el martes a la noche en una vivienda ubicada en la calle Sarratea al 2700, en Quilmes.
La policía llegó hasta el lugar después de recibir un llamado del 911, en el cual un hombre pidió un servicio de emergencia para su cuñada, quien tenía graves heridas en su cuerpo por quemaduras.
Ya en la casa, los oficiales descubrieron que Nelson Orlando Durán y su esposa, Graciela Coria, habían discutido y que por alguna razón, la mujer de 47 años terminó prendida fuego, con su cabeza y tórax muy comprometido.
La víctima fue trasladada de inmediato al hospital municipal y luego fue llevada hacia el centro Isidoro Iriarte, donde aún permanece internada con su salud comprometida, pero estable.
En la investigación intervino la fiscal Mariana Curra Zamaniego, quien a través de las pruebas recolectadas en las últimas horas, estableció que la mujer atacada habría sido rociada con alcohol y prendida fuego de forma intencional, por lo que se ordenó la detención del marido al considerarlo como el principal sospechoso.
Coria permanece internada en el Hospital Isidoro Iriarte.
Otros casos
En el último mes, se han dado a conocer al menos cinco casos parecidos, en los que mujeres fueron prendidas fuego y en ocasiones, no lograron resistir el ataque y murieron.
Sin ir más lejos, el pasado 25 de enero Silvia del Valle Moreno fue ingresada de urgencia en un hospital de San Miguel de Tucumán, donde los médicos la recibieron con el 95% de su cuerpo quemado.
La casa donde murió Silvia del Valle Moreno.
Su estado de salud era muy grave, y aunque Moreno luchó por su vida durante dos días, finalmente murió mientras estaba internada en terapia intensiva. Su pareja fue detenida y también debió ser atendida en el hospital ya que presentaba quemaduras en sus manos.
Tristemente, cuatro días más tarde se dio a conocer la muerte de Carolina Brítez Rojas, una ciudadana paraguaya de 34 años que murió tras pasar 12 días internada luego de haber sido prendida fuego por su pareja.
Brítez también estaba embarazada de 5 meses, y la hipótesis de los investigadores es que la comerciante y su marido discutieron el 18 de enero pasado, después de que ella le pidiera que se fuera de la casa debido a su alcoholismo.
Brítez Rojas estaba embarazada de 5 meses.
Isidoro Brizuela, de 26 años, también debió ser internado por quemaduras, aunque falleció a los tres días de haber ingresado al centro médico.
Después de estos casos, se hicieron públicos otros dos: el de una joven de 22 años que fue quemada por su hermano con aceite hirviendo y que afortunadamente logró sobrevivir a pesar de las heridas en su cara y pecho, y el de una chica de 24 años que debió ser internada de urgencia con el 70% de su cuerpo quemado tras una discusión que mantuvo con su pareja en su casa de El Jagüel, en Esteban Echeverría.
El último cruel hecho fue el de ayer en Quilmes, cuando Graciela Coria fue atacada por su marido. A pesar de que la mujer de 47 años tiene las vías respiratorias muy afectadas, su estado de salud por ahora es estable, aunque hay que esperar cerca de 72 horas para ver cómo avanza.
Graciela Coria se encuentra estable.
Por qué se llega a esta situaciones
En diálogo con BigBang, el psiquiatra, perito médico legista y sexólogo Enrique de Rosa, comentó que estos casos suelen darse cuando aparecen sujetos que no tienen frenos inhibitorios, lo que los hace llegar al extremo total con sus ataques.
"El fuego por definición es eliminar todo, hacer desaparecer todo. Y el factor central de este tipo de sujetos, en general, es la amenaza de que nadie más tenga lo que ellos tuvieron", explicó el especialista.
Según De Rosa, sus ataques no sólo buscan matar al otro, sino lograr destruir por completo algo que para ellos de es de valor, pero que pueden perder y no quieren que nadie más logre tenerlo.
Los que prenden fuego a una persona tienen la intención de destruir todo por completo.
"En muchos casos los ataques se dan en el rostro porque es lo que se ve, si fuera para hacer sufrir podrían pegarle u otra cosa, pero muchas veces quieren desfigurar. También es muy común que le incendien la casa a la persona atacada", indicó, al mismo tiempo que sumó que en ocasiones los agresores también intentan quitarse la vida después de haber cometido estos actos porque su fin último es la destrucción total.
En relación a esto, aclaró que los sujetos que cometen estos actos pueden englobarse dentro de la piromanía (aquellos que tienen una tendencia a provocar incendios), y en general, son personas con trastornos de personalidad que cargan con frustraciones de su propia existencia.
La personalidad de estos agresores se relaciona con lo que hacen los piromanos.
Además, De Rosa sostuvo que hay dos problemas principales en torno a estos sujetos: uno de ellos es no entender que su conducta no se trata de una enfermedad sino que es una estructura, mientras que el otro inconveniente es no lograr una detención precoz para evitar futuros ataques.
Hacia el final de la charla, BigBang le consultó al profesional si existe una especie de efecto contagio sobre estos casos, y él sostuvo que es probable que una persona que no tiene frenos inhibitorios puede imitar la conducta mala de otro.
"Todos tenemos frenos que hacen que no podamos contagiarnos de malas actitudes, estos sujetos no tienen esto y no tienen límites, la destrucción para ellos tiene que ser total. Ellos suelen descargar toda la frustración que tienen adentro y luego la focalizan en algún ser vulnerable. Cuando hacen esta descarga, se abre una caja de Pandora", explicó.
En el último mes ocurrieron cinco casos donde mujeres fueron prendidas fuego por sus parejas.
Finalmente, Enrique de Rosa comentó que habitualmente estas personas no suelen llevar a cabo actos previos relacionados con el fuego, aunque sí usan la violencia o distintos métodos para torturar.
"No es que van quemando a la persona de a poco, al contrario, este ataque es la última cosa que terminan haciendo. Sí hay episodios previos de tortura, como apagar cigarrillos en el cuerpo del otro, pero lo hacen para torturar, no para destruir. Por eso después sí buscan el final con estos ataques", cerró.